La postura de China limita los movimientos de Estados Unidos y Corea del Norte no pasa de mostrar los dientes en una situación de tensión en la península de Corea que ha puesto a muchos a pensar en una guerra inminente. Sin embargo, a pesar del tira y afloje diplomático de los últimos días, es poco probable el estallido de un conflicto bélico en esa zona. Esa es la apreciación de analistas de EAFIT, quienes consideran en sus apreciaciones los resultados de las elecciones de este martes 9 de mayo en Corea del Sur.
Los ejercicios militares de Estados Unidos en el mar de Japón y la llegada del portaviones nuclear Carl Vinson tampoco son, desde el punto de vista de Camilo Pérez Restrepo, coordinador académico del Centro de Estudios Asia-Pacífico de EAFIT, indicadores de una refriega, "debido a que tales ejercicios no son nuevos, se vienen haciendo hace varios años, desde administraciones pasadas. No son una política del presidente Donald Trump".
El experto reitera además que el país norteamericano depende de China para mantener el equilibrio en la zona, y un ataque a Corea del Norte desencadenaría una crisis humanitaria y un riesgo nuclear cuyas consecuencias, devastadoras para Pekín, llevarían al enfriamiento de las relaciones entre ambas potencias. Por su parte, según plantea Camilo, el gobierno de Pyongyangtiene las armas solo para mostrarlas y obtener atención internacional, no con fines de atacar a E.U., un acto al que considera suicida.
Con dichos planteamientos se mostró de acuerdo Juan David Escobar Valencia, director del Centro de Pensamiento Estratégico de la Universidad, para quien el ejército norcoreano no tiene capacidad de coordinar un ataque a E.U., cuya represalia sería arrolladora. Aunque descartó también una agresión preventiva en sentido contrario pues la potencia occidental, en su opinión, quedaría muy mal parada frente a la comunidad internacional.
El docente estima conveniente entender el proceso de evolución del programa balístico y nuclear norcoreano, "el cual tiene tres etapas: construir un dispositivo nuclear que explote; reducir el tamaño del mismo para introducirlo en un misil, y tener un proyectil de largo alcance que sea confiable y no se desvíe o explote en la trayectoria hacia otro continente. La primera ya está hecha y la segunda parece también cumplida, pero en la tercera no tienen aún muchas garantías. Por eso no son una amenaza real".
Escobar agrega que Corea del Norte no puede dañar a E.U. pero sí a sus aliados Japón y Corea del Sur. Este último tiene concentrada gran parte de su población y capacidad económica muy cerca de la frontera con el primero, y cualquier daño a su gente o infraestructura sería considerado, en palabras del analista, como un fracaso para E.U. "Nadie quiere una guerra porque no hay ningún beneficio derivado del desborde de las tensiones en esa parte del mundo, y las guerras se hacen para obtener ganancias", concluye.
Reunificación
Las elecciones de este martes 9 de mayo en Corea del Sur son decisivas para el futuro de las relaciones entre los países inmersos en esta situación de tensión. El candidato de centro izquierda Moon Jae-in, del Partido Democrático, quien se ha proclamado vencedor tras conocer las encuestas a boca de urna, presentó entre sus propuestas de campaña más llamativas la de retomar la denominada política del sol, con la que el gobierno surcoreano trató de acercarse al líder Kim Jong-un a finales del siglo pasado e inicios del presente.
No obstante, y a pesar de que dicho acercamiento podría parecer contrario a los intereses de Estados Unidos, Camilo Pérez Restrepo advierte que no se deben esperar cambios trascendentales con el triunfo del Partido Democrático, pues "ya ha habido otros gobiernos en Corea del Sur que han buscado acercamientos con el norte, y eso no ha ido en detrimento de las relaciones con el gobierno de Washington, a quien le interesa, primordialmente, mantener la presencia en la zona y sus bases militares en territorio surcoreano".
Al respecto, José Alberto Toro Valencia, docente del Departamento de Derecho de EAFIT, plantea la pregunta acerca del nivel de acercamiento que podría proponer Moon Jae-in. "¿Sería solo para rebajar tensiones o la intención real es la de reunificar ambos países, crear un solo Estado? En este último caso habría que mirar quién asume el costo de dicha integración", plantea el analista.
Frente a dichos interrogantes, Camilo Pérez Restrepo aventura una respuesta: "si el escenario hipotético de la reunificación se da en las condiciones de Corea del Sur la presencia de E.U. se fortalecería en la región, y eso no agradaría a China. Si las condiciones predominantes son las norcoreanas, el gobierno Chino saldría favorecido".
De cualquier forma, según resalta el coordinador académico del Centro de Estudios Asia-Pacífico de EAFIT, un escenario de reunificación implicaría una difícil transición, debido a las marcadas diferencias entre ambas economías, por lo que la posibilidad de convertirse en superpotencia sería remota durante los primeros años.
Pero en el mediano o largo plazo, afirma el docente "podría llegar a ser muy interesante en términos económicos, pues sería el músculo industrial del sur y la mano de obra barata y los recursos naturales del norte. Lo cierto es que una de las cosas a discutir en el caso de una Corea unificada es si se mantiene la presencia de E.U., pues se supone que esta se debe a su compromiso de defensa con Seúl, el cual desaparecería en dicho escenario".
China, jugador de primer orden
Juan David Escobar Valencia, director del Centro de Pensamiento Estratégico de EAFIT explicó que en los dos gobiernos anteriores de Estados Unidos se consideró que el único país capaz de lograr una negociación efectiva con Corea del Norte era China, debido a su conexión histórica, económica y, en parte, ideológica con Pyongyang. "Pero han pasado los años y China no ha demostrado ser efectiva. Ante la falta de resultados, y teniendo en cuenta los últimos ensayos balísticos y amenazas de Corea del Norte, E.U. considera que debe dar una respuesta. Por eso contempla instalar misiles de gran altitud en Corea del Sur. Por su parte, China sabe que si no puede neutralizar la amenaza de Corea del Norte, E.U. instalará esos misiles, lo que es una molestia para esa nación. Por eso la conversación reciente que tuvieron sus mandatarios fue, en el fondo, una negociación, en la que E.U. le dijo a China que para evitar medidas fuertes a nivel comercial debe encargarse de los coreanos", explicó el docente. En su opinión, China puede dejar de comprar carbón a los norcoreanos y cortarles el suministro de combustible "pero no le conviene a China un conflicto cuyos cálculos indican que, solo en el primer mes de una eventual guerra, llevaría entre tres y cinco millones de desplazados de Corea del Norte a la potencia asiática".
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Alejandro Gómez Valencia
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