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Academia / 20/03/2017

Desempeño laboral colombiano 2016

​​Por Hugo López Castaño*​​​

El crecimiento anual del PIB real se ha venido desacelerando progresivamente en los últimos tres años: 4.4% (2014); 3.1% (2015); 2.0% (2016).

​​Durante el año pasado el primer impacto de esta desaceleración fue el estancamiento del empleo. En el nivel nacional, en promedio, apenas se generaron frente al año 2015, 139.000 nuevos empleos de todo tipo (buenos y malos), lo que significa un crecimiento de apenas 0.6% (en las cabeceras fue del 0.4%). Y el segundo impacto, muy visible en las principales ciudades, fue la caída real de los salarios formales y de los ingresos laborales de los trabajadores informales. En cambio el valor medio del desempleo en las trece ciudades  apenas se elevó ligeramente entre 2015  y 2016  (pasó del 9.8% al 10.0%; subió en el primer trimestre, cayó en el segundo y volvió a subir en el tercero y en el cuarto) manteniéndose a raya gracias a la reducción de la participación laboral (la población en edad de trabajar desanimada por la evolución del empleo y los salarios prefirió quedarse en casa o en las instituciones educativas).

A. Desempeño laboral en las zonas rurales  


Gráfico 1. Zonas rurales: empleo asalariado y no asalariado; tasas de desempleo

DANE, gran encuesta integrada de hogares; datos publicados. Notas: 1. Empleo asalariado (obreros y empleados particulares y del gobierno); empleo no asalariado (resto del empleo). 2. Tasa de desempleo total (desempleados vs. ocupados más desocupados). Tasa asalariada de desempleo (desempleados vs. ocupados asalariados más desempleados); esta medida alternativa se justifica pues casi todos los desempleados buscan un trabajo asalariado. 4. La tasa desestacionalizada de desempleo total es la estimada por el DANE; las demás series han sido desestacionalizadas usando el método Census X-12. 


En las zonas rurales el empleo asalariado, el de mejor calidad, había caído considerablemente en 2015 (gráfico 1, panel A). Durante el año 2016 recuperó para junio-agosto el 72% de las pérdidas del 2015 gracias a la expansión del cultivo del café. Sin embargo, prescindiendo de la ligera recuperación de fines del año, se derrumbó desde agosto lo que se refleja en el valor agregado real del cultivo del café del tercer trimestre que reportan las cuentas nacionales. Por su parte, el empleo no asalariado, el de peor calidad (panel B), sigue superando el promedio alcanzado en 2015 y está aumentando. Y las tasas rurales de desempleo corregidas por variaciones estacionales (la total y la asalariada: panel C), que se había vuelto a elevar hasta mayo, han tendido a caer desde entonces como fruto de la reducción en la participación asalariada y del alza en el empleo no asalariado; con todo repuntaron ligeramente a finales del año situándose en el 5.1% y 20.9% respectivamente en octubre-diciembre. 

B. Las 13 ciudades principales vistas en su conjunto


1. Empleo formal total y por nivel educativo.

En las 13 ciudades (gráfico 2, panel A), el impacto de la desaceleración económica 2015 sobre el empleo formal, había sido más moderado: cayó en el primer semestre y se recuperó con creces en el segundo. Gracias a ello, la tasa media de desempleo se mantuvo por debajo del 10% y la informalidad, que había subido hasta el segundo trimestre, se redujo desde entonces alcanzando para el cuarto un mínimo histórico desde 2007. 

Gráfico 2. Empleo formal, total y por nivel educativo, en las trece ciudades principales.


Cálculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12. Empleo formal: ocupados privados en empresas de más de cinco ocupados (salvo trabajadores sin remuneración en empresas o negocios de otros hogares), más técnicos y profesionales independientes, más ocupados del gobierno. Sin educación superior (sin ningún año aprobado en este nivel); con alguna educación superior (con al menos un año aprobado en el nivel superior).

No obstante, el empleo formal dejó de crecer el año pasado: frente al nivel desestacionalizado alcanzado en el cuarto trimestre 2015, para octubre-diciembre 2016 se redujo incluso ligeramente (-0.3%); no obstante como la población en edad de trabajar ha seguido creciendo, la tasa de ocupación formal se redujo.

  • En 2015 su componente menos educado (panel B), con bachillerato o menos, se había elevado sustancialmente (7.3%). En 2016 redujo: -3.1% en oct-dic frente al pico de diciembre-febrero. 
  • Por su parte, su componente más educado (panel C), con alguna formación superior, había experimentado en 2015 una caída media del 1.6%, que fue muy acentuada hasta mediados del año; desde entonces y hasta fines del año se recuperó parcialmente.  Pero durante 2016, aunque se redujo algo durante el primer semestre, terminó creciendo durante el año completo (0.8% entre octubre-diciembre frente al pico de noviembre-enero).

 

2. Empleo formal por ramas. 

Sumando los datos desestacionalizados por ramas, entre los cuartos trimestres 2015-2016 se habían destruido 14.184 plazas formales en las trece ciudades.  

  •  El empleo formal se elevó en cuatro ramas que, en conjunto, generaron 61.753 nuevas plazas. Las finanzas  aportaron el 49.1% de ese incremento bruto; los servicios sociales comunales y personales el 38.2%, el transporte-almacenamiento-comunicaciones el 12.1% y la industria apenas el 0.6%.
  • En cambio, las demás ramas destruyeron 75.937 plazas formales. De ellas, las pérdidas del comercio representaron el 31.7%, las de la construcción el 31.4%; las de los inmuebles y servicios a las empresas el 13.2%; y las de las otras ramas (agricultura y minería suburbanas, electricidad, gas y agua) el 19.7% de la pérdida total


 Gráfico 3. Trece ciudades: salarios reales e ingresos laborales reales por hogar


Panel A: para estimar la inflación y el salario mínimo real se usó el índice nacional de precios al consumidor Panel B: los salarios de los trabajadores formales (en realidad sus ingresos laborales, porque incluyen tanto los de los asalariados como los de los no asalariados) han sido obtenidos procesando las cintas de las encuestas del DANE (las que disponemos llegan, a la fecha, hasta sept-nov 2016). Se trata de las medianas por trimestres móviles estimadas a partir de los datos que ofrecen los informantes y que incluyen remuneraciones en dinero y en especie y diversas prestaciones por las que indagan las encuestas. Se deflactaron por el IPC nacional. Panel C: los ingresos laborales reales por hogar son el producto del empleo x los salarios reales medios (no los medianos) deflactados por el IPC nacional. 


3. Esta evolución laboral se acompañó con una caída en los salarios reales.

Por la aceleración de la inflación, el salario mínimo real (gráfico 3, panel A) sufrió algo durante 2015 y hasta agosto 2016, pero terminó el año pasado con una índice (102.2) muy similar al de4 2014 (102.7) y en todo caso muy superior al de diciembre 2008  (91.1). Pero el salario mínimo, aunque pone un piso mínimo a los salarios formales no rige enteramente su evolución que depende de la oferta y la demanda por nivel educativo.  

  • En el caso de los trabajadores formales sin educación superior (panel B)  la reducción del empleo durante el año pasado hizo caer sus salarios nominales y, dada la inflación, comprimió aún más sus salarios reales que, en septiembre-noviembre 2016  eran 4.3% menores frente a  entre octubre-diciembre 2015.
  • Los salarios reales formales de los trabajadores dotados de educación superior (panel B) se redujeron hasta mayo-julio pero se recuperaron parcialmente el resto del año. Con el mayor dinamismo del empleo. Con todo, para julio-septiembre habían caído 3.1% frente al máximo de diciembre-febrero.
  • Por su parte (panel C), los ingresos reales de los informales carentes de educación superior (que representan el 83% de todos los trabajadores informales) venían cayendo desde mayo-julio 2015. Entre este trimestre y septiembre-noviembre 2016 se redujeron 8.1% 
Durante 2016, los ingresos laborales reales totales por hogar, provenientes de trabajadores formales e informales, cayeron (gráfico 3, panel D). Pero los provenientes de trabajadores poco educados (panel E) se redujeron más que los provenientes de trabajadores con alguna educación superior (panel F). Dado que los hogares más pobres dependen más de los ingresos aportados por sus miembros poco educados, la pobreza monetaria, debió haber comenzado a elevarse progresivamente en las trece ciudades. En promedio el año pasado según el DANE: 15.9% vs 15.4% en 2015; pero hubo ciudades donde subió mucho más: Montería (5.8 puntos); Villavicencio (3.2); Cartagena (2.9); Bucaramanga (1.5); Bogotá (1.2). En cambio la pobreza multidimensional, que recoge variables más estructurales como condiciones de la vivienda, acceso a servicios públicos, analfabetismo y educación, responde menos a las coyunturas  y ha tendido a bajar continuamente.​

4.  Caída en la participación laboral. 

Quizá el mayor interrogante que plantea la evolución del mercado laboral urbana durante el año 2016 es porqué, a pesar de la desaceleración económica y de la caída en el empleo formal, en el valor real de los salarios formales y en el ingreso laboral de los hogares, el desempleo –aunque ha venido subiendo desde abril-junio- no se ha disparado ni tampoco el porcentaje medio de informalidad, que sigue estando muy por debajo frente al año 2015 (gráfico 4, panel A). La respuesta está en la reducción de la participación laboral y en el aumento de la inactividad.  

En las trece ciudades (panel B) la tasa desestacionalizada participación laboral en las trece ciudades principales se redujo sustancialmente desde enero-marzo (lo mismo pasó en el nivel nacional, aunque a causa de las cifras de los primeros trimestres, el promedio de los cuatro trimestres sugiere una estabilidad entre 2015 y 2016: 64.7%, 64.5%).  La PEA se trasladó hacia la inactividad (panel C) y, aunque ha venido refluyendo, todavía en octubre-diciembre su volumen era similar  al de diciembre-febrero. En cambio, la población inactiva ha subido en 226.000 personas (pasó de 5.582.000 a 5.808.000 entre esos mismos trimestres móviles).  Las personas dedicadas a los oficios del hogar (panel D) se elevaron en 220.000 (casi todas mujeres) y los estudiantes inactivos (probablemente casi todos vinculados a la educación superior),  en 75.000; mientras tanto los otros inactivos se redujeron en  68.000.  De manera que el flujo de los inactivos a los activos se detuvo.

La causa de la caída que se produjo en la PEA y del aumento de nivel en la población inactiva fue el desaliento forzosamente pasajero pero que no sabemos cuánto va a durar, que ha producido la caída del empleo formal y de los salarios reales. Si la participación hubiera conservado el nivel de enero-marzo el desempleo desestacionalizado durante este año se habría mantenido por encima del 10%, alcanzando el 11.2% en octubre-diciembre (panel E). Esa cifra marca el horizonte que podría alcanzar si la tasa de participación se recuperara.
 

Gráfico 4. Informalidad, desempleo, inactividad y participación en las trece ciudades (trimestres móviles). 

Estimaciones con base en DANE, gran encuesta integrada de hogares. Para estimar la tasa de desempleo desestacionalizada con participación constante (la de enero-marzo 2016). Se aplica esta definición: TD*t=1-(Tot / TP*). Donde TD*t (tasa de desempleo con participación constante en el mes t); TOt (tasa de ocupación desestacionalizada en el mes t); TP* (tasa de participación desestacionalizada en enero-marzo 2016)
 

C. Las cuatro ciudades principales

En el año transcurrido entre los cuartos trimestres de 2015 y 2016, el empleo formal cayó considerablemente en Bogotá (-2.9%) y ligeramente en Medellín (-0.7%); pero gracias a la recuperación de fines del año se elevó en Cali (4.7%) y sobre todo en Barranquilla (10.6%)

1. Bogotá

El empleo formal de la capital del país había fluctuado durante los primeros tres trimestres del año pasado alrededor de una media bastante estable (gráfico 5, panel A); pero durante el último trimestre se derrumbó. Su componente menos educado se redujo todo el año; el más educado, dotado de alguna educación superior, aumentó ligeramente en el primer trimestre del año y después se estabilizó (panel B).

Esta evolución del empleo formal se reflejó en el comportamiento salarial (panel C).  Los salarios reales de los trabajadores formales menos educados cayeron durante todo el año; los de los trabajadores formales más educados también bajaron, particularmente durante el primer semestre y, aunque fluctuaron durante el segundo semestre, terminaron estabilizándose.

La grave caída del empleo formal de fines del año pasado elevó en Bogotá tanto la tasa de desempleo, que desestacionalizada pasó del 8.6% en mayo-junio al 9.7% en octubre-diciembre, como el porcentaje de informalidad del  empleo que pasó del  42.2% al 43.8%(panel D).

Gráfico 5. Principales indicadores laborales en Bogotá

Cálculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12.

2. Área metropolitana de Medellín.

El empleo formal de la ciudad (gráfico 6, panel A) , que había crecido sostenidamente durante el segundo semestre de 2015 y hasta el mes de abril 2016, se redujo posterior y fuertemente hasta julio arrastrado hacia abajo por su componente carente de educación superior (panel B) que se estabilizó a bajo nivel el resto del año. Sin embargo, empleo formal se recuperó parcialmente en el cuarto trimestre del año pasado gracias al auge del más educado (que habiendo experimentado grandes fluctuaciones se volvió a elevarse en ese trimestre) 

Gráfico 6. Principales indicadores laborales en el área metropolita de Medellín.


Cálculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12.3.

Los salarios reales (panel C) de los trabajadores formales poco educados había subido mucho durante el segundo semestre 2015 se redujeron otra vez el año pasado y los de los más educados  que habían caído volvieron a repuntar a fines del año.

El desempleo de la ciudad (panel D) experimentó el año pasado grandes fluctuaciones (panel D). Desestacionalizado, subió en el primer trimestre (11.5%); bajó en el segundo (9.9%); volvió a elevarse en el tercero (11.3% en junio-agosto) y volvió a caer en el cuarto (10.3% en octubre-diciembre). Por su lado,  el porcentaje de informalidad que había alcanzado un mínimo en el primer trimestre (40.7%) ha vuelto  a elevarse desde entonces alcanzando un valor de 42.5% en el cuarto trimestre. La población más afectada con esta evolución ha sido la que carece de educación superior cuyo desempleo terminó el año en el 10.8% (vs. 9.3% para la dotada de estudios superiores) y para la cual el porcentaje de informalidad subió del 54.7% en enero-marzo al 57.7% en septiembre-noviembre.

3. Área metropolitana de Cali.

Después de haber caído en octubre-diciembre 2015, el empleo formal en el área metropolitana de Cali (gráfico 7, panel A) se elevó ligeramente hasta febrero-abril 2016; se derrumbó  luego hasta mayo-julio y después se recuperó de esa caída, superando a fines del año todas las cifras anteriores. Frente a octubre-diciembre 2015, en ese mismo trimestre 2016 aumentó 4.7%. 

Por componentes (panel B) la evolución fue la siguiente; también frente a octubre-diciembre 2015, para septiembre- noviembre 2016 (último dato de que disponemos) su componente dotado de alguna educación superior se redujo 6.0% (cayó hasta julio y se recuperó apenas parcialmente hasta fines del año).  En cambio su componente menos educado se elevó en ese mismo período 12.2%  (subió hasta abril; se redujo luego hasta julio y volvió a elevarse el resto del año). 

Gráfico 7. Principales indicadores laborales en el área metropolitana de Cali.


Cálculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12.

Por el lado de los salarios formales reales (panel C) los de los trabajadores con alguna educación superior, que se habían elevado a fines de 2015, se estabilizaron a alto nivel durante 2016. Pero los de los trabajadores carentes de educación superior oscilaron con el empleo subiendo en el primer trimestre, bajando en el segundo y volviendo a subir en el segundo semestre, lo que sugiere que la ciudad experimenta una escases trabajadores diestros de este tipo y que  el repunte salarial de fines del año podría entrabar para este año 2017 la continuidad de la expansión del empleo formal menos educado.

En fin (panel D) la rápida expansión del empleo formal, sobre todo del menos educado, de fines del año pasado le permitió temporalmente a la ciudad reducir el desempleo (que, desestacionalizado  terminó en el 10.2%) y también la informalidad

4. Área metropolitana de Barranquilla.

El empleo formal en el área metropolitana de Barranquilla, que el año pasado se había estabilizado en los primeros tres trimestres, se disparó en el cuarto trimestre (gráfico 8, panel A). En ese trimestre se elevó tanto su componente menos educado como, sobre todo, su componente dotado de alguna educación superior (panel B). En respuesta los salarios formales reales del personal con alguna educación supero (panel C) aumentaron y tanto el desempleo como la informalidad del empleo se redujeron marcadamente a fines del año (panel D)

Gráfico 8. Principales indicadores laborales en Barranquilla


Cálculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12. 


​D. Las nueve ciudades intermedias vistas en su conjunto


Entre octubre-diciembre 2015-2016, el empleo formal en el agregado de las nueve ciudades intermedias se redujo 1.3% (gráfico 9, panel A). Cayó mucho en Villavicencio (-9.7%), en Pereira (-7.2%) y en Ibagué (-4.6%), y de manera menos pronunciada, en Cúcuta (-3.1%), en Montería (-1.3%) y en Pasto (-1.2%). En cambio se elevó en Manizales (2.1%), en Bucaramanga (4.3%) y en Cartagena (6.2%).  

En el agregado de esas nueve ciudades y frente al nivel alcanzado en octubre-diciembre 2015, para septiembre-noviembre 2016, el empleo formal  menos educado prácticamente no varió y, en cambio el más educado se redujo 1.7%. El primero, el menos educado (panel B),  experimentó el año pasado grandes fluctuaciones que sirvieron para evitar que sus salarios reales subieran (el alza del empleo tendia a elevar los salarios reales, lo que se controlaba con la reducción posterior del primero; y, en cambio, para producir la caída continua de los salarios). El empleo carente de educación superior había bajado desde el tercer trimestre de 2015 y hasta el primero de 2016; lo inverso pasó durante el segundo trimestre 2016 (se elevó), situación que se revirtió el resto del año (bajó). Por su parte el componente dotado de algún grado de educación superior se redujo todo el año.     

Por el lado de los salarios formales reales (panel C) los del personal menos educado cayeron durante todo el año pasado (de hecho, venían bajando desde el cuarto trimestre 2015). Los del personal con alguna formación superior, que se habían reducido desde mediados de 2015 y hasta el primer trimestre 2016 repuntaron ligeramente en el segundo trimestre, estabiizándose  el resto del año.  

Gráfico 9. Principales indicadores laborales en el agregado de las nueve ciudades intermedias


Cálculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12.

La informalidad del empleo, que había subido mucho en el primer trimestre 2016 se redujo posteriormente (panel D); mantuvo durante el año pasado un valor medio similar al de 2015 (56.6%). Por su parte el desempleo en el agregado de las nueve ciudades intermedias ha sido tradicionalmente más alto que el de las cuatro ciudades principales. Había subido (ver de nuevo el panel D) entre septiembre-noviembre 2015 y enero- marzo 2016 (su valor desestacionalizados pasó del 10.1% al 10.9%); bajó otra vez  hasta alcanzar el 10.3% en abril-junio; y luego volvió a elevarse hasta fines del año (11.3% en octubre-diciembre). El alza más reciente (panel E), la del segundo semestre del año pasado, afectó sobre todo al personal más educado que pasó del 11.4% al 12.9%.  La del personal menos educado, aunque aumentó ligeramente, fue mucho más baja terminando el año en el 10.6%.

En fin (panel F), la tasa de participación laboral, que se había elevado en el primer trimestre del año pasado volvió a bajar de nivel el resto del año y solo empezó a recuperarse muy parcialmente durante el segundo semestre impulsada por la del personal con alguna educación superior. 

Última modificación: 23/03/2017 18:21

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