La obra del maestro Mario Gómez Vignes no puede encasillarse en un solo género, pues abarca desde músicas típicas de América Latina, música contemporánea del siglo XX y arreglos corales inspirados en poesías de Pablo Neruda y León de Greiff.
• El archivo del músico Mario Gómez Vignes se suma a las contribuciones que han hecho otros profesores de EAFIT a la Sala de Patrimonio Documental.• El compositor señala que este es un acto de confianza. Ahora su trabajo intelectual estará en el Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas.
Él siente que con este acto le devuelve a Colombia, ese país en el que se consolidó como compositor, todo lo que esta nación le ha dado.
Es la percepción del músico chileno Mario Gómez Vignes, quien le entregó a la Sala de Patrimonio Documental de EAFIT su obra artística, por lo que espera que muchas personas se nutran de una producción que reposará en el cuarto piso del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas.
Allí, por ejemplo, María Isabel Duarte Gandica, coordinadora de este espacio universitario, revisa el manuscrito de un pasillo de este docente de EAFIT, una partitura de 1964. Precisamente por esa época, más exactamente en 1960, Mario llegó a Colombia acompañando la gira de un músico originario de tierras cafeteras. Había nacido en Santiago de Chile en 1934 y, luego del periplo por Colombia, decidió quedarse a vivir en este país. Así, trabajó durante varios años en Medellín y terminó viviendo en Cali.
Fernando Gil Araque, docente de EAFIT y quien motivó al maestro a que realizara la donación, considera que la entrega significa algo muy especial, porque es poner sus obras al servicio de la comunidad académica del país.
“Él está consciente de que su obras se van a preservar por muchos años y que van a estar al servicio de músicos, investigadores y melómanos”, afirma el eafitense, quien exalta la importancia de que los compositores decidan en vida lo que van a hacer con su patrimonio.
Pinta con sonidos
Y de la misma forma como el poeta o el novelista piensa en palabras, organizando frases e ideas, el músico lo hace en sonidos e imagina temas musicales, según explica el maestro Gómez Vignes.
Además, él se considera un compositor autodidacta. “Mi formación de compositor fue mirando, estudiando los modelos, el repertorio, estudiando las obras de los grandes maestros”, dice mientras recuerda a Bethoven, Bach, Mozart, “todos esos”.
Sus primeras composiciones, las que realmente cuentan para él, las realizó en Colombia.
Con una tocata, y una fantasía y fuga para piano, comenzó su obra musical. Posteriormente, por petición del violinista Mario Posada Torres, Mario Gómez compuso una sonata para violín y piano. Posada pertenecía a la Sinfónica de Colombia.
A partir de su estudio individual y del acercamiento con la academia en diferentes momentos, el maestro se fue actualizando y fue generando un lenguaje propio, comenta Fernando Gil, que clasifica las composiciones de Mario en el ámbito de la música académica, en este caso, muy elaborada, que a veces podría considerarse difícil para la interpretación o la audición.
“Pero eso no es verdad. Cuando uno se acerca realmente a la obra de él es una obra que se entiende”, reitera el docente enfatizando en que hay que estudiarla, entenderla y trabajarla porque es un conocimiento.
El maestro Gómez Vignes, quien desde hace más de 10 años es profesor visitante en el pregrado de Música, confiesa que no se había detenido a pensar mucho en eso. Por lo general, lo que hace es proyectar el tipo de intérprete de la partitura, para hacer una obra adecuada a las capacidades de esta persona.
No debe quedarse en la gaveta
Cada obra es como un hijo que sale a hacer su paseo por el mundo, reflexiona Mario Gómez Vignes, por lo que cuenta que en muchas ocasiones no es posible saber quién está interpretando una obra suya en alguna parte.
“Yo no me opongo a que toquen mi música, todo lo contrario, me gusta, para eso uno escribe”, comenta el compositor. Y en cuanto a la donación que realizó, anota que llegó un momento en que hizo una especie de evaluación y pensó en para quién iba a quedar lo que ha hecho.
Por eso, considera que el hogar natural de este tipo de obras es la Sala de Patrimonio Documental, porque sabe que allí, además de cuidarlas, les van a dar el valor que merecen y van a servir para el estudio, la investigación y la interpretación.
Mayores informesMaría Isabel Duarte GandicaCoordinadora de la Sala de Patrimonio Documental de EAFITTeléfono: (57) (4) 2619500 Ext. 9527Correo electrónico: mduarteg@eafit.edu.co