Por Ana María López Restrepo, Antioquia Visible.
Hace más de diez años se transmitía en todos los canales de televisión nacional y en las emisoras del país, la campaña realizada por la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE) que a través de la voz de una niña manifestaba y aseguraban que “(…) la coca, la marihuana, la amapola son matas que matan (…)". Esta propaganda ejecutada por el Estado Colombiano es consecuencia de la construcción de un imaginario donde la población constituye las drogas como un elemento ilegal y destructor de sociedad y familia, por tanto, sus productores comienzan a ser perseguidos, sus consumidores observados desde una perspectiva prohibicionista y, las rentas pasan a financiar las organizaciones criminales.
Ahora bien, han pasado diez años y el tema de la guerra contra las drogas sigue formando parte constante de la agenda tanto mundial como de la agenda nacional (dado que Colombia es famosa por ser el mayor proveedor de cocaína del mundo y ahora se posiciona como productor y exportador de cannabis). Sin embargo, desde el punto de vista de varios académicos, políticos y expertos en el tema, las estrategias que han aplicado los Gobiernos alrededor del mundo han producido un afianzamiento de las estructuras transnacionales del narcotráfico. Por consiguiente, varios Gobiernos tales como: Canadá, Uruguay, Países Bajos y algunos Estados de Estados Unidos (Colorado, Washington, California, Washington D.C, entre otros.) han implementado la legalización del consumo recreativo de la marihuana con la delegación de venta por medio de las entidades públicas y negocios privados con el fin de acabar con el financiamiento de las estructuras criminales y de tener una nueva fuente de recursos.
Los ejemplos citados con anterioridad han servido de modelo para Colombia que con el comienzo una nueva legislatura del Congreso de la República tiene como objetivo despenalizar el consumo recreativo de la marihuana. En primer lugar, el proyecto de ley presentado por el senador de la Lista de la Decencia, Gustavo Bolívar (con el apoyo de 35 congresistas) establece que el “Estado regulará las actividades de importación, exportación, plantación, cultivo, fabricación, producción, almacenamiento, transporte, comercialización, transformación, distribución, uso y posesión de las semillas de la planta de cannabis y sus derivados, así como los productos que los contengan" (El Espectador, 2020) para uso de mayores de edad y, con la finalidad que arrebatar el negocio de las estructuras del narcotráfico. Adicionalmente, el senador Gustavo Bolívar presenta: 1) La creación de un órgano rector para legalización, denominado Instituto Colombiano para la Regulación del Cannabis (Icoreca); 2) El cannabis será distribuida en dispensarios de cannabis, clubes, asociaciones y tiendas en línea; 3) Los recaudos de ventas e impuestos serían destinados a campos como educación, salud, a campañas de prevención y atención psicológica y médica del consumo problemático; y 4) Otorgar al campesinado el 35% de las licencias del cultivo, en su mayoría gratuito.
Y, en segundo lugar, el acto legislativo presentado por los representantes liberales Juan Fernando Reyes Kuri y Juan Carlos Losada (con el apoyo de 17 legisladores) busca reformar el artículo 49 de la Constitución Política que según el representante Reyes no solo establece el derecho a la salud sino que dictamina que el consumo de drogas está prohibido, por ello, se propone añadir un párrafo que fije que la prohibición no aplicará frente al cannabis y sus derivados para el uso recreativo de mayores de edad y, en ciertos lugares. Cabe agregar, que después de un debate de 5 horas el día 3 de Noviembre del 2020 se hundió en el Congreso de la República el acto legislativo con una votación de 102 (para archivar) contra 52.
Teniendo en cuenta la información anterior, se denota que los proyectos presentados en esta nueva legislatura tienen como fin cambiar la estrategia que los diferentes gobiernos han implementado. Además, el Exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry afirma que como resultado de la legalización del cannabis, las exportaciones en Colombia oscilarían entre 2.300 y 17.700 millones de dólares" (El Tiempo, 2020) y, también según proyecciones para el año 2030 habría más de 1.500 hectáreas cultivadas de marihuana que generarían más de 25.000 empleos. Sin embargo, seguimos en el momento de la mata que mata porque Colombia no se encuentra lista para redireccionar las políticas implementadas contra la lucha antidrogas, dado que, responde a directrices de Estados Unidos y, especialmente, durante la administración de Iván Duque han redoblado los esfuerzos para combatir el narcotráfico y se ha reactivado las fumigaciones con glifosato.
Así pues, el Estado Colombiano después de muchos años de guerra contra las drogas a través de políticas restrictivas y punitivas no han logrado los objetivos planteados, es más, los cultivos ilícitos van en aumento. Por lo tanto, los próximos Gobiernos Colombianos deberían tener dentro de su agenda la aprobación del cannabis recreativo para mayores de edad, porque como argumentan varios partidarios de la legalización al controlar el Estado este mercado supondría un incremento en la recaudación de impuesto y, representa un beneficio en la economía. Y si pensamos en la crisis económica y de desempleo que vive el país actualmente generado por el COVID – 19 es una forma de recuperar la economía e invertir en diversos sectores.