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Noticias septiembre 2011
Egresados / 28 de septiembre de 2011

Carlos se pedaleó el continente

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En total fueron 25.000 kilómetros los recorridos por Carlos Carvajal, un eafitense que con su bicicleta transitó la cordillera de Los Andes, arribó a la Patagonia, subió por la pampa argentina y visitó las cataratas del Iguazú. 

• De diez países suramericanos propuestos inicialmente, Carlos Carvajal Ochoa recorrió con su bicicleta y con su mensaje ocho de estos, de Colombia a Paraguay.
• Este egresado de Ingeniería Mecánica de EAFIT hace un balance de su viaje de 529 días por un continente de contrastes. Lo que aprendió quiere legárselo a Medellín.

Un ciclista, nacido en Jardín (Antioquia), afirma: “Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo… Muere lentamente quien no gira el volante cuando está infeliz con su trabajo, o su amor, quien no arriesga lo cierto ni lo incierto por ir detrás de un sueño”.

Carlos Eduardo Carvajal Ochoa se llama este aventurero, ingeniero mecánico de EAFIT, y quien con su bicicleta viajó durante 529 días por ocho países suramericanos, de donde regresó el pasado domingo 25 de septiembre al seno de su familia.

Salió de 39 años y regresó de 41. La experiencia y las imágenes recogidas en este viaje son invaluable para él, al punto que se le hace difícil saber cuál fue su momento más alegre y cuál la parte más triste de la travesía.

La experiencia quiere cedérsela al sistema de movilidad de Medellín, por medio de acciones que permitan instaurar la cultura de la bicicleta. Así, quiere convertir su iniciativa Pedaleando Alma en una fundación que impulse una asociación del ciclista urbano.

Y aunque su meta inicial era recorrer 10 países de la región, decidió regresar cuando entraba a Brasil (la novena nación), pues considera que en la capital antioqueña están ocurriendo hechos importantes para los ciclistas en la actualidad.

“Suramérica es el paraíso, es la reserva de agua del planeta, es la vida. Es un continente en el que cada vez más pensamos que debe haber una unión entre pueblos que nos permita vivir de una manera más digna. Tenemos que empezar a despertar nuestra conciencia”, declara el pedalista.

500 días, miles de anécdotas

El yacaré, el carpincho, el carpintero, el mono aullador, el pingüino, el lobo marino. Fueron ellos significativos compañeros de viaje para este eafitense.

Paisajes imponentes recorren su mente y las anécdotas pasan de un lado a otro por su cabeza. “Entré gratis a las cataratas del Iguazú, por cortesía de sus guías. Fue uno de los momentos más emotivos. Así mismo recuerdo mucho la llegada a Córdoba (Argentina), en la celebración de mis 20.000 kilómetros de viaje, y cerca de 1.000 niños pedaleando conmigo, pidiéndome autógrafos, abrazándome. Era como un héroe para ellos”.

La travesía, que comenzó en Colombia, pasó por Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay. En total, fueron 25.000 los kilómetros recorridos en la bicicleta negra bautizada Gaia (dios de la Tierra), pero que a veces cariñosamente le dice “la flaca”. Calcomanías de los diferentes lugares visitados y puestas por los amigos hechos en el viaje ahora recubren la pintura de Gaia.

“Me la pasé pedaleando el alma desde que Carlos se fue. ¿Será que sí sabrá manejar una hipotermia en la Patagonia o un bloqueo renal en el desierto?, me preguntaba. Y cuando se desaparecía por varios días sí que era duro, pero luego llegaba un mensaje hermoso. De eso me retroalimentaba”, recuerda Marlen Ochoa Tamayo, madre del ciclista.

Según Carlos, su viaje fue una aventura para descubrirse a sí mismo. Ahora, dice ser más tranquilo, flexible y conectado con la naturaleza, luego de conocer tanto las bondades como las penalidades de las gentes suramericanas.

“Mis momentos más tristes en el viaje se relacionan con la cantidad de animales muertos que vi. También me conmoví mucho viendo a los niños trabajar en Perú, en Bolivia. U observar como una ciudad como Potosí (Bolivia) tiene un cinturón de pobreza al lado de la riqueza minera”.

Un recibimiento de casi 100 almas

El 27 de agosto Carlos Carvajal comunicó su decisión de suspender el viaje. Regresó a Colombia y antes de llegar a Medellín realizó un pequeño recorrido por el centro del país en compañía de su primo Juan Camilo Carvajal. En Riosucio (Caldas), antes de entrar a Antioquia, se les sumaron 15 ciclistas de los municipios antioqueños Andes y Jardín.

Por el Suroeste de este departamento entraron al Valle de Aburrá. Pero antes, en Fredonia, se les sumaron cerca de 100 pedalistas de colectivos y organizaciones medellinenses en pro de la bicicleta. Fue una fiesta, y con arengas y bullicio llagaron a Envigado y a la casa de los padres de Carlos, el destino final.

“Lastimosamente en la ciudad hay muchos conductores que no respetan al ciclista. Y está el problema de la inseguridad. Ojalá se implementaran más acciones como las de Carlos para crear una cultura de la bicicleta. Me encantaría ir en esta al trabajo”, asegura Juan Camilo Díaz Alviar, quien hace parte de este movimiento ciudadano.

Para Carlos Carvajal, Peleando Alma no terminó con su regreso a Medellín. “Tengo pensado hacer un Pedaleando Alma 2, retomando el viaje desde donde lo dejé en la frontera entre Paraguay y Brasil. Además, tengo pensado recorrer China”, concluye.

Cronología del viaje

 ​Decidido a pedalear con el alma (9 oct/2009)
 Alma y conciencia viajarán con los vientos del sur (12 abr/2010)
 Un eafitense que lleva a Suramérica en la retina (24 jun/2011)

Más información
Juan Carlos Luján Sáenz
Área de Información y Prensa
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