• Hoy, en el Día Clásico de la Universidad, el rector Juan Luis Mejía recuerda a los fundadores, destaca el presente y avizora el futuro de la Institución.
• Orgullo, responsabilidad y humildad son las palabras que utiliza para describir el sentimiento que lo embarga tras llegar a esta importante fecha.

Y llegó el 4 de mayo de 2010… Hace 50 años, ni Medellín ni la forma de concebir la administración y los negocios en Colombia volverían a ser lo mismo.
 
Hoy, medio siglo atrás, gracias al acta que suscribieron sus 19 fundadores, nacía la Escuela de Administración y Finanzas (EAF), la institución que en las siguientes décadas no solo le agregaría dos letras más a su nombre, para llegar a EAFIT, sino que sumaría innovación, responsabilidad social, calidad en todos los ámbitos y un equipo humano que ha liderado todas las transformaciones y ha sabido sortear las crisis.
 
Tras cinco décadas de recorrido, la Universidad es hoy un referente académico y arquitectónico de Medellín, una ciudad que, como cabeza de una región y líder en un país, la ha tenido como aliada a la hora de pensar en cambios que no solo incluyen lo privado sino también lo público, lo que redunda en beneficio de una población que hoy también es partícipe de esta conmemoración.
 
Y el encargado de llevar los destinos de la Universidad en esta importante fecha de su historia es el abogado y ex ministro Juan Luis Mejía Arango, quien aparte de hacer énfasis y subrayar la palabra orgullo piensa también en conceptos como la responsabilidad y la humildad, las mismas que transmite en la visión que tiene hoy de EAFIT y en lo que avizora para su futuro.
 
Acá sus respuestas, en las que agradece la gestión hecha por los fundadores, habla de los logros más importantes de la Institución y hace una metáfora sobre el presente de una Universidad que aunque mira hacia atrás para no olvidar su origen, tiene en su misión un futuro trazado en el que caben iniciativas y proyectos de todo tipo para seguir aportando al desarrollo de Colombia.
 
¿Cómo llega la Universidad a este cincuentenario?
Hemos vivido un proceso muy importante, inclusive si hablamos en términos de administración es un caso interesante de cómo una escuela de negocios se convierte en una universidad con investigación. Mirar estos 50 años nos ha dado oportunidad de analizar cómo una acertada dirección permite direccionar una organización de manera adecuada. También hay que observar cómo se dan los cambios en el momento oportuno, cómo se debe girar oportunamente y cómo se deben superar las crisis, porque la Universidad no ha estado exenta. No obstante, me parece que una dirigencia acertada ha conducido a la Universidad al lugar en el que hoy se encuentra.
 
Si tuviera la oportunidad de presentarles los avances de la Universidad a todos los fundadores juntos, ¿a dónde los llevaría?
¡Habría que llevarlos a tantas partes! Primero los llevaría a la Biblioteca, porque me parece que este lugar es un símbolo muy importante de la Universidad. Este sitio marca un momento clave, el despegue ya definitivo de EAFIT, además es también un referente arquitectónico, un lugar que se ha ido convirtiendo como en el cerebro, como en el epicentro de la Institución, y eso es muy significativo.
 
Los llevaría a las salas del cuarto piso, también de la Biblioteca, donde estamos acumulando la memoria. Así mismo, iría con ellos a las salas del primer nivel donde se está instalando la última tecnología para que los estudiantes puedan conectarse con cualquier lugar del mundo en un lenguaje audiovisual.
 
Los llevaría, indudablemente, a Música, espacio en el que se sentirían muy contentos al pasar por cada uno de estos lugares y observar muchachos de tan distintos estratos sociales consagrados a una disciplina. Caminaría al nuevo edificio de ingenierías, donde también se sentirían muy complacidos de ver un complejo contemporáneo, algo como fuera de lo común, no solo en la concepción arquitectónica sino de la pedagogía.
 
Los llevaría a unos laboratorios muy importantes, a los de biologías, a los de procesos biológicos, a los de física y a los talleres en donde los estudiantes de Ingeniería realizan sus proyectos. Iría con ellos (los fundadores) a la sala de doctorados, donde con todas las tecnologías modernas estamos formando los doctores de EAFIT.
 
¿Y que les mostraría de esa Universidad de hoy que conserva esa visión del ayer?
Los llevaría al Departamento de Prácticas Profesionales. Ese es un principio fundacional y creo que se sentirían muy orgullosos de ver la evolución que ha tenido el concepto de prácticas en la Universidad. Además, buscaría la manera de que los conectaran con tantos estudiantes en el exterior.
 
Los llevaría al bloque 3, al edificio donde hoy está Ingenierías, que eran las residencias universitarias. Es interesante ver cómo ha sido esa evolución. También iría a la cafetería, porque viendo las fotos tal vez, ésta y el bloque 3, son los únicos edificios que sobreviven intactos. La cafetería era el lugar de reunión y auditorio, y hasta los grados se hacían ahí.
 
En 50 años, ¿cuáles han sido los aportes más importantes de EAFIT?
Creo que nos falta hacer una investigación profunda sobre eso, sin embargo, hay varias etapas para analizar. Una primera de los administradores de EAFIT en la empresa privada, y creo que ahí se marca una evolución muy interesante. Yo considero que sería un caso de estudio, de cómo estos nuevos conceptos de la administración aportan al progreso de la industria.
 
Últimamente me ronda en la cabeza cómo medir el impacto de EAFIT en lo público, pues desde hace unos años los eafitenses empiezan a incursionar en estas áreas y cito algunos casos: con nuestro egresado Juan Luis Londoño de la Cuesta hay un momento en la concepción del sistema de salud en Colombia antes y después de él a partir de los ministerios que ocupó.
 
Me parece que en el tema del Banco de la República con José Darío Uribe existe una concepción muy acertada y con mucho carácter. El año pasado, a comienzos, le llovían rayos y centellas, no obstante, al final se vio que era correcta la política monetaria que había escogido.
 
Resalto también modelos como el de Aníbal Gaviria en la Gobernación de Antioquia, donde me parece que la Alianza por la Equidad, esa construcción de un tablero de comando para mirar la evolución del impacto de las políticas públicas en el sector social, es una innovación desde el punto de vista de la administración.
 
Dentro de poco estaremos próximos a mirar el impacto en lo cultural, y ahí creo que la percusión es una en Medellín antes y después del maestro Alexander Ziborov. Lo importante es plasmar una huella, algo muy diferente al paso efímero de los grandes maestros por la ciudad. Es mejor dejar una herencia para las nuevas generaciones.
 
Así mismo, los nuevos impactos de la Universidad, en investigación, en asesorías y consultorías, todavía requieren un tiempo para mirarlo y poderlo evaluar.
 
¿Cómo se imagina a la EAFIT centenaria?
No he podido imaginármela. Me he estado estrujando el cerebro pero es que los cambios ocurren tan rápido que es imposible uno hacerse una idea de algo. Solo doy un ejemplo: en el último Consejo Superior proyectamos un video sobre lo que serían las nuevas tecnologías. Fue un video elaborado en 2003, de cómo serían éstas en la educación en 2020, y fue muy impactante porque lo que se había pensado para esta fecha no solo ya está en 2010 sino que ya muchas de esas se superaron, entonces es imposible, con tanta evolución pensar cómo será esa universidad.
 
¿Hacia dónde va EAFIT?
Vamos en tecnologías a la Universidad ubicua y ahí retomo lo dicho por Félix Londoño González, director de Investigación de la Universidad EAFIT, en el periódico Portafolio, en el que empieza diciendo que esa cualidad que era antes exclusiva de los dioses, el don de la ubicuidad, hoy lo permite la red gracias a las tecnologías móviles. La Universidad está presente en cualquier lugar, es un concepto que nos cambia.
 
Vamos también hacia la Universidad de tercera generación, a la Universidad que no solo está en el área de formación y de investigación sino que decididamente contribuye al progreso de la sociedad. Ese es un paso muy importante.
 
Vamos hacia una Universidad mucho más incluyente, de hecho el futuro está, en buena manera, en que logremos acopiar fondos para generar muchas más becas y así generar mucha más inclusión social. La idea es traer a EAFIT las mejores mentes y las más brillantes, pues eso le da riqueza, diversidad y pluralidad a la Institución.
 
Vamos hacia procesos de internacionalización mucho más profundos. Tenemos que generar procesos mucho más rápidos y mucho más eficaces en movilidad, tanto de profesores como de estudiantes. Además, vamos hacia una Universidad con más cualificación de su profesorado, es decir, con cada vez más doctores.
 
En ese sentido, este año podemos cumplir la meta de tener los 100 doctores, que era el objetivo que nos habíamos trazado. Hay en la actualidad 300 profesores de tiempo completo, pero tenemos que superar rápidamente esa meta. Debemos estar por encima del 50 por ciento del profesorado con doctorado, y hay que incursionar en nuevas áreas del conocimiento. EAFIT, tarde que temprano, tiene que llegar al área de las biológicas para completar su abanico de conocimientos.
 
Usted siempre ha dicho que los mejores días de EAFIT están por venir, ¿por qué?
Porque siento que lo que hemos hecho en estos 50 años es una plataforma de lanzamiento, que lo que EAFIT ha venido haciendo es preparándose para dar grandes saltos, y considero que este medio siglo encuentra a la Universidad madura para retos más grandes. En el discurso que daré en el Día Clásico comparo la historia de EAFIT con la de un escalador que con muchos esfuerzos logra llegar a una cima, mira hacia abajo y se siente satisfecho, pero al volver la vista hacia el otro lado ve una montaña mucho más grande y mucho más agreste por escalar, y esa es la metáfora de estos 50 años.
 
Hemos llegado a una cima, pero tenemos al frente una montaña todavía mucho más difícil de escalar y mucho más grande, y hacia allá vamos. Estoy convencido que esta conmemoración debe tener un sentido, obviamente, de recordar con memoria agradecida a todos los que han logrado construir hasta ahora esta Universidad, pero también mirar la Universidad con respecto al futuro, con muchos retos, pero con un acervo que permite alcanzarlos.
 
¿Qué significa para usted ser el rector de EAFIT en esta celebración?
Me siento muy orgulloso y muy bien por ser el capitán de un barco que llega a un puerto que son estos 50 años. Pero me siento lleno de responsabilidades frente al futuro, y quiero llegar a este punto con una gran humildad, es decir, considero que hemos llegado a grandes cosas, pero nos faltan muchas más.

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Juan Carlos Luján Sáenz
Periodista de Información y Prensa
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