Desde que se creó el Sistema General de Regalías, en 2012, hay 26 proyectos aprobados y en ejecución en Antioquia, en las áreas de agroindustria, minería, medio ambiente, infraestructura, hábitat, educación, energía y salud, tal como lo explicó Alejandro Olaya Davila, director de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Gobernación de este departamento, durante el Foro de Regalías realizado el miércoles 15 de octubre.
Según Félix Londoño González, director de Investigación de EAFIT, las regalías parten de una decisión política en la que los recursos del subsuelo o de explotación minera se usan para convertirlos en conocimientos que contribuyan al desarrollo de las regiones.
En el caso de EAFIT, la institución participa en dos proyectos, en asocio con otras universidades: investigación técnico social de las oleaginosas promisorias higuerilla y sacha inchi con miras a su desarrollo industrial en la zona del Bajo Cauca, y en otro sobre la cadena productiva del caucho natural en la subregión del Bajo Cauca antioqueño.
“Este sistema tiene mucho impacto porque ha puesto a los investigadores de las universidades a mirar problemas concretos de las regiones y a enfocar sus capacidades en ver de qué manera contribuyen a solucionarlos”, opina el directivo.
No obstante, Félix sostiene que sobre el tema de regalías hay un debate porque este ha implicado unos ajustes en la institucionalidad del sistema de ciencia, tecnología e innovación, que todavía están en proceso.
“Antes de las regalías, estos recursos los administraba, en su conjunto, directamente Colciencias, pero estos, por ley, ya son administrados por las gobernaciones, y los investigadores han planteado que se entreguen a Colciencias. Sin embargo, el Gobernador de Antioquia insiste en que se tienen que administrar desde las gobernaciones para asegurar que sean aplicados al desarrollo regional”, precisa Félix Londoño.
De esa forma considera que, de hacer ciertos ajustes en dicho sistema y lograr que funcione de una manera más tranquila, es posible que haya un impacto y una contribución muy importante al desarrollo regional e, inclusive, en unos procesos de descentralización.
Para Yaromir Muñoz Molina, director del Grupo de Investigación GEM-EAFIT, el tema de regalías es una de las mejores jugadas políticas en el manejo de recursos.
“Estas impactan el desarrollo regional porque fundamentalmente, por primera en la historia del país, se puede decir que se aplican estos recursos para generar innovación, desarrollo e impactar comunidades”, anota.
Otros de los logros son, según el profesor, que al hablar de grandes cantidades de inversión en CTI se necesitan equipos y laboratorios fuertes que pueden quedar para beneficio de las distintas asociaciones y comunidades rurales.
“Se descentralizan estas actividades de las universidades que vivimos un poco encerradas en ciertas burbujas de confort, y a la hora de preguntarnos por las realidad departamental, nacional y regional, quizá no tenemos suficientes elementos para hacerlo, de modo que esto nos permite impactar las realidades de las comunidades que necesitan de estos conocimientos para ser competitivas en entornos comerciales tan exigentes”, expresa.
La asociación es clave
De acuerdo con el profesor Muñoz, en la investigación técnico social de las oleaginosas promisorias higuerilla y sacha inchi con miras a su desarrollo industrial en la zona del Bajo Cauca, cuya duración es de cuatro años, participan varios actores, como los universitarios, empresariales, sociales y gubernamentales.
“Los actores académicos son la Universidad Pontifica Bolivariana, que se encarga de varios de los componentes agroindustriales; la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín, que realiza un aporte muy importante en uno de los componentes relacionado con la torta de higuerilla para posibles desarrollos en la alimentación animal, especialmente de ganado vacuno; y EAFIT tiene a su cargo varios componentes, principalmente agroindustriales y sociales”.
El trabajo de la Universidad tiene que ver con el análisis de nemátodos, es decir, lo que afecta a la planta, la separación de omegas, entre otros. En la parte social se aporta al desarrollo y protocolo de negocios inclusivos para seguir los lineamientos de trabajo en la base de la pirámide, al ser una zona donde se ha identificado unas necesidades básicas insatisfechas muy altas.
“El proyecto busca hacer una investigación de tipo aplicado a través de ciencia, tecnología e innovación, con recursos del Sistema General de Regalías y con apoyo de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural para ejecutar tres grandes componentes”, indica.
Un primer componente, apunta, es un paquete agronómico, en el que se explorarán el desarrollo y análisis de diversos materiales que han sido traídos de otros países más unas variedades materiales desarrollados por Colbio S.A, uno de los aliados, y que trata de probar estos materiales en distintas zonas del Bajo Cauca antioqueño, para mejorar y analizar el desempeño de las variedades y los materiales sometidos a prueba.
Muñoz explica que son cuatro las asociaciones seleccionadas: Ascadec, Asogrecan, Asobosques y Asoamiagro, que sirven de enlace con los participantes para generar distintas actividades conducentes a fortalecer la capacidad de generar valor agregado con las distintas comunidades con las que se trabaja: el corredor vial de la zona del Bajo Cauca, donde están incluidos seis municipios (Tarazá, Cáceres, Caucasia, El Bagre, Nechí y Zaragoza), y uno que pertenece al norte, que es Valdivia.
Por otra parte, Jaime Alberto Escobar Arango, investigador de EAFIT, habla sobre otro de los proyectos que se benefician de las regalías, y que también cuenta con la asociación de otras instituciones.
“Este programa o conjunto de proyectos es operado por EAFIT y en la investigación participan otras instituciones: la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín, la Universidad de Antioquia, el Sena y Corpoica. Además están la cooperación y participación de dos Asociaciones de productores: Asculticaucho, en el municipio de Tarazá, y Ascabia en el municipio de Nechí”, resalta.
Tal como lo plantea Escobar, se trata de un programa cuyo desarrollo responde a un diagnóstico realizado por un grupo de investigadores de varias universidades e instituciones sobre la cadena productiva del caucho natural en la subregión del Bajo Cauca antioqueño.
“El problema identificado por el diagnóstico inicial se puede resumir como baja competitividad y productividad de la cadena productiva del caucho natural, pues Colombia actualmente importa el 95 por ciento de su consumo de materias primas de caucho natural, a pesar que este, por ser un producto de origen amazónico, es conocido desde hace 200 años”, advierte.
Por lo tanto, la respuesta del grupo de investigadores a esta problemática se concreta en cinco proyectos: Establecimiento de campos clonales de experimentación, Construcción de protocolos de nutrición vegetal, Caracterización de Látex de campo y lámina, Definición e implementación de protocolos de estandarización de los procesos de beneficio del látex de campo, y Diseño y desarrollo de productos de innovación.
El investigador cree que mediante el desarrollo de este programa se ampliará el campo de alternativas de desarrollo económico y empleo, con impacto sobre más de 1.000 familias vulnerables de la subregión, y prepararlas para que tengan una apertura en el mercado nacional con productos de mejor calidad e innovación procesados a partir del caucho natural pero, al mismo tiempo, con especificaciones que les permitan competir en los mercados internacionales.
“De especial consideración en el proyecto se define la transferencia de tecnología a las comunidades de productores, desarrollada a través de jornadas de socialización de los resultados, definiendo el programa anterior como un hito importante y sin precedentes en el campo de la investigación aplicada”, puntualiza.
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Félix Londoño González
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