Cucarachita Nadie se publicó por primera vez en 1993 con muy pocos ejemplares y una edición con varias falencias. El nuevo libro cuenta con un capítulo adicional, escrito por su nieta, Julia Escobar Villegas, donde relata varias experiencias con su abuelo.
• El lunes 29 de abril se presentó la primera reedición de la obra del escritor antioqueño. Con la publicación se busca preservar su memoria y dar a conocer su literatura.
• El lanzamiento fue a las 6:00 p.m. en el auditorio 38-125 de EAFIT y contó con un conversatorio a cargo de los escritores Luis Fernando Macías y Jairo Morales.
Cuando tenía una deuda, Mario Escobar Velásquez no paraba hasta pagarla de la mejor manera. Por eso, gratitud es la palabra indicada para definir el sentimiento que llevó al antioqueño a escribir Cucarachita Nadie, una obra dedicada a esas mujeres por las que toda la generación de su época tenía un sentimiento similar, las prostitutas.
Por lo menos así lo expresó Luis Fernando Macías Zuluaga, escritor y miembro de la Fundación Mario Escobar Velásquez, el lunes 29 de abril en EAFIT, durante la presentación de la reedición del libro Cucarachita Nadie, editada por primera vez en 1993, y que llega con una edición más completa para que lectores, viejos y nuevos, tengan la posibilidad de leer este escritor.
Era la época en que Escobar estaba recién llegado a Medellín y sin más esperanza que un milagro, se sentó en algún bar de Guayaquil a gastarse los últimos centavos que tenía en una gaseosa. Fue el momento en que ocurrió: una prostituta le puso un billete en la mesa y desapareció. Gracias a ese billete pudo buscar los parientes que tenía, emplearse como obrero en Rosellón y empezar una nueva vida.
Por eso, en su caso, el sentimiento de gratitud es doble, pues aparte del significado que para un hombre como él, que vivió su adolescencia en los años cuarenta, tiene la figura del amor pagado, se suma ese gesto que cambió para siempre su camino.
Así empezó la escritura de esta obra, que para Macías Zuluaga es un libro en el que los personajes cuentan con una profundidad psicológica tal que logran reflejar, a partir de sus actos más sencillos, al ser humano que hay detrás de esa que en el exterior solo es una prostituta más.
“Se trata de una concepción del ser humano que trasciende lo moral y efímero, y que tiene que ver más con su escala de valores propia, que se refiere más al afecto. Es una expresión revolucionaria, pero al mismo tiempo sencilla y verbal”, agregó Macías.
Comprender su obra
Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, y los escritores Luis Fernando Macías Zuluaga y Jairo Morales Hena se encontraron hace muchos años en el Taller de Escritores de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Fueron amigos de Escobar y hoy, como miembros de la Fundación, tienen la misión de regresarle a su obra el lugar que merece en la literatura y la cultura antioqueña.
“Como lectores le debemos mucho a Mario en el sentido del entendimiento. Nos hace falta mirar más allá y comprender que cada una de sus experiencias tenían el propósito de hacer de su vida, la vida de un escritor”, manifestó Macías.
Para Morales Henao, escritor y actual director del Taller de Escritores de la Biblioteca Pública Piloto, es fundamental regresar a sus primeras publicaciones, esas que empezaron a salir en la revista Lanzaderas de la empresa Coltejer, y en las que se puede rastrear el génesis del literato que en apenas cuatro años logró pasar de ser un obrero a maestro de escuela, sin ninguna preparación académica adicional a la afición a la lectura.
“Una de las frases que más me impactó durante el estudio de su obra es la que dice que uno de sus grandes sueños era tener una biblioteca enorme y estar dentro de ella mucho tiempo”, manifestó Morales.
Con el mundo y la cultura que encontró en los libros logró convertirse en escritor, pero fueron la necesidad por las letras, su lucha con ellas y su habilidad para leer la realidad bajo sus propias reglas, de una manera tan profunda y particular, lo que permiten que hoy sea un autor para recordar.
La Fundación Mario Escobar Velásquez, es liderada por su hijo Héctor y su nieta Julia, también escritora. La idea es reeditar toda la obra de Velásquez, entre ella varios libros inéditos.
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