La libertad y el orden, la cultura política y la construcción de un Estado respetuoso de las normas de convivencia son algunos de los temas abordados por el investigador Mauricio García Villegas en su libro El orden de la libertad.
Esta publicación, precisamente, fue el motivo del conversatorio que se realizó el miércoles 2 de agosto en el auditorio 38-101, donde el investigador, en compañía de Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT; y de Jorge Giraldo Ramírez, decano de la Escuela de Humanidades de la Institución, reflexionaron sobre los desafíos políticos y sociales que tiene el país en la actualidad.
“Es un libro muy valiente. Atreverse a hablar hoy de orden en Colombia parecería que no es políticamente correcto, pero él en una línea de investigación coherente con su pensamiento, desde hace mucho tiempo se atreve a abordar este tema, que combina la gran tensión que existe desde el siglo XIX en estas repúblicas. Recordemos que el lema de nuestro escudo es precisamente libertad y orden, ideales republicanos que entraron en desuso o mal vistos desde cierta óptica”, apuntó el rector Juan Luis Mejía.
Este libro, escrito a manera de ensayo, retoma, principalmente, el proceso de construcción de Estado desde la Colonia española y los conceptos de orden que desde allí se impartían, la cual, según el académico, dejó una pérfida herencia en la cultura política de Colombia, tanto en instituciones del gobierno como en los ciudadanos.
“Existe una institución muy particular de esa España clásica, que es la confesión. Eso tiene que ver mucho con el derecho, porque permite empezar de cero, limpiar el alma. Eso creó cierta flexibilidad con la ley y la justicia. Yo creo que esa institución del catolicismo es fundamental en la manera como nosotros hoy entendemos el derecho, la autoridad, la desobediencia”, afirmó Mauricio García, abogado de la Universidad Pontificia Bolivariana y doctor en Ciencia Política de la Universidad Católica de Lovaina.
Según el análisis del autor, las posibles causas de la desobediencia y la falta de cultura cívica de los colombianos –y en general de la sociedad latinoamericana– encuentra sus raíces en asuntos como la ausencia de Estado en gran parte del territorio, el exceso de leyes y la falta de efectividad del derecho y la ilegitimidad de algunas de sus instituciones.
Además, en asuntos relacionados con la moral y la cultura ciudadana, el politólogo resalta la mentalidad de personajes como el vivo, el rebelde o el arrogante como razón fundamental en la desobediencia e incumplimiento de las normas.
“El libro, como un buen libro de ensayo, no tiene muchas tesis. Está entretejido con recuerdos de su vida familiar y llega en un momento muy importante. En este país lo que más necesitaba la paz es un cambio cultural que no está en el acuerdo de La Habana, que no va a salir de los proyectos de Fast Track, que tiene que salir de la iniciativa de mucha gente en la sociedad civil, en las organizaciones privadas, en los medios de comunicación, en las universidades”, señala Jorge Giraldo Ramírez, decano de la Escuela de Humanidades en EAFIT.
Para el científico de las ciencias sociales, la cultura ciudadana basada en una moral cívica debe construirse bajo la conciencia estricta del respeto por el otro. Según su análisis, en el país impera la moral dogmática religiosa que termina por ser uno de los principales reguladores de la vida social. Asuntos como este se ven reflejados en hechos como el Plebiscito, tras el acuerdo del Gobierno con las Farc, donde la comunidad religiosa tuvo gran influencia en la votación.
“En Colombia, sobre todo ese liberalismo de los liberales clásicos, que creían mucho en el orden como fundamento de la libertad, nunca permeó las instituciones. Siempre hemos tenido unos líderes políticos obsesionados por el despotismo, que ven el desorden como un problema que se soluciona a las patadas. Aquí siempre inventamos el problema del despotismo, pero el problema fundamental es la administración pública, cómo construir un orden burocrático, un aparato estatal independientemente de los factores políticos, que no cambie cuando llegue un gobernante electo, que se mantenga y establezca un orden por encima de la vida política”, concluye Mauricio García Villegas.
Finalmente, apuntan los panelistas, ensayos como éste, donde se retoman conceptos de la ética ciudadana y la cultura institucional son importantes para el momento de transición social y política que vive Colombia, ya que pueden aportar a la construcción de una mejor ciudadanía.
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Alejandro Gómez Valencia
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