Noticias febrero
2 febrero de 2010

¡Sin miedo a las matemáticas!

• Hacer de esta ciencia una experiencia positiva de aprendizaje será uno de los beneficios de la diplomatura sobre el Desarrollo del Pensamiento Matemático.
• La conferencia de apertura, con entrada gratuita, será mañana miércoles 3 de febrero entre las 6:00 p.m. y las 7:30 p.m. en el aula 101 del bloque 27 de EAFIT.

Los docentes de las universidades dicen que los muchachos llegan con una preparación deficiente en matemáticas desde el colegio. Los de bachillerato opinan que las malas bases vienen desde la primaria, y el que dicta en este nivel considera que no existen los estímulos suficientes y por eso los niños ya entran mal.

Pero por otro lado, la mayoría de la población estudiantil siente fobia hacia dicha disciplina. Pues bien, con el objetivo de empezar a romper este círculo vicioso, EAFIT, a través del Centro de Educación Continua, ofrecerá la diplomatura sobre el Desarrollo del Pensamiento Matemático, dirigido a educadores de básica y de secundaria que busquen mejorar su labor de enseñanza por medio de un cambio personal.

Como parte del lanzamiento de este programa, mañana miércoles 3 de febrero a las 6:00 p.m., en el bloque 27 aula 101 de la Universidad, Claudia Marcela Polanía Sagra (matemática de la Universidad Nacional, con estudios de pedagogía en la Universidad de Gottingen y magíster en Antropología también de la Universidad Nacional), y quien participará en este proyecto de formación, dictará una conferencia acerca de cómo desarrollar este pensamiento a través de la mediación docente.

“Lo novedoso de la diplomatura es la metodología porque está basada en una teoría de Reuven Feuerstein, que habla de la capacidad del individuo de transformarse a sí mismo a través de un acto mediador y de una experiencia positiva de aprendizaje.  No es un curso teórico sino vivencial, porque el educador podrá experimentar que él mismo tiene dificultades y se da cuenta de que si le dan tiempo las puede resolver”, señala la docente.

Lo que propone este programa es cambiar el paradigma de enseñanza en los profesores, quienes son la raíz de muchas carencias en los jóvenes, para que además de lograr un mejor rendimiento en sus estudiantes puedan confrontar sus limitaciones.

“Lo que particularmente he estado averiguando durante muchos años es por qué la gente no quiere las matemáticas. Y bueno, detrás de ese odio me he dado cuenta de que hay un educador que las hizo difíciles, que golpeó, maltrató verbalmente o rechazó a un estudiante por no tener facilidades. Por eso queremos cambiarle a los maestros esa manera de ver este conocimiento”, dice.

Herramienta para identificar las dificultades

De acuerdo con la profesora esta metodología funciona en cualquier edad, aunque para ella es más sencillo en niños.
Por esta misma línea de pensamiento también camina el docente Luis Antonio Quintero Ortiz, conferenciante en la diplomatura. “Personalmente me encontré con la modificabilidad y vi que allí hay esa unión entre la teoría, que da todo el soporte, la estructura y los métodos, con unos resultados que se viven de forma personal. Queremos que los profesores participantes encuentren en este proceso el puente que cambie sus estructuras cognitivas y repliquen esto con sus estudiantes”, expresa.

Por medio de la lúdica, que permite fluidez en la creatividad y el trabajo en equipo, se busca que en este proceso de aprendizaje se venzan las resistencias que se tienen. Esto se logra mejor gracias a la ayuda del compañero y a la identificación de sus ventajas y potencialidades para reconocer que todos los individuos son diferentes.

“Lo bueno de la modificabilidad es que le dice a uno cómo sobrepasar el obstáculo. Por ejemplo, si un docente tiene un muchacho que no concibe percibir el conocimiento a través de problemas matemáticos, la metodología brinda unas herramientas para atacar esta limitación. El profesor va a tener la capacidad de identificar cuál es la debilidad del estudiante”, afirma la profesora Claudia Marcela Polanía Sagra.

Crear un pensamiento diferente

Según Luis Antonio Quintero Ortiz, cuando un docente no se ha planteado la pregunta sobre cómo transmitir el conocimiento adopta una vía mecánica de transferir esos conceptos de la misma forma que los recibió. Esto va perpetuando unos estereotipos en el educador de matemáticas, quien está acostumbrado a hacer muchas cosas de forma operativa.

“La  metodología lo manda a uno a la aventura, porque si yo acepto que cada niño es distinto y tiene su ritmo, me permite reconocer que quienes tengan las alas listas para volar vuelan y los que necesitan la mano para dar un paso la encuentran. Esto evitaría a largo plazo que la educación formal cierre caminos y genere un pensamiento tan convergente”, concluye Polanía Sagra.

Mayores informes
Claudia Polanía Sagra
Docente conferenciante de la Diplomatura
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Beatriz Elena Sánchez
Centro de Educación Continua de EAFIT
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