El compromiso de ayer, disputado en predios de la UPB, fue definido gracias a los goles de Juliana Dávila, estudiante de Ingeniería Mecánica; Tatiana Vélez, estudiante de Negocios Internacionales; y Carolina Orozco, estudiante de Administración de Negocios, quien se hizo presente en el marcador con dos anotaciones.

EAFIT llegó a esta fase tras imponerse en semifinales a la Universidad de San Buenaventura, mientras que la Universidad Pontificia Bolivariana había alcanzado el paso tras doblegar por la vía de los penales a la Universidad Nacional.

En palabras de Cristina Escobar, capitana del equipo y estudiante de la especialización en Gestión de la Construcción, el partido del miércoles, aunque dominado por EAFIT, tuvo una exigencia física grande debido a que se disputó a mediodía y, según lo analizado por la jugadora, la cancha era más amplia de las que normalmente utilizan. Del rival, Cristina afirmó que fue muy duro y que siempre lo vieron grande.

A su vez, el entrenador Juan Pablo Rivera, técnico de EAFIT, destacó que su equipo supo presionar a su contrincante desde que salieron al campo y a lo largo del partido.

Del juego como tal, menciona que la ansiedad, el susto y un sinfín de emociones se transformaron en fuerza y en ganas de que el árbitro pitara rápido para empezar el partido. “En lo técnico fue un partido excelente, muy bien jugado por parte de EAFIT, es más, se podría decir que perfecto, pues definimos las jugadas”, anotó Cristina Escobar.

Con cada gol aumentaba la emoción de los asistentes al encuentro, entre quienes se encontraban amigos, novios y hasta los tíos de María Fernanda Salazar, que viajaron desde Manizales para ver el encuentro.

El reto es grande
Para Sandra Alzate Cadavid, del Departamento de Deportes de la Universidad, “el equipo tiene una unidad muy bonita, pues las que llevan más tiempo animan mucho a las nuevas, para que se la metan toda, para que hagan buen futbol y en equipo”.