Cuerpo de Texto
Por Óscar Mejía Uribe
Estudiante de Comunicación Social de EAFIT
La falta de recursos no es excusa para no cumplir la norma. Esta fue una de las conclusiones del análisis de cómo se ejecutan, en varias partes del mundo, las legislaciones liberales, progresistas e innovadoras que se diseñan para lograr la equidad urbana.
El tema de discutió en el Gran Salón de Plaza Mayor, durante el primer diálogo del día miércoles 9 de abril, del Séptimo Foro Urbano Mundial que realiza en Medellín UN Habitat. Este se denominó Equidad en la ley del desarrollo humano.
Edesio Fernandes, abogado y representante de Brasil (uno de los países más descentralizados del mundo) fue el encargado de hacer énfasis en que el desarrollo urbano provee tanto oportunidades como progreso colectivo e individual. Lamentablemente, explicó, aún existe un patrón tan dominante como perverso que está vigente, no solo en esta región de Suramérica, sino en la mayoría de sistemas legales del planeta.
Su acotación contó con el respaldo de Carolina Toha Morales, alcaldesa del municipio de Santiago de Chile, y por Anne-Marie Leroy, vicepresidenta legal del Banco Mundial, ambas presentes en esta sesión de diálogo.
Bombas de tiempo
El patrón actualmente vigente genera daño medioambiental, exclusión política, espacial y social, privatización de los beneficios, injusticia, ilegalidad y penalización de las clases obreras. A grandes rasgos, comentaron los ponentes, es evidente que todo eso va en contra de una gobernanza influyente que se destina a combinar lo rural con lo urbano.
En Santiago de Chile, por ejemplo, se enfrenta la desigualdad a través de la participación ciudadana y el uso del espacio público como lugar de encuentro entre los diferentes actores socioeconómicos, mientras que en Malawi, país del sureste de África, se busca nivelar el campo político con el social, según dijo Zione Ntaba, juez del Tribunal Supremo de esa nación.
Por otro lado, la crisis de lo que se denomina la mafia del agua, y que se vive en India, ha llevado al país a trazarse un reto urgente: mejorar la calidad de las instituciones, afirma Sai Balakrishna. Brasil, por su parte, promueve recursos, mecanismos y principios para el reconocimiento e implementación de leyes.
Una salida sin fronteras geográficas
Si bien es cierto que las problemáticas presentadas en cada una de las regiones es diferente, tienen un común denominador: las leyes.
Por ende, en el diálogo se enfatizó en que es de vital importancia abandonar los estatutos que no encajan en la forma de vivir de las personas, generar dinámicas de progreso social, garantizar la participación ciudadana y el derecho a la propiedad, estipular normas de acceso a la formalidad y desarrollar, en conjunto, normas transparentes, asequibles y fáciles de usar.
Todo esto con el fin de cambiar las declaraciones presentes en el Séptimo Foro Urbano Mundial: “Los derechos a los prisioneros se litigan”, “la escases del agua es crónica”, “las comunidades pobres sufren los impactos negativos de la sociedad”, “la informalidad abastece la corrupción…”, para hacerlo por un verdadero compromiso de transformación y cambio en la ejecución de leyes que sean base del desarrollo urbano.
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Marcela Olarte Melguizo
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