Noticias agosto 2012
Proyección / Agosto de 2012
Un reto: lograr una verdadera educación para la democracia
• El diálogo temático Participación y democracia fue un espacio para pensar en la aplicación de estos conceptos en el desarrollo de políticas públicas.
• Sujeto, herramientas culturales, división del trabajo y comunidad son los ejes sobre los que se deben construir las propuestas educativas.
Sí. Los conceptos de participación y democracia están ligados. En esta afirmación coincidieron Verónica Massa Arnold, directora en el Consejo de Educación Técnico Profesional de Uruguay; y María Victoria Colombo, responsable del área de participación de la junta comunal 4, de la ciudad de Buenos Aires (Argentina).
Ambas invitadas internacionales participaron en el segundo diálogo temático que se desarrolló en el encuentro preparatorio del Parlamento Juvenil del Mercosur, que se realiza en la Universidad EAFIT, de Medellín, entre el 28 y el 29 de agosto.
Las especialistas también mencionaron las diferencias que existen entre democratización de la educación, educación para la democracia y educación democrática. Lo primero entendido como un asunto de acceso que, poco a poco, en la mayoría de los países del continente se ha alcanzado.
Pero, a lo que se apunta en este momento, según Massa Arnold, es a lograr una verdadera educación para la democracia, que es la que se ofrece para promover el desarrollo de valores y conocimientos para vivir en una sociedad.
“Eso se logra cuando profesores y alumnos trabajan juntos, cuando reciben el mismo trato, cuando se forman actitudes y valores para la democracia. Y, desde la nueva concepción de ciudadanía, se puede concebir una educación de este tipo”, anotó.
La educación democrática, según la académica, se concibe como un sistema educativo que tiene una estructura y que se rige por principios democráticos.
Lo que se debe aprender
Para María Victoria Colombo, el trabajo para alcanzar la materialización de los tres conceptos anteriores, debe orientarse bajo cuatro ejes: sujetos, herramientas culturales, división del trabajo y comunidad.
“Los sujetos son quienes tejen las relaciones, quienes generan diálogo. Son, en este caso, los actores educativos, en quienes debemos pensar en primera instancia”, apuntó.
Las herramientas culturales, por su parte, se refieren a los proyectos que buscan generar ámbitos de participación y, en este punto, Colombo enfatizó en la importancia de dotarlos de sentido político. “No es dejar las propuestas en las declaraciones, sino llevarlas a un escenario de construcción colectiva y participación”.
De otro lado, la división del trabajo se entiende como la articulación de los proyectos, en los que todos los involucrados asumen funciones distintas, pero todos buscan promover la participación democrática.
Y lo que le da marco contextual a todo lo anterior es la comunidad. Aquí están todos los actores sociales y políticos que están involucrados en un escenario de participación juvenil como el Parlamento Juvenil del Mercosur.
“Uno de los objetivos de este encuentro es generar soluciones para que los esferas políticas y sociales tomen en cuenta estas propuestas de los jóvenes”, puntualizó Colombo.
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Juan Carlos Luján Sáenz
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