“… Ciertas almas enamoradas del fuego, no pueden soportar morir apagándose”... Una carta, una cita, una visita inaplazable, precipita el reencuentro de dos viejas amigas. El paso del tiempo las ha transformado, de nada han valido las cartas para saber de la otra. Han cambiado tanto que apenas si se reconocen. La puesta en escena propende por la pregunta sobre “morir dignamente” como opción humana. Para este festival de ESCÉNICA, en tiempos de confinamiento, hemos cosido algunos pedazos del montaje con puntadas gruesas, compuestas por un antes de salir a escena, un durante y lo que queda después, es seguir construyendo,tejiendo... Agradecimientos especiales a Tania Granda y Bertha Nelly Arboleda por aportarnos en los rastreos y trasfondos de la obra.