Este es un hombre que ha representado para cientos de sus discípulos, no sólo la figura de un profesor, o un intelectual o, incluso, un amigo en momentos difíciles, sino algo más insigne que resume todo el aprecio y el respeto que un ser humano puede merecer: el haber sido y seguir siendo un Maestro, íntegro, congruente y ejemplar, un maestro del espíritu.
Óscar Mejía Quintana.