El miedo fue un elemento común en las miradas de los jóvenes insurgentes, delgados y de piel morena, esparcidos en grupos por las zonas altas y boscosas de Aceh, provincia de Indonesia (Asia). El tsunami, producido por el terremoto del 26 de diciembre de 2004, acababa de pasar como un manotazo por las costas del país insular, barriendo a cerca de 94 mil almas.
Una mezcla de resistencia frente a posturas religiosas y sociales más liberales, alimentada con un discurso de reivindicación sobre la explotación de los recursos locales, así como de rechazo a las políticas neocoloniales del Gobierno y a la llegada de inmigrantes de la sureña Java, fue el chispazo inicial, en 1976, de la lucha por la independencia en esa región. Pero ese fin de año, hace más de una década, las olas del océano Índico dejaron sin lumbre cualquier ánimo de revolución, según recuerda Trie Edi Mulyani, exembajadora de Indonesia en Colombia, quien el jueves, 9 de marzo, ofreció en EAFIT, e invitada por el Centro de Estudios Asia Pacífico de la Institución, la conferencia Empoderamiento de las mujeres en escenarios de posconflicto: trayendo a Colombia la experiencia de Indonesia.
Siete meses después, el 15 de agosto de 2005, los insurgentes del Movimiento Aceh Libre (GAM, por sus siglas en indonesio), dejaron la seguridad de los árboles, firmaron el acuerdo de paz y depusieron las armas. El Gobierno retiró a la mayor parte del ejército que, tras la reocupación de 2002 y la puesta en marcha de la ley marcial, ocasionó el desplazamiento de 100.000 personas solo durante los primeros meses, de acuerdo con cifras entregadas por Human Right Watch, y una estela de ejecuciones extrajudiciales y violaciones a los derechos humanos.
Dicho conflicto profundizó la situación de victimización para las mujeres del país asiático, de por sí inmersas en una cultura en la que la violencia, marginalización y estigmatización las hacían invisibles en los ámbitos político, social y económico, de acuerdo con Mulyani.
"En nuestro país compartimos situaciones similares a las de las mujeres colombianas inmersas en el conflicto armado -asegura la exembajadora-. Ellas no podían ir a la escuela y, en términos de derechos, aún se encuentran muy reprimidas, a diferencia de Colombia, en donde gozan de más libertades y se podría decir que la situación actual es menos represiva".
Pilar económico
Trie Edi Mulyani trabaja en el Departamento de Relaciones Exteriores de Indonesia desde 1984, y ocupó el cargo de embajadora de esa nación asiática en Colombia entre 2012 y 2016. Afirma que compartir las iniciativas de trabajo con mujeres víctimas del conflicto en su país puede ser beneficioso para esta nación suramericana, en especial teniendo en cuenta su estado actual de transición hacia la paz.
"En poblaciones golpeadas por la violencia, y en medio de escenarios de posconflicto, nos propusimos enseñarles a las mujeres indonesias a hacer artesanías y manualidades con diferentes materiales, de manera que tuvieran herramientas para llevar comida a sus hijos y ser un pilar económico en sus respectivas familias y comunidades", manifiesta.
El tsunami de hace 12 años fue una experiencia dolorosa que, en su opinión, obligó a varios sectores de su país a ponerse de acuerdo y apostarle a la paz. La situación generó un cambio de actitud y pensamiento, cuyo resultado fue la posibilidad para las mujeres de asumir un papel más activo en la sociedad.
"Muchas mujeres son hoy las dueñas de pequeñas y medianas empresas en diferentes regiones del país. Están afianzando sus conocimientos y adquiriendo insumos y tecnificando su producción para avanzar en la creación de empresas más grandes y con mayor impacto en la economía -relata-. La sociedad se mostró muy abierta en este proceso. Muchos padres, hijos y hombres en general entendieron que las mujeres querían ser compañeras, ayudarles a liderar las familias y sacarlas adelante".
Dos títulos en Economía y Contaduría, respectivamente, y un magíster en Finanzas se unen a la capacidad de Mulyani para reconocer problemáticas comunes en culturas diversas. Ello le ha permitido ocupar cargos en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, el Centro de Análisis de Políticas para la Región de América y Europa, y la Sociedad de Cónsules Extranjeros. Fue Cónsul General de Indonesia en Nueva York (Estados Unidos); inspectora para la Región Europea; embajadora de su país en Francia y Hungría, e integrante de la Misión Permanente en Estados Unidos.
De su formación, recuerda el Programa en Negociación para Altos Ejecutivos y Manejo de Personas Difíciles en Situaciones Difíciles, en la Universidad de Harvard, y su trabajo en el Movimiento de los No Alineados. En este último aprendió que "el no tomar partido, no estar con una potencia o con la otra, facilita el crecimiento de las naciones y abre las puertas a la libertad", un elemento fundamental en el cambio cultural que vive Indonesia desde que las olas se retiraron de las costas y los fusiles dejaron de sonar, una experiencia que hoy compartió en Medellín.
Colombia positiva
Trie Edi Mulyani, exembajadora de Indonesia en Colombia, está terminando de escribir un libro titulado My real life in Colombia (Mi verdadera vida en Colombia). En este cuenta que, desde su nombramiento como embajadora en Bogotá, sus conocidos y familiares le hicieron advertencias llenas de imágenes negativas sobre la realidad colombiana. "La visión que tenían del país era muy mala. Me decían que no viniera y me hablaban de sicarios, droga y violaciones. Pero he tenido la oportunidad de conocer a Medellín y Bogotá, a su gente y su naturaleza, por lo que cambié totalmente esa opinión".
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Alejandro Gómez Valencia
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT
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