TLC con Estados Unidos, ​​tras la ruptura de las barreras económicas

• Docentes de EAFIT analizan las ventajas que trae el acuerdo comercial para Colombia y el impacto que tiene, no solo en lo económico, sino en lo cultural.
• Se prevé que el TLC, que entra en vigencia hoy martes 15 de mayo, generará cerca de 300.000 empleos y propiciará un crecimiento del seis por ciento de las exportaciones nacionales.
Además de expandir los horizontes comerciales, la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, que este martes 15 de mayo entra en vigencia, representa para Colombia la probabilidad de avanzar hacia una cúspide económica, capaz de impulsar el desarrollo del país a altos niveles.

La generación de cerca de 300.000 nuevos puestos de trabajo, el aumento de hasta 3.000 millones de dólares en ingresos al año y el crecimiento sostenido de entre un 0,5 y un uno por ciento de la economía nacional, anualmente, son solo algunos de los beneficios que, según expertos, traerá este acuerdo comercial.

La generación de cerca de 300.000 nuevos puestos de trabajo, el aumento de hasta 3.000 millones de dólares en ingresos al año y el crecimiento sostenido de entre un 0,5 y un uno por ciento de la economía nacional, anualmente, son solo algunos de los beneficios que, según expertos, traerá este acuerdo comercial.

Pero así como en escena está el tema comercial, el tratado incluirá también cambios culturales que están asociados, en especial, al consumo de medios de comunicación.

Ante ambos panoramas, tres docentes de la Universidad EAFIT analizan la entrada en vigencia del TLC, y señalan lo beneficioso y lo perjudicial para Colombia.

En primer término, Jesús Botero García, docente de la Escuela de Economía y Finanzas, considera que la puesta en marcha del TLC es positiva para el país, básicamente, porque simbolizala expansión de su economía.

“En una economía cerrada las posibilidades reales de mercado que se tienen son muy limitadas. En cambio, si accedemos a uno de los mercados más importantes del mundo, de 315 millones de habitantes, eso abre todas las posibilidades para desarrollar nuevos sectores y generar nuevas oportunidades “, opina el profesor.

Frente a la idea de que algunos sectores económicos como el avícola, el agrícola y el ganadero se vean perjudicados por la entrada, sin restricciones, de los productos estadounidenses, Jesús Botero señala que es importante que se identifiquen plenamente cuáles serían esas limitaciones para decretar una gradualidad en el proceso de liberación comercial de dichos bienes y servicios.

Y es que si bien el docente reconoce que, inicialmente, habrá áreas en las que no se verá un gran incremento en la productividad para poder competir internacionalmente, a largo plazo estas pueden llegar a fortalecerse alcanzando una gran demanda en el mercado.

“En los sectores que se consideran críticos se buscó que la liberación o reducción arancelaria no fuera inmediata para que extendiera el paso gradual en cinco o diez años, de acuerdo con las necesidades de esa área”, explica.  

Más ve​ntajas que riesgos

Por su parte, Juan Fernando Henao Pérez, profesor de la Escuela de Administración, dice que a en lo general, el TLC se convierte en una oportunidad para el país en la medida en que favorece la llegada de otros inversionistas como China y Singapur.

“Hay muchas ventajas como, por ejemplo, que vamos a tener unas reglas de juego definidas y estables por mucho tiempo y la posibilidad de penetrar en el mercado más grande del mundo, lo que va a obligar a los empresarios colombianos a restructurar todo su modelo de productividad, que también es positivo”, manifiesta.

Aunque para él es claro que los comerciantes se verán obligados a afrontar retos relacionados con la innovación y la formación empresarial y de mano de obra, esto no quiere decir, necesariamente, que vayan a salir perjudicados o que no estén en la capacidad de competir con otros.

“Obviamente hay unos riesgos, pero este es un llamado para que nuestros empresarios, que han demostrado fortaleza, pujanza y visión, tengan que hacer una tarea mucho mejor, sobretodo en cuanto a la productividad y la competitividad”, puntualiza.

¿Y la cultura qué?

El renglón económico no es el único aspecto que inquieta a comerciantes y ciudadanos a raíz de la llegada del TLC. Para algunos académicos es inminente que la “disolución” de las barreras económicas tendrá un impacto importante en la cultura.

Así lo ve Adolfo Maya Salazar, profesor del Departamento de Humanidades, para quien los efectos del acuerdo comercial agudizarán el deterioro y debilitamiento de la historia.

Lo cierto es que mientras se resuelven estas preguntas, el comercio de Estados Unidos con Latinoamérica sigue expandiéndose cada vez más, pues durante los últimos cuatro años, ese país ha firmado acuerdos económicos con naciones como Perú, República Dominicana, Chile, Costa Rica, México y Panamá, entre otros.

“Creo que la producción cultural va a estar más ligada al pedido o gusto de los consumidores (mercado) y no al temor del valor de la identidad, la memoria colectiva o la diversidad cultural colombiana”, opina.

Esto, precisa, debido a que, por ejemplo, se estima que solo el 30 por ciento de las producciones televisivas serán de origen nacional, mientras el 70 por ciento provendrán de Norteamérica, lo que demuestra una evidente afectación cultural. ¿Cuál será el futuro de los fondos editoriales, el cine, la escritura y la fotografía?, se pregunta el docente.

Además, hay quienes tienen interrogantes relacionados con el transporte de los productos a través de conexiones viales que aún presentan retrasos y afectaciones estructurales.

Lo cierto es que mientras se resuelven estas preguntas, el comercio de Estados Unidos con Latinoamérica sigue expandiéndose cada vez más, pues durante los últimos cuatro años, ese país ha firmado acuerdos económicos con naciones como Perú, República Dominicana, Chile, Costa Rica, México y Panamá, entre otros.