Alejandro Echeverri, un eafitense en la ruta de la transformación

Un total de 100 proyectos de diseño y arquitectura fueron nominados para competir en las diferentes categorías, de los que seis participaron en Diseño Arquitectónico-Hewlett Packard Designjet. En la imagen Alejandro Echeverri y el complejo de Ruta N.

• El director del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de EAFIT ganó el premio Lápiz de Acero por el diseño del Edificio de Ruta N (Medellín).
• El compromiso medioambiental y la capacidad de inserción en la ciudad fueron elementos que consideró el jurado para otorgarle el galardón al proyecto.

La innovación no solo se siente. También se ve. Por eso, los arquitectos que se encargaron del diseño del edificio de Ruta N buscaron reflejar de manera física un proyecto de ciudad que hace parte de la transformación de Medellín, específicamente del sector que se ubica alrededor del barrio Sevilla (comuna de Aranjuez).

El edificio está un lugar que se encuentra en plena transformación y que busca darle nuevos usos al espacio con ambientes de calidad para la gente y comprometidos con el medio ambiente. Por esta razón, el complejo fue galardonado, el 22 de mayo, con el premio Lápiz de Acero en la categoría Diseño Arquitectónico, el reconocimiento más importante de su tipo en el país.

El premio fue para los arquitectos Alejandro Echeverri Restrepo y Émerson Marín. El líder de diseño del proyecto fue Alejandro, director del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de EAFIT, para quien la transformación urbana de las zonas menos favorecidas de Medellín es una de las principales preocupaciones de su trabajo.

¿Cómo empezó a concebirse este proyecto?
Fue un trabajo en equipo que empezó en 2008 y lideró la Alcaldía de Medellín. Conformamos un taller de arquitectura en el que buscábamos integrar la idea de innovación que Ruta N traía. La imagen, el espacio, los ecosistemas, la forma de trabajo que promueven sus espacios y su relación con la ciudad tienen mucho que ver con la idea de producir un sistema de redes de trabajo agradables, pero también un espacio público de uso cotidiano para los habitantes de Medellín.
 
¿Cuáles fueron los elementos fundamentales para su diseño arquitectónico?
En primer lugar que fuera flexible, permeable y con espacios para la gente. Por eso es de fácil circulación a partir de dos representativas calles de la ciudad, Carabobo y Barranquilla.

Segundo, queríamos que la arquitectura y el espacio de trabajo promovieran ambientes muy agradables de trabajo y un intercambio que fuera muy creativo en la forma en que habita el edificio.

Por último, que desarrollara unas nuevas formas y espacios para tener un bajo impacto ambiental con niveles mínimos de consumo energético desde el punto de vista de la iluminación y la ventilación, para lo que se implementaron mecanismos naturales con miras a obtener la certificación Leadership in Energy & Environmental Design (Leed).

¿Qué significa recibir el Lápiz de Acero para esta iniciativa?
Uno no hace los edificios o proyectos para que se ganen premios, pero estos reconocimientos sirven para retribuir un trabajo en equipo. Así que es importante para quienes hicimos parte del proyecto, pero también para la política pública a la que esta ciudad le apostó, un proceso que recibió el apoyo de múltiples sectores con el liderazgo de la Alcaldía y de la empresa privada.

¿De dónde surge el interés por trabajar en la transformación urbana de la ciudad?
Yo creo que es un producto de la crisis y la condición de Medellín. Tener una ciudad con tanta inequidad y momentos tan críticos a muchos nos puso a pensar en cómo podíamos aportar. En mi caso viene de la academia, yo era investigador de la Universidad Pontificia Bolivariana, donde era director del Grupo de Estudios en Arquitectura.

Allí montamos un taller de reflexión y trabajo para la zona norte de la ciudad, para todas las comunas. Lo llamamos el Taller de Estudios y Proyectos del Norte, y su finalidad era desarrollar conocimiento y estrategias de intervención para ayudar a la transformación e integración de la ciudad con el objetivo de mejorar los temas de inequidad y violencia.

¿Qué otros intereses tiene usted como arquitecto?
Yo me he movido entre los proyectos de arquitectura y los procesos de transformación urbana, pues me interesa mucho trabajar en varias escalas, desde algo muy concreto como una casa o un espacio público, hasta entrar a dialogar y ayudar a concebir políticas públicas. Lo he hecho desde la academia, desde el sector privado y público. Preocupación y objetivos en estos proyectos son muchos. Lo esencial es que sea para personas de carne y hueso. Lo que me interesa son las consecuencias y el uso de los espacios después de que estén terminados.