El pasado 23 de septiembre el presidente Juan Manuel Santos Calderón le entregó a Ban Ki-moon, secretario General de la ONU, una carta en la que Colombia, Panamá y Costa Rica se referían a las que, según se ha informado en algunos medios de comunicación, corresponden a pretensiones expansionistas de Nicaragua.
Este tema, que en el país ocupa la atención desde que se conoció el fallo de la Corte de La Haya sobre la frontera marítima entre Colombia y Nicaragua, fue objeto de debate en el programa del periodista Andrés Oppenheimer, en CNN, al que fue invitado Juan Felipe Mejía Mejía, decano de la Escuela de Economía y Finanzas de EAFIT.
El Decano manifestó que, más que una escalada expansionista por parte del país centroamericano, se trata de una estrategia política del presidente Daniel Ortega. Acción que, en su concepto, no pone en riesgo la integración regional porque la realidad muestra que vínculos fuertes en el continente no existen.
Esto ocurre ya que los grupos de integración latinoamericanos tienen un componente político muy fuerte que impide el desarrollo de los distintos tratados o acuerdos, pues están sujetos a las decisiones del gobernante de turno.
El panorama regional, expone Juan Felipe, contrasta con lo que ocurre en Europa y en Asia, donde los países se unen para promover el comercio y los negocios, y para crear mercados comunes, pero en los que los asuntos políticos no entran en las negociaciones. Así, las integraciones avanzan a pesar de que cambien los gobiernos, pues ya se han consolidado políticas de estado.
Hay, sin embargo, una esperanza que, según el directivo eafitense, es la que representa la Alianza del Pacífico, el bloque comercial que conforman Colombia, Chile, México y Perú, que, además, cuenta con todo el apoyo del sector privado, elemento clave para el éxito de este tipo de uniones.
Alianzas como esta son las que permiten contrarrestar el gran poder de negociación que tienen la Unión Europea o la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) a la hora de concretar acuerdos.
Y sobre la pertinencia de llevar este tipo de disputas a foros globales como la Asamblea General de la ONU, Juan Felipe respondió que se podría decir que lo hacen como un llamado de atención que puede ser oído por países más poderosos, para dejar una constancia.
La paradoja económica
En cuanto a la actualidad económica nacional y las razones por las que el país se ha convertido en un destino atractivo para inversionistas extranjeros, el académico comentó que la economía colombiana es bastante paradójica.
Por un lado es un mercado emergente con características positivas como la inserción a la globalización a través de tratados de libre comercio, el manejo ortodoxo de las finanzas públicas, el déficit fiscal y la inflación en niveles bajos, y unas tasas de crecimiento interesantes.
Pero, por otra parte, enfrenta grandes desafíos como el que impone la coyuntura política y la falta de certezas en asuntos como el proceso de paz y las elecciones venideras, además de nuevos riesgos como una tendencia hacia la desindustrialización, carencias en infraestructura y revaluación de la tasa de cambio.
Con todo y las dificultades, el Decano llama la atención sobre lo notable que ha sido la transición del país en términos económicos en un periodo de apenas dos décadas. Pues pasó de ser calificado como un estado fallido por la revista
Foreign Affairs, a un país que no se puede perder de vista por sus logros.
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Juan Felipe Mejía Mejía
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