Y la pregunta es ¿para qué sirve un proceso de autoevaluación? La respuesta es simple: para mirar el camino que se ha recorrido, hacer un análisis de lo que se ha alcanzado, identificar los logros, reconocer aquellas fortalezas, pero también los aspectos que son susceptibles de mejora.
Bueno, pero dirán otros, ¿y después de hacer eso qué sigue? Ahí es donde una Institución como EAFIT puede decir que está lista para recibir la visita de pares evaluadores para mostrarle sus hallazgos después de la Autoevaluación, un proceso que no busca nada más que aspirar a la renovación de la Acreditación Institucional, que está vigente hasta 2018 y que, después de llevarlo a cabo, arrojó una calificación global de 4.55, en una escala de 0 a 5.
Y ¿cómo se llegó a esta calificación? Fue con el apoyo, disposición y compromiso de 3442 personas, entre profesores, estudiantes, egresados, directivos y empleados administrativos, quienes se reunieron para analizar cada aspecto y cada situación, y registrar todo aquello que ha permitido el crecimiento de la Universidad, así como examinar las posibles acciones de mejoramiento necesarias. Todos estos análisis están consignados en el Informe Final de Autoevaluación 2016. (
Ver informe).
Y estos son los resultados
Según estos resultados, la Universidad cumple con los 12 factores de calidad definidos por el Consejo Nacional de Acreditación (CNA), y puede aspirar a la segunda renovación de su Acreditación Institucional de alta calidad, pues no es la primera vez que se somete a este proceso, lo hizo en 2002 cuando obtuvo una calificación de 4.31, y en 2009 en la que adquirió un 4.37.
“Cuando se llega a este punto se quiere ser más exigente y las calificaciones obtenidas reflejan esas aspiraciones. Al mirar hacia adelante, uno encuentra asuntos por mejorar y, en eso, trabajamos. Bien lo dice nuestro Video Institucional: los mejores días de EAFIT están por venir y la gente lo tiene impregnado”, expresa el directivo.
“Resalto algunos aspectos que me llenan de satisfacción como la alta calificación en el manejo de recursos financieros que obtuvo 4.90, pues es un reconocimiento al esfuerzo que hacemos por tener unas finanzas sanas, a las inversiones que hacemos año tras año y a los esfuerzos por tener la mejor infraestructura”, dice Juan Luis Mejía Arango, rector de la Universidad.
Y agrega que también se destaca la alta calificación en el factor de estudiantes, que alcanzó 4.82, por el hecho de que ellos valoren bien el trabajo de los docentes y la Institución, lo que es muy importante.
Misión y Proyecto Institucional alcanzó un 4.65, Procesos académicos llegó a 4.65, Visibilidad nacional e internacional obtuvo una calificación de 4.55, Investigación y creación artística y cultural de 4.37, Pertinencia e impacto social 4.25, y Procesos de autoevaluación y autorregulación de 4.50.
Así mismo, Bienestar institucional recibió una calificación de 4.70; Organización, administración y gestión 4.57; y el factor de Planta física y recursos de apoyo académico un 4.70.
El Rector señala que uno de los aspectos por mejorar es la relación que tiene la Institución con los egresados, un tema que se ha dificultado por temas de orden legal como el habeas data y por la cantidad de graduados con los que ya se cuenta en la actualidad.
“Estamos satisfechos con el hecho de tener una calificación por encima de 4, que no es de manera estricta comparable con los anteriores, pero que determina que hay una percepción de mejora de la comunidad hacia la Universidad”, concluye el Rector.
Ahora la Universidad abre sus puertas para recibir, entre el lunes 22 y el miércoles 24 de mayo, a los pares académicos externos designados por el Consejo Nacional de Acreditación, quienes estarán en el campus verificando las condiciones de alta calidad consignadas en el Informe de Autoevaluación.