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Agencia de Noticias / Mayo 2013 Análisis académico / La universidad y su carrera más importante: formar ciudadanos

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La universidad y su carrera más importante: formar ciudadanos

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La universidad también debe consagrar la libertad de cátedra y de aprendizaje, de manera que incentive la comprensión de posiciones antagónicas y la validez razonable de argumentos.

• Los centros de educación superior deben convertirse en formadores integrales de personas, por eso ofrecen espacios para fortalecer dimensiones sociales y políticas.

• Docentes de varias instituciones opinan sobre la importancia de orientar la educación hacia una mejor integración social, pluralista y con responsabilidad.

Además de formar profesionales aptos para desempeñar determinadas labores, la educación superior colombiana necesita preparar personas comprometidas con el devenir histórico del país, desde aspectos como el social y el político.

Así lo contempla la Constitución Política y la Ley General de Educación. En esta última, por ejemplo, se habla de un “proceso de formación permanente, personal, cultural y social, que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y sus deberes”.

A su vez, en la Carta Magna, tanto el artículo 41 como el 67, se refieren a “fomentar prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana”. El documento indica también que la educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social, la misma que formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia.

Lo anterior se ve reflejado en la existencia de espacios y proyectos que promueven el conocimiento de la legislación, la participación democrática y otros asuntos públicos alrededor del tema de la ciudadanía. Las actividades van desde cursos obligatorios para todos los pregrados, hasta alternativas abiertas a la comunidad.

Gabriel Jaime Arango Velásquez, director de Docencia de EAFIT, explica que la idea es que la universidad se convierta en un apoyo fundamental para configurar todas las dimensiones de la personalidad del individuo, y construya unos cimientos sólidos alrededor de su propia concepción como ciudadano, así como del papel que tiene como tal dentro de la sociedad.

“Los estudiantes hoy empiezan sus pregrados desde los 15 y 16 años, así que cumplen su mayoría de edad aquí. Por eso, la formación ciudadana implica desarrollar la conciencia y la responsabilidad cívico política, en la que entiendan el relacionamiento con sus congéneres dentro de la sociedad y sus instituciones”, agrega el directivo.

En contextos conflictivos, como el colombiano, el compromiso es mayor, pues exige la aplicación de estos conceptos por parte de ciudadanos sensibles con dicha realidad.

Por eso, Guillermo Hoyos Vásquez -docente y filósofo que recibió un homenaje póstumo durante la ceremonia del Día del Profesor, el 15 de mayo en EAFIT, en su libro El ethos de la Universidad (que el Fondo Editorial de la Institución produjo como reconocimiento a este intelectual que falleció en enero de este año)- se refiere a la autonomía como competencia comunicativa y carácter de la universidad, en la que se basa su sentido de dignidad y de servicio a la comunidad.

“Guillermo fue un intelectual público que hizo de la educación el campo de batalla de los valores democráticos. La definía como un proceso comunicativo orientado a formar ciudadanos democráticos”, aseguró durante el mismo acto Diego Pineda Rivera, decano de la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana.

Para Hoyos Vásquez, la universidad debe apuntarle a formar ciudadanos en vez de genios, de hecho insistía en la atención que debían tener quienes, para él, sacaban un 4.0 y no un 5.0. En sus palabras, la educación superior es el espacio en el que se debe formar un nuevo concepto de humanidad.

Los retos

Mejores ciudadanos derivan en mejores personas, pues el conocimiento constitucional y político genera mejores prácticas públicas en todos los sentidos. Así que en el mundo de hoy, en el que las religiones y las monarquías dejaron de regir los destinos de los pueblos, su papel debería ser remplazado por la Constitución.

Eso piensa Mario Montoya Brand, coordinador del Área de Derecho Público de la Escuela de Derecho de EAFIT, de la que depende el curso de Constitución y Sociedad. Esta es una de las materias del núcleo común que brinda elementos básicos para que los estudiantes entiendan mejor la lógica de la institucionalidad colombiana y el papel de la democracia dentro de él.

“Este tipo de formación permite que la educación de los profesionales no se agote en conocimientos técnicos, por eso la idea es pasar por una mejor integración social, una apuesta por el pluralismo y la responsabilidad social”, manifiesta el profesor Montoya.

Pero estas razones no siempre son suficientes para una juventud con pocos intereses en los asuntos públicos, el mayor de los retos para este tipo de espacios. Por eso, los esfuerzos están orientados a bajar los niveles teóricos de los cursos y orientarlos a su importancia dentro la vida cotidiana de cualquier persona.

Los espacios de formación libre se han convertido en otra manera de involucrar a los estudiantes en este tipo de temas, al tiempo que se hace una proyección hacia la comunidad. De ahí que existan posibilidades en la ciudad como el proyecto Atreverse a Pensar de EAFIT y la cátedra en formación ciudadana Héctor Abad Gómez en la Universidad de Antioquia.

“Estos espacios implican crear un clima de ciudanía donde los estudiantes, los académicos y la comunidad tengan un espacio para hablar de ética pública y de política. Allí se crea un ambiente de discusión, de proposición fundamental”, comenta al respecto Hernán Mira Fernández, coordinador de la cátedra Héctor Abad Gómez.

Así, el objetivo del proyecto Atreverse a Pensar es “propiciar la construcción colectiva, con la comunidad eafitense y sus públicos externos, de una corriente de opinión pública favorable al pensamiento crítico, desde una visión ética, que desencadene una cultura de integridad, de respeto y de responsabilidad”.

Otra posibilidad son las intervenciones directas en la sociedad a través de proyectos e iniciativas por parte de docentes y estudiantes, tal como lo asegura Luis Guillermo Patiño Aristizábal, director de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana.

“Tenemos que formar estudiantes que se integren a proyectos interuniversitarios, que no se queden solo en aprender su oficio sino que entiendan que hay una realidad más compleja esperándolos”, concluye el docente.​

Mayores informes para periodistas
Gabriel Jaime Arango Velásquez
Director de Docencia de la Universidad EAFIT
Teléfono: 574 261 9500 Ext. 9577
Correo electrónico: garango4@eafit.edu.co

Última modificación: 08/09/2015 10:17