Como ejemplos, Rincón se refirió a El Espectador, de origen liberal; a El Nuevo Siglo, medio del antiguo laureanismo; a El Colombiano, al servicio del conservatismo; y a El Heraldo, abiertamente liberal. “Estos periódicos tenían una postura partidista y muchos de sus dueños ejercieron el periodismo y fueron dirigentes nacionales”. En opinión de Rincón, esto le ha restado credibilidad a los medios escritos, teniendo en cuenta que para el panelista el periodismo es un contrapoder y al volverse un poder pierde su sentido porque no puede fiscalizar.
Para Rincón, todo periodismo es político y por esta razón los comunicadores deben contar con este componente. “Como periodistas tenemos una participación política en la sociedad, y ojo, no hablo de algo electoral o partidista”. Finalmente, destacó la entrada del internet, pues de esta forma la opinión se ha hecho más multitudinaria.
La visión soñadora de Castillo
Otro de los jurados del Premio, y a la vez panelista del encuentro, fue Carlos Castillo, quien comenzó con una imagen del cine: los periodistas en el Viejo Oeste de los años 30, a quienes ilustró como jóvenes con ganas de preocuparse por su comunidad. Afirmó que eran personas que no tenían recursos académicos, que nunca se relacionaban con los poderosos y que el sheriff los quería sacar del pueblo por sus seguidas denuncias. Al final, este periodista ganaba y hacía justicia.
En cambio, en la película El Ciudadano Kane se ve otra imagen, y es en la que el periodismo empieza a convertirse en industria y en sinónimo de poder. Ante eso, Castillo habló de una visión remota de los periodistas en la década del 30 y de otra muy diferente ahora, cuando muchos están al servicio del poder, por lo que insistió en un triángulo que involucra lo económico, los medios y el poder político. Esto, para Castillo, hace que la información se manipule y se aplique el concepto de la autocensura.
Así mismo, el periodista Héctor Abad Faciolince se refirió a los periódicos con una tendencia partidista definida, como es el caso de algunos que sirven a gobiernos como los de Cuba o Irán, además de otro tipo que, como El Observatorio Romano, son de la Iglesia Católica. Explicó el columnista que en el país hay periódicos no independientes y otros de características liberales (relacionados con la manera de pensar), que intentan hacer prensa pluralista.
Aseveró también que la misma prensa liberal tiene límites ideológicos, y en ese campo nunca se hablará a favor del racismo, del secuestro o del nazismo. Elogió también lo hecho por periódicos norteamericanos que tomaron partido por unos candidatos pero que nunca le cerraron las páginas informativos a sus contendores. Finalmente, anotó que para todo periodista la búsqueda de la objetividad, como lo es para la sociedad la democracia, es legítima.
A su vez, Rodrigo Pardo, ex director de la revista Cambio, comentó que hasta los años 70 los periódicos tomaban parte en la contienda, pero luego de ese periodo todo cambió y ahora apenas un 15 o 20 por ciento de la población se declara liberal o conservador políticamente hablando, lo que también ha influido en la forma de hacer periodismo. Expresó que las corrientes internacionales hicieron que lo anterior cambiara y que en Estados Unidos, por ejemplo, muchos medios aíslan a su personal de opinión de quienes informan.
Pardo recalcó que los intereses económicos y políticos están influyendo demasiado en la manera de hacer prensa y, en muchas ocasiones, esto les genera un sesgo a los medios. “Hoy la falta de independencia pasa por lo económico”, reiteró. Frente a lo anterior, Héctor Abad insistió que un periódico sin capital no puede tener reporteros y los periódicos son difíciles de mantener, tomando como punto de partida una pregunta surgida dentro del público, donde se indagó por la poca reportería que se hace en los medios.
De esta manera, los estudiantes presentes se hicieron una idea sobre un tema del que se ha discutido siempre pero al que se le encuentran diferentes matices cada vez que se trae a colación. La discusión continúa.