Es la noche de San Juan, pleno solsticio de verano, momento en que todo se vale y todo se puede. La condesa Julia, sin saber qué quiere, departe con los criados y juega con candela. Seduce a Juan, prometido de la cocinera Cristina, mientras su padre celebra la fecha fuera del hogar. Son horas llenas de pecado y de lujuria, donde todo está dado para la tragedia.

De lo anterior trata la última producción de Teatro Móvil, que comienza un nuevo reto con La Señorita Julia, de August Strindberg, dirigido por Carlos Arturo Bolívar. Los tres personajes, Julia, Juan y Cristina, son protagonizados por Paula Barros, Estefanía Gil y Raúl Ávalos, de amplia trayectoria en las artes escénicas.

La obra se presentará, con entrada libre para el público, este martes 7 de septiembre a las 7:00 p.m. en el Auditorio Fundadores de EAFIT. La duración aproximada es de una hora y diez minutos, y está dirigida a un público joven y adulto. Antes se presentó en el Pequeño Teatro de Medellín.

Trabajar a Strindberg, todo un reto
Un mar de tomates y una superficie negra que con el transcurrir del espectáculo se cubre de cáscaras y sumo, así como escenas fuertes, cargadas de energía y de drama, son escenario de los conflictos sociales que, en algunas ocasiones, pueden encontrarse en la actualidad y que son comunes en la obra de Strindberg.

A este dramaturgo sueco se le considera el precursor o antecedente del teatro de la crueldad y del teatro del absurdo. La razón: su extensa producción recoge su personalidad esquizofrénica, problemas familiares, y sensaciones de persecución.

Este autor marcó un hito. Luego de 18 años de carrera escribió La Señorita Julia que, como todas sus creaciones, rompieron los parámetros del teatro de la época, de hecho hace parte de una nueva corriente, que intenta substraer la vida real y llevarla a las tablas.

Fuertes escenas, cargadas de erotismo y de violencia simbólica, esperan a los espectadores. El drama radica en una “lucha de clases, una lucha de poderes y de seducciones. Es el juego por imponerse al otro, pero a diferencia de cualquier noche, en la oscuridad de San Juan, ni el dinero, ni el status valen… Las cosas pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos”, según explica la actriz Paula Barros, quien hace de Julia.

Lo que busca Teatro Móvil
En opinión de Paula, el objetivo de Teatro Móvil es mostrar cómo la gente puede utilizar la sexualidad como un instrumento de poder, de dominio sobre el otro, un tema que hace 122 años era común, pero que hoy sigue siendo día actual.

En cuanto al grupo, Teatro Móvil fue fundado en 2007. De la mano del director Carlos Arturo Bolívar constituyeron un grupo de trabajo de profesionales con más de 20 años de trayectoria. Para el grupo, el movimiento es fundamental, todo es dinámico, “como cuerpos que somos, y el fin último es mover a los otros”, dice la actriz.

Hasta el momento, la presentación ha sido bien asimilada, y de cierta forma ha generado curiosas respuestas por parte del público. “En ocasiones nos hemos sorprendido mucho por la actitud de la gente en ciertas escenas. La gente se ríe y encuentra gracia en momentos en los que nosotros no lo esperábamos”.

En sus diferentes puestas en escena, el montaje ha recibido muy buenas críticas, y en general se hace hincapié en la generación de sensaciones en el público.  Una de las formas como mejor se puede analizar su éxito es en la identificación del público con lo que allí aparece.