Las disertaciones, que fueron moderadas por Jesús Botero García, docente de la Economía de EAFIT, dejaron ver el panorama actual de Colombia frente al tema del crecimiento económico, en el que se analizaron sectores como el de la construcción, la vivienda, la infraestructura, y la inminente bonanza petrolera, áreas en las que, en palabras de Londoño Saldarriaga, se vislumbra un país con un campo enorme para crecer.

“Colombia ha llegado a tener un 10 por ciento de crédito hipotecario sobre vivienda (como porcentaje del PIB) y hoy tiene menos del tres por ciento, así que tenemos grandes posibilidades de inyectar crédito y de aumentar esa demanda. Y en infraestructura vemos un mercado interno creciente y es posible que terminemos en un crecimiento de un 4.3 por ciento”, afirmó.

Pero, más allá de un sector en especial, la reflexión condujo a que Colombia es un país con una economía diversificada y que en sectores como, por ejemplo, el agrícola aún hay oportunidades de desarrollo que no se han aprovechado.

Ambos conferencistas coincidieron en que, si bien los resultados del segundo trimestre del año fueron buenos (se llegó a un 4.5 por ciento), son los crecimientos de mediano y largo plazo los que determinan el nivel de vida de la población, pues en últimas lo significativo para una economía no es llegar a niveles altos, sino sostenerse en el tiempo.

Uribe Escobar adujo que esta perspectiva es positiva también por las transformaciones en la economía mundial donde los procesos de industrialización y de urbanización elevan los niveles de vida, aumentando la demanda de productos básicos que son los que produce Colombia.

Sin embargo, una de las grandes preocupaciones es que esta inserción de la economía mundial trae consigo tasas de cambio complejas que generan temor, a lo que los expertos dejaron ver que no necesariamente la revaluación trae perjuicios para la economía porque, incluso en momentos de revaluación, también se presentan oportunidades de mejora en modernización, en compra de dólar más barato y en intereses más baratos que benefician los nuevos desarrollos industriales.

“Eso muestra que tampoco es el fin del mundo. Colombia tiene que buscar un valor de su moneda que no le afecte su economía”, apuntó Londoño Saldarriaga.

Políticas económicas más eficientes
Ahora bien, siempre que se establezcan políticas económicas eficientes, los ingresos adicionales de diferentes sectores económicos no se deberían gastar, sino dejarlos para ser utilizados a largo plazo.

En este punto el Gerente del Banco de la República fue claro en afirmar que dichas medidas deben procurar incrementar el ahorro. “Tenemos exceso de inversión sobre ahorro y por eso nos toca traer ahorro del exterior y la idea es lo contrario, el sector público debe eliminar o reducir el déficit fiscal”.

Ante eso, no se trata de tener más recursos, sino de darle una buena asignación a estos y controlar el gasto. Y es que para el desarrollo de la minería, la vivienda o la infraestructura, por ejemplo, no se están requiriendo recursos fiscales.

Londoño Saldarriaga explicó que buena parte del esfuerzo lo hace el sector privado. “No estamos requiriendo que el Estado gaste sus recursos fiscales, sino que se establezca un marco institucional adecuado para ser más eficiente en el gasto y en el asunto tributario”.

En este sentido, los invitados coincidieron en que en Colombia lo que requiere son mayores niveles de tributación (el ingreso tributario está en el 13 por ciento) y no tasas altas. “Aunque tributamos pocos, quienes tributamos lo hacemos con tarifas muy altas. Tenemos que avanzar en una estructura más eficiente y que se tribute más sobre el producto interno bruto del país con tarifas más bajas e impuestos más razonables”, adujo el presidente del Grupo Bancolombia.

Otro tema fue el de la contribución a la seguridad social, que deja ver un panorama no tan bueno. Los cargos a la nómina para cubrir parte de este rubro afectan el empleo. Así que la cuestión es, en sus palabras, revisar de dónde se debe financiar la seguridad social y hacer la tan anhelada reforma tributaria, más simple y más justa.

“El reto con el tema del desempleo y la informalidad es enorme. Hay un problema de tipo estructural y de funcionamiento del mercado laboral, que permite que eso pase. La condición necesaria para que reduzca el desempleo es crecer, pero crecemos y el desempleo no se reduce de forma significativa”, aduce Uribe Escobar.

En general, los conferencistas fueron enfáticos en que sin instituciones gubernamentales que velen por establecer buenas políticas, pero además que éstas tengan los controles necesarios, será más difícil que la economía de el salto esperado.

Los ojos puestos en Colombia
Finalmente el tema de la competitividad tomó la palabra y, al respecto, las conclusiones abrieron un espectro muy positivo. El mercado colombiano llama la atención y ahí el objetivo será mantener alto ese deseo de invertir en el país para que se de un crecimiento importante.

“Hay suficiente apetito por Colombia”, comentó Londoño Saldarriaga y añadió que la educación de calidad será, la que, en el largo plazo, dará pie a mejores índices en este sentido.

Los líderes dejaron la invitación a acercarse a la cultura y a los mercados asiáticos por considerarlos con mucho potencial. “Si no nos metemos en el mercado asiático estaremos perdidos”, concluyó Uribe Escobar.