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Agencia de Noticias / Abril 2010 La labor proactiva de EAFIT en medio siglo de existencia

Noticias abril
30 de abril de 2010

La labor proactiva de EAFIT en medio siglo de existencia

• La historia eafitense está marcada desde siempre por el aporte al desarrollo del país. Desde sus inicios, la Institución se ha inquietado frente a los cambios.
• La Universidad ha preparado administradores y gerentes, quienes, en el último tiempo, se cruzan en el campus de La Aguacatala con músicos y politólogos.

Las mentes de los 19 empresarios que el 4 de mayo de 1960 le dieron vida  a la Escuela de Administración y Finanzas (EAF) andaban muy inquietas. El momento que vivía el mundo, y en particular Colombia, hacía pensar que los cambios debían introducirse lo antes posible en una sociedad que experimentaba una etapa de industrialización bastante agitada y que, debido a múltiples factores, se estaba asentando en las ciudades.

Por eso, luego de 50 años de marcha como integrante activa de una dinámica nacional, EAFIT ha buscado contribuir desde siempre al progreso del país, de ese país que no para de crecer y que sigue reclamando cambios sustanciales. En ese sentido, el rector Juan Luis Mejía Arango se acerca a aquellas épocas de transformaciones para entender que, diferente a muchas instituciones, la Universidad surgió de manera proactiva, como una forma de saber leer el reto que planteaba la historia.

“Siempre me hecho una pregunta: ¿qué habría sido de esta sociedad sin EAFIT?”, se interroga el actual rector, quien, de esta forma, se indaga por la suerte que habría corrido la clase empresarial sin una escuela, y más adelante sin una universidad, que hubiera preparado a sus administradores y a sus gerentes.

Pero, ¿qué generó la creación de EAFIT? La iniciativa surgió, entre otras razones, porque se requerían personas idóneas para dirigir las organizaciones que, en ese entonces, eran manejadas o por profesionales de otras áreas o, en contadas ocasiones, por administradores llegados de universidades de Estados Unidos.

De otro lado, en la convulsionada década del cincuenta hizo carrera -según lo explica el docente Juan Carlos López Díez, autor del libro EAFIT 50 años- dentro del discurso económico del Desarrollismo, la idea de que no hay países subdesarrollados sino subadministrados. “Con una sentencia de esta índole no es difícil concluir que el terreno estaba abonado para el nacimiento de las escuelas de negocios”.

En la investigación hecha por el profesor López se muestra que la potencia del norte reclamaba la formación de cuadros directivos y esto contribuyó, en parte, a que se comenzara a pensar en los países latinoamericanos con la creación de instituciones que cumplieran esta labor. Surgieron escuelas en Perú, Venezuela, México y Nicaragua, además, de Bogotá, Cali y Medellín (en Colombia).

Pensar en el futuro

En el caso de la EAF, alguna vez el industrial Hernán Echavarría Olózoga, presidente de la Organización Corona del país, le había preguntado a un joven ingeniero químico de nombre Jorge Iván Rodríguez Castaño que si en el medio local había administradores formados en academia. Rodríguez le respondió que eran pocos, a lo que el empresario le solicitó que comenzara a indagar por los que había. La búsqueda arrojó el resultado esperado y el señor Echavarría, ante la realidad, le dijo a Jorge Iván que si no existían, pues había que formarlos.

“Ese fue el motorcito que nos creó la inquietud, y así empezamos a pensar en crear la escuela”, dice Rodríguez Castaño, del grupo de fundadores de la Universidad y actual presidente del Consejo Superior de EAFIT. La iniciativa hizo eco en un grupo representativo de los industriales de la época y, de inmediato, se pusieron a trabajar en la creación de la EAF.

Con estos antecedentes de por medio, el miércoles 17 de agosto de 1960, tres meses después de firmarse el acta de constitución por los 19 empresarios, a las 7:00 a.m. el profesor norteamericano Bernard J. Hargadon Jr. empezó la presentación del programa de la cátedra Principios de Contabilidad en el programa de Administración de Negocios. “El escenario fue un salón prestado del décimo piso de la sede del Banco Central Hipotecario (ubicado en la calle Colombia, en el centro de Medellín)”, describe López en su libro.

Las clases comenzaron con 59 estudiantes divididos en dos grupos. Había alumnos de Medellín, Bogotá, Pereira, Manizales, Barranquilla, Bucaramanga y otras ciudades de la Costa Atlántica. Ellos serían, unos años más adelante, los primeros administradores de negocio que se graduaron en Colombia.

Dinámica constante

Ese fue el comienzo de EAF, la Escuela que dos años después abriría el Instituto Tecnológico y con este hito le agregaría las letras I y T a su nombre, por lo que siempre se siguió denominando EAFIT.

Por esos mismos años, la naciente institución firmó un contrato con la Universidad de Syracuse, de Estados Unidos, para que ésta impulsara aún más su desarrollo. Del norte del continente llegó un primer grupo de profesores para ofrecer asesoría en la conducción de la Institución, la conducción general del pensum, los programas detallados de las áreas de estudio y la preparación de materiales docentes, como se reseña en el libro Universidad EAFIT 30 años, de Juan Fernando Molina Jaramillo.

Los hitos que acompañarían luego a EAFIT fueron muy significativos. De un lado, el 14 de agosto de 1963 se produjo el traslado del centro de la ciudad a las nuevas edificaciones del barrio La Aguacatala de Medellín, donde hoy se erige el campus eafitense. Para 1970 se abrió el primer posgrado, una maestría en Matemáticas Aplicadas, en convenio con la U. de A. Por su parte, 1971 llegó con una gran noticia: EAFIT dejaba de ser escuela para convertirse en universidad, según lo aprobó el Gobierno Nacional mediante una resolución.

Los setenta le sirvieron a EAFIT para consolidar su entrada a las ingenierías y por ende la creación de su segunda escuela. En esa misma línea de acción, a mediados de este decenio se empezó a dictar la carrera de Ingeniería de Sistemas, la primera del occidente del país. Por estos años, la Universidad adquirió su primer computador IBM y de esa manera consolidó su entrada al mundo de la computación.

Durante la década de los ochenta, aparte de abrir más programas, EAFIT realizó su primer ejercicio de Autoevaluación Institucional en la que se emplearon encuestas, entrevistas, sondeos de opinión y análisis documentales, entre otros. Sería una acción que la Universidad continuaría haciendo a lo largo de su historia.

El decenio siguiente sirvió para que en conjunto con la Universidad de los Andes y la Universidad del Valle, EAFIT incursionara con una tecnología que revolucionaría el mundo: la traída del Internet a Colombia. Aunque la red existía desde mucho tiempo atrás, por esta época empezaba a masificarse.

EAFIT, más humanista

Otro de los pasos clave que dio EAFIT en su historia ocurrió entre 1997 y 1998 con la apertura de la Escuela de Ciencias y Humanidades. Pregrados como Música, Ciencias Políticas y Comunicación Social hicieron que la Universidad entrara en otra dinámica, en la que aparte de administradores y profesionales inmiscuidos en el mundo de las finanzas, la ingeniería y la economía, se contaría con personas dedicadas a las ciencias sociales. Fue un punto de quiebre ocurrido en la rectoría de Juan Felipe Gaviria.

En 2003, EAFIT hizo parte de las primeras universidades del país en recibir su Acreditación Institucional de alta calidad, un acto voluntario en el que se hace necesario cumplir con unos requisitos o parámetros establecidos por el Consejo Nacional de Acreditación y por el Ministerio de Educación Nacional. La distinción se extendió hasta 2009.

Un año más tarde se aprobó la creación de doctorado en Administración, fruto de un trabajo académico de intercambio y cooperación desarrollado desde 1991 entre la Universidad EAFIT y la École de Hautes Études Commerciales (HEC) de Montreal. En 2007, por su parte, se le dio vida al doctorado en Ingeniería.

No obstante, uno de los acontecimientos más grandes en la historia de EAFIT fue la graduación en 2009 del primer doctor en Administración formado en una institución colombiana. Se trató de Ernesto Barrera Duque.

Y para 2010, EAFIT se convirtió en la primera universidad en Colombia en recibir la renovación de su Acreditación Institucional. Mediante la distinción, el Ministerio de Educación Nacional, a través del Consejo Nacional de Acreditación (CNA), garantizó que la Universidad EAFIT logró niveles de calidad suficientes, lo que le valió recibir la renovación de su Acreditación Institucional hasta el año 2018.

De esta forma, EAFIT sigue atendiendo el llamado de los tiempos y de los cambios. Medio siglo de vida se extiende más allá de estas líneas y se refleja en los rostros de los estudiantes y de los egresados que han encontrado en su Universidad un espacio para formarse no solo como profesionales sino como seres humanos. Y como diría Juan Luis Mejía, rector de la Institución, lo mejor está por venir.

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Juan Carlos Luján Sáenz
Periodista de Información y Prensa
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