Róbinson Úsuga Henao
Colaborador / Proyectos de investigación
El entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías se paró frente a la Asamblea Nacional de su país. En un discurso fuerte y sin pausas ordenó la suspensión de las relaciones comerciales con su vecino Colombia.
“He ordenado paralizar los acuerdos y todo negocio con Colombia. Se paraliza el gasoducto transcaribeño, lamentablemente, pero hasta que no sea reivindicada la soberanía violada de Venezuela, yo me veo obligado a tomar estas decisiones”, dijo Chávez. Y el recinto estalló en aplausos.
Antología de crisis
La molestia de Chávez se debía a lo que por esos días habían concluido sus servicios de inteligencia: que Rodrigo Granda, el guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), no fue capturado en la ciudad colombiana de Cúcuta, tal y como anunció el Gobierno de Colombia, sino que fue secuestrado en Caracas, en complicidad con una facción de la Guardia Venezolana.
Por su parte Álvaro Uribe Vélez, presidente de Colombia, defendió su derecho de perseguir y encarcelar la guerrilla, y cuestionó a Chávez por la presencia de guerrilleros en suelo venezolano.
Dos años después, las maltrechas relaciones se restauraban, y en agosto de 2007 Hugo Chávez participaba como mediador en la liberación de algunos secuestrados que tenía la guerrilla. Pero intempestivamente Álvaro Uribe suspendió esa labor porque, al parecer, Chávez había entablado comunicación directa con los militares colombianos.
Chávez arrojó más escarcha en el congelamiento de las relaciones binacionales. Y, un par de meses más adelante, en marzo de 2008, ordenó el despliegue de tanques en la frontera colombiana y retiró a su personal de la embajada en Bogotá, ante el bombardeo del Ejército colombiano a un campamento de la guerrilla en la frontera con Ecuador. Esta operación acabó con la vida del guerrillero Raúl Reyes.
Tiempo después se encontraron en poder de las Farc algunos lanzacohetes que en principio fueron adquiridos por Venezuela. Colombia hizo nuevos reclamos a su vecino. Chávez tomó estas acusaciones como otro complot en su contra y, en 2009, cuando llegó a la prensa un acuerdo militar firmado entre Colombia y Estados Unidos para el uso de siete bases militares colombianas, el presidente venezolano lo denunció como una amenaza para su país y llamó a su pueblo a “prepararse para la guerra”.
“Las empresas que accedieron a participar en la investigación fueron las de equipos y partes eléctricas, textil, vajillas y utensilios de cocina”.
Entre 2009 y 2010 las exportaciones colombianas a Venezuela cayeron en un 72 por ciento, según el Departamento Nacional de Estadística (Dane). A partir de 2010, el nuevo presidente colombiano Juan Manuel Santos buscó regresar a su tradicional punto de equilibrio las maltrechas relaciones políticas y comerciales, pero entonces muchas empresas colombianas ya habían perdido terreno en el mercado venezolano, en parte por la crisis política binacional y en parte por el surgimiento de una crisis interina en Venezuela.
“Hoy día las exportaciones están alrededor de 2.500 millones de dólares”, se quejaba en febrero de 2014 el entonces ministro de Comercio, Industria y Turismo, Santiago Rojas.
Una mirada desde EAFIT
María Andrea De Villa Correa, investigadora y profesora asociada del Departamento de Organización y Gerencia de la Escuela de Administración de la Universidad EAFIT, puso sus ojos en esta prolongada crisis política y comercial.
Ella realizó un estudio sobre la influencia de las percepciones gerenciales en la manera como las empresas colombianas responden ante la crisis política entre Venezuela y Colombia. “Indagamos en cuatro empresas colombianas de distintos sectores que se vieron altamente afectadas ante esa crisis política”, dice María Andrea.
La investigación se hizo entre los directivos de las empresas, e incluyó entrevistas, documentos de las empresas y rastreo de información emitida por los medios de comunicación. “Durante ocho meses de trabajo, recolectamos y analizamos datos, entre estos documentos elaborados por las mismas empresas y que daban a conocer su respuesta estratégica, entrevistas cara a cara y estadísticas oficiales sobre el comercio de estas empresas con el país vecino. Triangular información primaria de parte de los entrevistados con información secundaria nos permitió incrementar la validez de nuestros resultados”, afirma María Andrea
Por un pacto de confidencialidad (el mercado venezolano sigue siendo un tema sensible), no puede revelarse el nombre de las empresas implicadas en el estudio. Pero basta con decir que se trata de grandes compañías, con alto reconocimiento en todo el territorio nacional, y muy representativas de los sectores más impactados por la crisis política. Empresas que han mantenido comercio con Venezuela por más de 10 años y que destinan a ese mercado entre un 20 y un 70 por ciento del total de sus exportaciones.
Las industrias más afectadas en la crisis política binacional fueron la automotriz, la de equipos y partes eléctricas, la de grandes superficies comerciales, la textil, la de alimentos, la del papel y la de vajillas y utensilios de cocina. “Las empresas que accedieron a participar en la investigación fueron las de equipos y partes eléctricas, textil, vajillas y utensilios de cocina”, especifica la docente.
La trampa del espejo
¿Y qué se concluyó al cabo de esta investigación? Que desde las empresas puede reconocerse un potencial vínculo entre las percepciones de los gerentes y la orientación de las decisiones o respuestas estratégicas que adoptan sus empresas para enfrentar las crisis.
Un artículo científico se publicó en 2013 para divulgar los resultados de esta investigación en la Revista Academia, volumen 26, número 1, página 170, con el título “The mirror trap: Do managerial perceptions influence organizational responses to crises?”.
“Nuestros resultados parecen indicar que aquellos gerentes que perciben las crisis como una oportunidad y que son proactivos logran que sus empresas obtengan mejores resultados de desempeño tanto de las empresas de aquellos gerentes que perciben las crisis solo como una amenaza o como de las empresas de aquellos gerentes que no perciben las crisis como una oportunidad o una amenaza”, afirma la investigadora.
Por lo anterior, De Villa manifiesta: “Queremos que este trabajo se convierta en un llamado de atención para los gerentes y para los equipos directivos de las empresas, en cuanto a que existe un ‘mirror trap’ o ‘trampa del espejo’. ¿Y qué queremos decir con esta metáfora? Que las empresas terminan adoptando respuestas ante las crisis que están directamente influenciadas por las percepciones de sus gerentes o equipos directivos”.
Pese a las dificultades políticas y comerciales del mercado venezolano, María Andrea De Villa comprobó que todas las empresas investigadas decidieron permanecer en este mercado, pero sus gerentes tuvieron diferentes percepciones ante la crisis política entre Colombia y Venezuela que llevaron a que sus empresas adoptaran diferentes respuestas estratégicas.
Al final del estudio, las empresas participantes agradecieron que desde la Universidad EAFIT se emprendieran ese tipo de pesquisas, pues estas se acercan a los retos reales que cada día enfrentan sus negocios.
“En la Escuela de Administración de la Universidad EAFIT hoy se tiene una gran preocupación por hacer investigación con un alto rigor científico, que sea relevante a los retos que enfrentan las empresas colombianas y de América Latina”, concluye la investigadora.
Investigadora
María Andrea De Villa Correa
Negociadora internacional, especialista en Mercadeo y MBA de la Universidad EAFIT. PhD de Cranfield University (Reino Unido). Profesora asociada del Departamento de Organización y Gerencia de la Escuela de Administración de la Universidad EAFIT.
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