• Los alumnos de la Institución disfrutaron ayer la conmemoración del cincuentenario de la Universidad con el concierto De sol a sombra.

• Suso el Paspi abrió la jornada y la continuaron los grupos musicales que tocaron hasta eso de las 8:30 p.m.

De sol a sombra. Fiel al nombre del concierto cumplido ayer en la Universidad EAFIT, y con el que los alumnos eafitenses celebraron los 50 años de la Institución, se vivió la jornada en la que la música y el humor llenaron la Plazoleta del Estudiante, que esta vez se vistió de rumba y dejó, por un día, su porte académico. De sol porque las primeras horas de la tarde le dieron la bienvenida al jolgorio y a la fiesta, y a sombra, porque la última nota musical salió de los instrumentos a eso de las 8:30 p.m.

Papitas, raspao, crispetas, gaseosas o empanadas… Los productos que habitualmente se consumen en el barrio, en cine o en una cita de amigos fueron los que se ofrecieron a los casi 2.700 estudiantes presentes, los mismos que no pararon de moverse, de cantar, o de reírse, según fuera el ritmo o el personaje presente en la tarima dispuesta para los artistas.

En las inmediaciones del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas se acondicionó una carpa que hizo las veces de camerinos para los integrantes de los grupos musicales, en los que había no solo egresados sino docentes de la Universidad. De allí salieron constantemente los artistas que, sucesivamente, iban subiendo a la tarima para hacer parte de una tarde llena de buena música.

Antes de las 2.00 p.m. comenzaron a reunirse los estudiantes e integrantes de la comunidad que querían disfrutar del evento. El abrebocas fue el humorista antioqueño Dany Alejandro Hoyos, quien durante media hora divirtió a los asistentes con su personaje de Suso el paspi. Su intervención dio paso a la presentación del grupo Mr. Bleat, que comenzó a animar al público con su propuesta de electro rock.

Según Pablo Ángel González, bajo y guitarra de la banda, este grupo es el fruto de la experimentación de sus cuatro integrantes en un esfuerzo por mostrar algo diferente.

Su sonido innovador logró hacer cabecear a los presentes al ritmo de la música, mientras el grupo Parlantes se preparaba en los camerinos para hacer su aparición y terminar de tornar el ambiente en una fiesta universitaria. Unos estudiantes comenzaron a bailar en la mitad de la Plazoleta mientras su vocalista Camilo Suárez Roldán interpretaba letras que hablaban de vivencias personales y conversaciones cotidianas.

Los muchachos seguían disfrutando de la gran oferta de refrigerios, a la vez que Camilo continuaba arriba del escenario, apoderado del micrófono y de las líricas. “Quiero creer que lo que hacemos es rock, tomamos este género musical como nuestra base y luego le incorporamos otros elementos”, confesó más tarde, mientras descansaba del agotador esfuerzo que había hecho con sus cuerdas vocales. “Siempre tratamos de hacer buenos conciertos y esta vez también lo logramos”.

En la Plazoleta
Lina Villa Vélez no era una asistente regular. Es la esposa de Santiago Medina, el bajista de los Coffee Makers, la tercera agrupación que salió a escena para continuar levantando los ánimos que previamente había dejado al tope la agrupación Parlantes. “Me parece una nota este tipo de eventos, porque ofrecen una alternativa cultural diferente”.

El encargado de la percusión de este grupo es Pablo Domínguez Ardila, quien lo definió  como una mezcla de reggae, ska y otra serie de variantes musicales jamaiquinas. Su recorrido incluye varias presentaciones como teloneros de Juanes, y en festivales regionales y nacionales. Finalmente, y después de un receso de dos años, regresaron con nuevas propuestas y una tercera producción en camino.

Antes de las 6:00 p.m., los Coffee, como son popularmente conocidos en la escena local, dejaron a la mayoría de la audiencia de pie y a la espera del resto del concierto que prometía estar a la altura. Puerto Candelaria, Gordos Project y Banda la República seguirían a continuación.

La música no para de sonar
Puerto Candelaria es una de las bandas de Medellín con mayor trayectoria internacional: diez años de existencia, tres producciones discográficas y 16 giras por el mundo. En esta ocasión llegaron a EAFIT con una “propuesta muy fuerte, cargada de rock, energía y baile”, descrita por Juancho Valencia, su pianista y director.

El músico también se expresó frente a la importancia de esta celebración universitaria que reunió el talento musical local en un solo día. “En sus 50 años, EAFIT se arriesgó a realizar un evento con una verdadera programación artística, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de esas propuestas son de aquí”, enfatizó.

Puerto Candelaria, que se ha presentado en escenarios de Europa, Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica, nació con el objetivo de “expresar preguntas sobre la identidad colombiana y el entorno en el que se vive”.

Otros de los grupos que se presentaron fueron Gordos Proyect y Banda La República, que llegaban con otros ritmos diferentes para seguir amenizando la jornada. Daniel Restrepo Tamayo, egresado de Música de EAFIT, hace parte también de la agrupación de folclor La Colombina y es, además, uno de los integrantes fundadores de Gordos Proyect. Lo que él y sus compañeros hacen es “música para que la gente baile, para que mueva la cabeza, los brazos, la nariz o una oreja, en fin, para que se mueva”.

Por su parte, La República llegó con la trompetista holandesa Maite Hontelé como invitada especial, quién llegó a Medellín hace ocho meses después de haber trabajado con su agrupación personal de salsa y el Buena Vista Social Club. Maite tenía el sueño de tocar en Medellín y finalmente pudo lograrlo.

Con su exigente repertorio de trompeta demostró porqué considera que la música es “el centro de su vida” y rescató la importancia de reunir a las personas alrededor de diferentes géneros musicales. Después de la presentación de anoche, viajará a Norteamérica e Israel, en compañía de la banda antioqueña, para celebrar el Bicentenario de Colombia con los compatriotas que viven en estos dos países.

Y así, EAFIT y sus estudiantes se gozaron un martes festivo, lleno de recuerdos y de una variedad que se notó en todos los frentes: en la gastronomía, en la música, en las pintas de los artistas y en el humor. Fue una jornada de sol a sombra.