La pobre viejecita es una de las obras clásicas de Pombo. No obstante a su faceta como escritor de versos infantiles, el bogotano es considerado -según Efrén Giraldo, profesor de EAFIT- el poeta romántico más importante de Colombia. La imagen corresponde a la exposición de Rafael Pombo en la Feria del Libro de Bogotá.
• Este 5 de mayo se cumplen 100 años de la muerte de Rafael Pombo, poeta y escritor colombiano al que varias generaciones recuerdan por sus versos.• Efrén Giraldo, docente del Departamento Humanidades de EAFIT, habla sobre el legado del ícono de las letras nacionales que, aparte de lo infantil, tiene una faceta romántica.
Filas y filas llevaban a él, al poeta, al fabulista, al personaje. Niños y papás esperaban el turno para entrar al lugar donde podían escucharse los versos, que aunque escritos más de 100 años atrás, recordaban que ahí estaba, hecho letras, Rafael Pombo, el cómplice de días de escuela acompañados de viejecitas, renacuajos, gatas o bobitos.
La larga hilera de gente se apostaba en el pabellón de Pombo, ubicado en Corferias, donde en la pasada Feria del Libro de Bogotá se le rindió homenaje al escritor colombiano que, este sábado 5 de mayo, cumplirá un siglo de haber fallecido, tiempo que, sin duda, no ha hecho mella en su vigencia, de ahí la aglomeración que había alrededor de su nombre.
Y es que tan actual como El renacuajo paseador es su autor, el también periodista, traductor y diplomático bogotano que murió el 5 de mayo de 1912, el mismo que en 1905 fue designado como Poeta Nacional gracias a su producción literaria, esa que agradecen, recitan y recuerdan tantas generaciones de colombianos.
¿O quién no leyó o escuchó alguna vez: “El hijo de Rana, Rinrín renacuajo, salió esta mañana muy tieso y muy majo, con pantalón corto, corbata a la moda, sombrero encintado y chupa de boda”?
“Si uno lee El renacuajo paseador, por ejemplo, que es uno de sus textos más conocidos, encuentra que, aunque la historia se cuenta en lenguaje infantil y parece tener cierta inocencia, allí hay una cantidad de advertencias a la juventud que aún funcionan”, asegura Efrén Giraldo Quintero, coordinador de la maestría en Hermenéutica Literaria de EAFIT.
De acuerdo con el docente, la actualidad de Pombo es indiscutible y, muestra de esto, es la apropiación contemporánea que se viene haciendo de él, desde el álbum de Carlos Vives con los Cuentos pintados y morales, hasta los homenajes que se le siguen haciendo en diferentes lugares del país.
Entre los homenajes a Pombo se destaca que el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Cultura, declaró 2012 como el Año Rafael Pombo, para -según se explicó- honrar la memoria del prolífico escritor colombiano en el centenario de su muerte, con diferentes expresiones y proyectos culturales.
Romántico y traductor
Aunque casi todos los colombianos crecieron escuchando las fábulas de Pombo, hay otra faceta, la de poeta romántico, en la que también se destacó.
“Pombo es una figura muy importante para nosotros. Por dos razones: por su papel como poeta central de la generación de poetas románticos, contexto en el que es una figura predominante; y por sus textos para el público infantil”, señala Efrén Giraldo, quien considera a Pombo como el poeta romántico más importante de Colombia.
A mediados del siglo XIX, Pombo viajó a Estados Unidos para desempeñarse como secretario de la Legación en Washington. Después trabajó para la editorial Appleton & Co. de Nueva York, donde se topó con algunas historias de literatura infantil anglosajona.
Marcelino Menéndez y Pelayo (España 1856 -1912), quien ejerció como miembro de la Real Academia Española, dijo de su obra en este género: “No las hay más valientes y atrevidas en nuestra lengua”. Además, célebres siguen siendo sus traducciones de El poeta moribundo, de Lamartine; El Soliloquio de Hamlet, de Shakespeare; y El episodio de Laocoonte, de Virgilio.
El profesor Giraldo explica que la traducción y la reescritura de versiones de historias, que ya circulaban, era una práctica literaria muy común.
Gracias a esto se pudo conocer a Simón el bobito que, en su versión original, se conoce como Simple Simon: “Simple Simon met a pieman, / Going to the fair; / Says Simple Simon to the pieman, / ‘Let me taste your ware’”.
Así pues, el académico eafitense destaca: “Pombo no solamente tiene que ver con el valor específico de su obra y su calidad literaria, que es indiscutible, sino por la recepción profunda que ha tenido, sobre todo, en las escuelas. Es una figura infaltable en la cultura colombiana”.
Pombo, además, fundó los periódicos El Cartucho y El Centro, dirigió El Tomista y fue colaborador de La Siesta, El Día, El Filotémico, El Heraldo, El Obrero, La Escuela Normal, La América, La Nueva Era y Las Crónicas. El 6 de febrero de 1912 fue elegido miembro de la Academia Colombiana de la Lengua y, poco después, fue nombrado secretario perpetuo, en reconocimiento a su conocimiento de la lengua española.
Por esto, Pombo es un autor que se lee y se seguirá leyendo en las instituciones educativas del país, inclusive, en palabras de Rafael Vargas Gómez, empleado de la Librería EAFIT, su obra circula con mucha dinámica, y son muchas las personas que acuden a este espacio universitario a preguntar por sus compilaciones.
Mayores informesJuan Carlos Luján SáenzÁrea de Información y Prensa EAFITTeléfono: (57) (4) 2619500 Ext. 9931Correo electrónico: jlujans@eafit.edu.co