Por: Gabriela Fuentes Arias.
Desde sus 13 hasta sus 15 años Hoover comandó el grupo juvenil de la Policía Nacional en la comuna tres de Medellín, (Manrique), estaba convencido que este camino era su mejor (y única) opción como proyecto de vida. Sin embargo, en grado noveno tomó orientación vocacional y descubrió que su promedio académico le permitía entrar a la universidad, lo cual abrió su panorama de opciones.
Ese mismo año, además, se enfrentó a una encrucijada: los cursos que quería tomar para fortalecer sus habilidades en matemáticas y español, en la Universidad de Antioquia, se cruzaban con las actividades en el grupo juvenil de la Policía. Esta situación lo guio para comparar los dos caminos que tenía enfrente: hacer carrera para llegar a General de la Policía, o realizar un pregrado que le permitiera seguir explorando y fortaleciendo sus habilidades. Si tomaba la primera opción, debía asistir a la Escuela de Oficiales, lo cual le implicaba un costo muy alto, y su meta podría alcanzarla entre sus 30 y 40 años. Y si tomaba la segunda opción, llegaría una nueva pregunta: ¿qué otra cosa le gustaría estudiar?
EAFIT: el inicio
Cuando aún estaba en el colegio Hoover conoció la Universidad EAFIT. Por eso, cuando tomó la decisión de estudiar un programa universitario se propuso asistir a cada charla realizada en el campus, así se acercó a los programas en Ingeniería Matemática, Economía y Finanzas con una convicción: formarse y dedicarse a sus estudios, pues había decidido que el dinero no podía seguir siendo un problema en su vida.
Allí, conoció a Catalina Gómez, la Jefa del Pregrado en Economía, y al escucharla se sintió inspirado y estuvo muy cerca de decidirse por esta profesión, sin embargo, su gusto por los números lo hizo dudar. Por eso, contempló la idea de escuchar lo que Ingeniería Matemática podría ofrecerle, y en medio del discurso de los egresados de este programa encontró una constante: muchos de ellos salían a ocupar cargos en áreas financieras. Ahí, se acerco a ese término que lo sedujo casi al instante, y que le mostró el camino que quería recorrer durante toda su vida académica y profesional: ¡el camino del financiero de la Universidad EAFIT! Así, sin más, se inscribió con total certeza al Pregrado en Finanzas.
EAFIT tiene un aire de progreso y de querer mejorar siempre
Él es Hoover Arley Arbeláez, el estudiante dedicado y comprometido, gracias a sus competencias es beneficiario de la beca Aporte de Empleados de la Universiad EAFIT. En su tercer semestre, por su gran desempeño como monitor administrativo, al demostrar creatividad, empeño, compromiso y dar alternativas de solución: obtuvo su primer trabajo como asistente en el Centro de Investigaciones Económicas y Financieras (CIEF) de la Institución.
Finanzas: su motor
“Ya existe un aporte desde las finanzas al mundo, en el sentido en el que hay que optimizar los recursos. Esto es muy importante porque las empresas son el motor de la sociedad, las que permiten crearle valor a los ciudadanos que trabajan en ellas”, asegura Hoover, quien resalta otro enfoque, el de permitir fluir los recursos que más se necesitan de manera responsable.
Para continuar con esto último, Hoover recuerda un video donde se mostraba que por medio de la teoría de portafolios (teoría de inversión que estudia como maximizar el retorno y minimizar el riesgo) se podía hacer que la investigación para aportar a la cura de enfermedades fuera rentable. Para él, esto es una innovación muy grande porque realiza una diversificación que permite invertir en este tipo de cosas para que se desarrollen, algo que necesita la sociedad y se da sin que el inversionista se vea tan afectado.
En el 2019, Hoover hizo parte del grupo de estudiantes de la Universidad que participaron por primera vez en el Concurso de Análisis Financiero (CFA) llegando a la final, entre concursantes de todo el país, en la ciudad de Bogotá. El objetivo de este concurso es despertar el interés por la profesión, complementar la hoja de vida de los estudiantes y fomentar las buenas prácticas entre futuros analistas de inversión; para la universidad esta victoria supuso un impulso a su reconocimiento de marca.
Actualmente, su meta profesional está en conseguir una buena práctica, culminar el pregrado y trabajar en obtener una beca para el posgrado. Hoover está seguro que EAFIT lo seguirá impulsando en cada paso que dé, no solo como apoyo físico, también con todo lo aprendido dentro de la universidad para formarse como profesional y persona, pudiendo llevar esto a los diferentes espacios de su vida.
Pues, a fin de cuentas, la U ya me inspiró, y como buen sello eafitense, queda en mí crear y transformar a donde vaya