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Hace más de seis años se lanzó una apuesta: un llamado con urgencia para reflexionar sobre la ética, la moral, los valores y la integridad académica. Ese proyecto institucional, llamado Atreverse a Pensar y que en su momento impactó a más de 10 promociones de egresados, se ha convertido hoy en una dependencia sólida, visionaria y comprometida con la formación de profesionales integrales que contribuyen al progreso del país.
De esta manera, el Centro de Integridad de EAFIT se consolida como un espacio para investigar, debatir y reflexionar en torno a los temas de ética e integridad en la vida académica y en la sociedad.
Nathalia Franco Pérez, líder de esta unidad (el centro se inauguró el pasado jueves 23 de febrero), señala que la participación de los egresados ha sido fundamental en los orígenes de la iniciativa y seguirá siendo muy importante para los proyectos futuros.
“Esto no es un tema que afecta únicamente a los públicos internos, sino a toda la sociedad y, por supuesto, a nuestros egresados. Ellos fueron alguna vez estudiantes y ahora queremos que nos ayuden a pensar la integridad desde el mundo laboral”, señala.
Y agrega que este sector de la población eafitense, al estar en contacto directo con las compañías, el Estado, y el diseño y ejecución de las políticas públicas, entre otros campos, va a ser decisivo para replicar el mensaje y evidenciar la importancia de la integridad en el terreno profesional.
“Igualmente, durante el proceso de creación del centro contamos con la participación de egresados, y algunos de ellos todavía continúan trabajando con nosotros como voluntarios, y ofreciendo talleres con los estudiantes de pregrado. Esto ratifica la importancia que tienen para nosotros”, señala Nathalia.
Uno de ellos fue Sebastián Montoya Isaza, egresado del pregrado en Ingeniería Física y quien en la actualidad cursa su maestría en Alemania. El eafitense participó en la creación del documento base para la creación del centro, y aportó sus conocimientos en el estudio de la ética desde el campo de las ciencias exactas.
“Mi capacidad de trabajo en grupo se nutrió enormemente de todos los debates y reflexiones que en su momento pude compartir con el comité de estudiantes y egresados del entonces programa Atreverse a Pensar. En estos espacios se discutió y dio forma a lo largo de varios años a muchas de las ideas que hoy encarna el Centro, y por eso su consolidación es tan especial para nosotros”, señala Sebastián.
Para el egresado, uno de los principales valores del Centro es la posibilidad de enfrentar un tema con raíces culturales muy fuertes, y con consecuencias políticas y económicas, pero desde la prevención activa y la reflexión comprensiva, y no solo desde la sanción.
Otra de las estrategias que ha planeado esta dependencia en conjunto con los egresados serán los Diálogos de Integridad, una iniciativa que promoverá la reflexión sobre la ética y la integridad en diferentes profesiones y campos del saber, y en los que, en cada conferencia, habrá lugar para los testimonios, las experiencias y las valoraciones de los graduados.
Estas y muchas otras acciones conforman una dependencia estructurada en tres ejes de trabajo: educación, investigación y proyección social, y en los que el concepto de cocreación con estudiantes, docentes, administrativos, egresados y la comunidad en general es un paso definitivo para la construcción de mejores prácticas en la vida académica, familiar, laboral y personal.
Una apuesta para reflexionar sobre el ser
En un inicio como monitora de Atreverse a Pensar, y hoy como egresada y analista del Centro de Integridad de EAFIT, Monserrat Ordóñez Echeverri ha sido testigo y parte de la construcción de la unidad, de su filosofía y de sus estrategias. “Estoy aquí por varias razones: porque creo en esta apuesta y porque es un tema que me toca profundamente, que me hace reflexionar y que me motiva a seguir creciendo como ser humano y como profesional”, expresa la psicóloga eafitense.
Monserrat y Nathalia hacen parte de un equipo que busca posicionar al Centro de Integridad de EAFIT como un punto de encuentro para fomentar la educación con sentido y generar procesos edificantes que contribuyan a la formación integral de todas las personas que habitan la Institución.
Una aspiración que tiene como base seis años de trayectoria, más de 10.600 estudiantes beneficiados con sus talleres y cerca de 110 instituciones públicas y privadas que han replicado el mensaje, y que se cimentó con la conferencia Educación desde el ser, que presidió la filósofa española Adela Cortina Orts, y con la que oficialmente se inauguró el centro.
De esta manera, esta dependencia se confirma como el resultado de la tenacidad, el compromiso y la constancia. Valores que se ven reflejados en su misión, visión, objetivos y ejes estratégicos, y en un sólido grupo primario conformado por la Dirección de Docencia, la Secretaría General, Proyecto 50, el Departamento de Desarrollo Estudiantil, y representantes de los estudiantes y los profesores.