¿A qué suena Santander? Puede que a tiple o a requinto, tal vez a guabina, a bambuco, o, quizás, a torbellino y a pasillo. Sin embargo, para Rafael Guillermo Rivera Mejía, natural de esta región, suena a las personas, a su particular acento, y a lo que hace su gente.
Y para confirmar dicha afirmación, este magíster en Música de EAFIT realizó un viaje por diferentes regiones de su departamento con el objetivo de capturar estos sonidos y convertirlos en Viaje Electroacústico por Santander, una pieza musical que refleja los valores, la esencia y el sentimiento de la santanderianidad.
Esa fue la propuesta que presentó a la Gobernación de Santander y por la que fue reconocido con una de las becas de estímulos de dicha administración en la categoría de Música de Cámara. De esta manera, y armado únicamente con una tableta de doble micrófono, este eafitense comenzó un viaje sonoro por algunos de los parajes santandereanos más representativos.
El recorrido inició en Vélez, el municipio más antiguo de esta región administrativa. Allí, además de los sonidos de calles, parques, fábricas de bocadillos y plazas de mercado, también se reunió con el Grupo Corazón Santandereano, conformado por una familia tradicional de la zona.
Más tarde, en Socorro, su dispositivo capturó los sonidos de las bandas de marcha de los colegios y de la Orquesta Sinfónica del pueblo; mientras que en San Gil hizo un registro de los sonidos cotidianos del municipio, así como de la calma y el silencio del parque El Gallineral.
En Málaga grabó a la familia Orduz y a su grupo de música carrangera, y en Bucaramanga, la capital, volvió a recorrer el centro y las avenidas, fue a los principales parques, se subió a los buses, y recorrió el campus de la Universidad Industrial de Santander.
Barrancabermeja fue la última de sus paradas y allí tuvo la oportunidad de registrar los sonidos del municipio petrolero, así como un grupo tradicional de tamboras.
“En total fueron más de 12 horas de grabación que, después de un arduo trabajo de edición, se redujeron a una hora, que es lo que debe durar la obra. Luego de procesar, cambiar sonidos, timbres o velocidades a esta selección, obtuve uno de los instrumentos del ensamble, el electrónico, que pasó a sumarse a la flauta, el violonchelo, el vibráfono, el corno francés y el tiple”, explica el egresado.
El resultado, según continúa describiendo este músico y compositor, es una obra que nunca va a sonar igual, sino que propone un diálogo entre los diferentes instrumentos. “El único instrumento fijo es el electrónico, de resto es un proceso creativo dentro de la obra, en el que los músicos arman patrones que ellos mismos siguen. Los ensayos que haremos mañana sonarán muy distintos a los de hoy, y en el estreno es probable que también sea un resultado muy diferente”, añade.
El próximo primero de diciembre este eafitense estrenará su obra en Bucaramanga, y espera que esta creación artística comience a despejar el camino para otros músicos, intérpretes y compositores que quieran desarrollarse en el campo de la electroacústica y las músicas innovadoras, sobre todo en una región donde ha primado la cultura sinfónica y folclórica.
Rafael también destaca que, durante el proceso creativo, le fueron de ayuda las herramientas y conocimientos que obtuvo tanto en su maestría como en su participación en el Grupo de Investigación en Música y Nuevas Tecnologías, y afirma que espera poder seguir dando a conocer su obra en otras partes, así como poder trabajar otras ideas que tiene en mente.
“Quiero seguir desarrollando mi trabajo de composición en electroacústica y paisaje sonoro, temas que se han convertido en uno de mis grandes intereses profesionales”, enfatiza.
Intérprete, compositor, docente e investigador
Aunque su formación de pregrado la realizó en la Universidad Industrial de Santander, Rafael también se siente agradecido y cercano con la Universidad y los conocimientos que recibió en su posgrado, especialmente en los temas relacionados con nuevas músicas, que lo ayudaron en su lenguaje de composición.
A los profesores Víctor Agudelo Ramírez y Marco Alunno también los recuerda especialmente, y señala que junto a ellos pudo fortalecer los temas acústicos y electrónicos.
Además de su participación en el Grupo de Investigación en Músicas y Nuevas Tecnologías, Rafael también se ha desempeñado como trompetista, compositor y profesor en algunas instituciones de la ciudad y de Santander.