Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
Inicio de sesión
Universidad EAFIT
Carrera 49 # 7 sur -50 Medellín Antioquia Colombia
Carrera 12 # 96-23, oficina 304 Bogotá Cundinamarca Colombia
(57)(4) 2619500 contacto@eafit.edu.co

Cultivadores fortalecen la cadena del caucho

​​​Una iniciativa de investigación aplicada, financiada por el Sistema General de Regalías de Colombia, busca mejorar la productividad y aumentar la competitividad en la cadena del caucho natural en el Bajo Cauca antioqueño.

Los líderes de las 12 asociaciones de cultivadores de caucho se preparan en cinco módulos: procesos, empresa, propiedades de la materia prima, procesamiento industrial y el aspecto social.​
Bibiana Andrea Moná Giraldo
Periodista del Área de Información y Prensa / Proyectos de investigación
​​​
​Todos saben que es una líder. De eso no queda la menor duda, pues Antolina Mendoza Guzmán, aunque aclara que no es socia fundadora, fue quien tocó las puertas de las familias que hoy forman parte de la Asociación de Productores de Caucho de Zaragoza (Asoprocaza), agremiación de la que hoy es su representante legal y que, a la fecha, cuenta con cerca de 120 afiliados.​

La tenacidad, la insistencia, el conocimiento de su gente y, sobre todo, la convicción de que era necesario trabajar por su región, fue lo que la impulsó a creer en que los proyectos productivos y la asociatividad eran una buena salida a los problemas sociales, económicos, políticos e, incluso, de orden familiar en su municipio.

Con la responsabilidad que supone ser madre de seis hijos y líder comunitaria, Antolina tomó las riendas de esta asociación en 2011, y se enfocó en que los afiliados y sus familias alcanzaran una mejor calidad de vida.
 
Ella hace parte de los cerca de 60 líderes de las 12 asociaciones de cultivadores de caucho, pertenecientes a los seis municipios del Bajo Cauca antioqueño –Caucasia, El Bagre, Nechí, Tarazá, Cáceres y Zaragoza–, beneficiados con el plan de formación para mejorar la calidad del caucho en esta región del departamento.

Esta iniciativa, que tuvo una duración de cuatro meses (agosto a diciembre de 2014), contó con la participación de EAFIT, a través de la Dirección de Investigación y EAFIT Social, y la Gobernación de Antioquia.

Dicho plan es paralelo al proyecto de investigación aplicada e innovación Mejoramiento de la productividad para el desarrollo y aumento en la competitividad en la cadena del caucho natural. Este es cofinanciado con aportes del Sistema General de Regalías y de cinco instituciones aliadas: las universidades EAFIT, de Antioquia y Nacional (sede Medellín), el Sena y Corpoica. Un proyecto del que se beneficiaron en principio dos asociaciones en el Bajo Cauca: Asculticaucho y Ascabia.

El propósito de este trabajo, que se firmó con la Gobernación de Antioquia en noviembre de 2013, y que tiene una duración de 36 meses, es el de aumentar la competitividad de la cadena del caucho natural en esta región, mediante el cultivo y la transformación de este elemento como negocio agroindustrial.

Esta iniciativa se suma a un proyecto que la autoridad departamental empezó hace 23 años para sustituir los cultivos ilícitos y apostarle al caucho, un negocio limpio en el que se puede obtener rentabilidad.

“Si bien es un proyecto de investigación, la meta es que los seis municipios en los que trabajamos le ganen la batalla a estos cultivos y puedan mejorar la calidad de vida en la región”, dice Sandra Milena González Villa, docente del Departamento de Ingeniería de Producción de EAFIT e investigadora técnica de ambos proyectos.

La propuesta, explica el investigador Jaime Alberto Escobar Arango, se desarrolló con base en un diagnóstico inicial realizado por las instituciones participantes, que develó la baja productividad, competitividad y sostenibilidad de la cadena del caucho en Antioquia.

Un total de 60 líderes de 12 asociaciones de cultivadores de caucho, de los seis municipios del Bajo Cauca antioqueño, se beneficiaron con el  plan de formación que terminó en diciembre.​​

Para comenzar a fortalecer dichas capacidades, cuando en 2012 se firmó un primer proyecto, la Universidad brindó un plan de formación de 56 horas a 20 jóvenes rurales de la vereda Santa Clara, en Tarazá, pertenecientes a la asociación Asculticaucho.
 
“Fue tan exitoso que cambió la visión de esa intervención, que pasó de ser técnica y se dirigió a empoderar a los campesinos, no solo en el tema tecnológico, sino en el de gestión integral porque ellos también deben ser empresarios para competir desde la subregión en un entorno económico globalizado”, aduce Escobar.


Sembrar con amor y paciencia​


María Beatriz García Palomo, representante legal de la Asociación de Productores de Caucho de Cargueros y Bijagual (Ascabia) del municipio de Nechí, comenzó en este negocio con diversas dificultades, no solo asociadas al orden público de la zona, sino a aspectos económicos, logísticos y del conocimiento sobre el cultivo del caucho.
 
“Al inicio no sabíamos cómo era esto de sembrar caucho. Y el factor dinero cuenta mucho, porque se trata de sostener un cultivo, cerca de siete años y del propio bolsillo, hasta que el árbol esté en etapa productiva”, comenta.

Por eso hoy que recoge la cosecha y viene la comercialización, Beatriz explica: “ahora sí estamos en la etapa en la que el Gobierno nos puede colaborar y ya sabemos lo que representa el caucho en el ámbito mundial y las expectativas son más grandes”.

Al igual que la siembra del caucho, que requiere de paciencia y constancia, el proyecto ha visto sus frutos con el paso del tiempo, ya que inicialmente se definió con un enfoque de investigación aplicada y, hoy, es un proceso con impacto social que valoran tanto los investigadores como los campesinos de la región, sin importar la etapa productiva en la que estén.

“Notamos que en toda la cadena productiva hay una brecha y es que todos saben cultivar caucho, conocen los clones que ‘pegan’ mejor, cuáles son los componentes nutricionales necesarios, pero existen vacíos en temas como las propiedades, los procesos, las normas y la calidad del caucho. Así como lo que se debe saber acerca de la comercialización de este producto, las normas técnicas, entre otros aspectos”, señala González.
 
Con base en estas necesidades, los investigadores establecieron sinergias como la que se consolidó, a través de la Dirección de Investigación con EAFIT Social, programa institucional que, con el aval de la Rectoría, le imprimió un valor agregado a este proceso. 

Esta es una iniciativa cofinanciada con aportes del Sistema General de Regalías y de instituciones aliadas: las universidades EAFIT, de Antioquia y Nacional (sede Medellín), el Sena y Corpoica.

“Somos ingenieros y sabemos del cultivo de caucho, pero nos complementamos en temas empresariales, gerenciales, de mercadeo. Así que, a través de EAFIT Social, entraron otras áreas de la Institución a complementar ese conocimiento que hoy les ha abierto la mente a estas personas hacia otras oportunidades”, señala González. 

​EAFIT Social​

Así surgió el plan de formación de 106 horas para los líderes de estas asociaciones cultivadoras de caucho, quienes replican los conocimientos en su territorio. “Lo que hicimos fue ampliar las temáticas del plan de formación inicial, de modo que ellos, con las herramientas que les entregamos, se encargan de construir todo de forma colaborativa”, explica la docente.

Estas personas se preparan en cinco módulos: procesos, empresa, propiedades de la materia prima, procesamiento industrial y el aspecto social.

“Cuando hicimos la apertura del plan de formación en Caucasia, en agosto de 2014, se percibió en la comunidad una actitud abierta, la gente sonreía y estaba a la expectativa. Esto habla de la apuesta que hace EAFIT por los territorios”, comenta Mario Enrique Vargas Sáenz, director de EAFIT Social.
 
El programa involucra actividades como clases, visitas industriales, prácticas en laboratorio, trabajo de campo y visitas de los investigadores a los cultivos.

“Esta es una apuesta de transferencia de conocimiento para la habilitación social y productiva de una comunidad. De hecho, durante sus encuentros en EAFIT o en sus municipios, los asistentes tienen la oportunidad de compartir, de hablar de sus diferencias y similitudes. Es un proceso sanador”, puntualiza Mario.


El programa de formación busca estandarizar el proceso en la zona e involucra actividades como clases, visitas industriales, prácticas en laboratorio y trabajo de campo en los cultivos.

Y sí. Es evidente el colegaje de estos líderes, que se encontraron en EAFIT entre el 29 de septiembre y el 4 de octubre de 2014. Fueron seis días dedicados a su proyecto de vida, en el que además de descubrir cosas nuevas, lograron ser amigos, establecer alianzas, reconocerse y propiciar espacios de confianza entre ellos.

“Hemos aprendido cómo se siembra el caucho y cómo sembrar cultivos alternos durante los años de espera de la etapa productiva, a planificar una empresa, a comportarnos como empresarios negociadores, a establecer alianzas”, afirma María Beatriz García.

Con ella coinciden Róbinson Quintana Parra, representante legal de Asobosques, asociación del municipio de El Bagre; Gustavo Alberto Ceballos Torres, vicepresidente de Asocor (asociación de Caucasia), y Alfinger Tapias Mejía, vocal de Asproages, del municipio de Nechí. Alfinger dice estar agradecido con la Universidad porque, en siete años, han recibido muchas​ capacitaciones. Además, se veían como competencia, no como colegas, y estar en este proceso de formación les ha permitido descubrir no solo que tenían “los mismos temores y dificultades”, sino que podían buscar soluciones.

Lo que viene, según Santiago París Londoño, investigador del Departamento de Ingeniería de Producción de EAFIT, es saber quiénes necesitan el producto. “Ahí es donde entra la innovación porque es ver qué más podemos hacer. El panorama apenas se abre para buscar nuevas opciones para el caucho”, argumenta.

Así lo confirma Ceballos Torres, vicepresidente de Asocor, quien ve el cultivo del caucho con nuevas expectativas: “Yo creo que esto va a cambiar socialmente a la región y al país. Sin duda, este producto nos va a abrir muchas puertas”.

Hoy, un año después de obtener su título como bachiller, de firmar acuerdos con Naciones Unidas, de trabajar como líder de su comunidad, de contarle el cuento a mucha gente sobre la oportunidad de trabajar en procesos productivos en Zaragoza, Antolina es una de las líderes de los cultivadores de caucho del Bajo Cauca antioqueño que, pese a las vicisitudes, ha salido adelante y cree en esta actividad económica como una opción de vida.


Apuestas hacia el futuro

Colombia importa más del 95 por ciento del caucho que consume, a pesar de que tiene las capacidades de producirlo. Por eso, el reto de los cultivadores del Bajo Cauca es que la competencia no sea entre ellos, sino con productores de países como Guatemala y Brasil. Incluso del continente asiático, que domina la producción de caucho sólido en el mundo y ofrece los mejores precios.

“Lo que hay que hacer es fortalecer la región, estandarizar el proceso de los cultivadores y empoderarlos para que, como verdaderos empresarios, produzcan caucho y látex de buena calidad en el ámbito internacional”, dice el investigador Jaime Alberto Escobar Arango.​

Investigadores

Sandra Milena González Villa 

Ingeniera de producción, especialista en Diseño de Materiales, y máster en Administración y Dirección de Empresas, Universidad EAFIT. Candidata a magíster en Ingeniería en la misma Universidad. Profesora-investigadora de procesamiento de plásticos y cauchos del Departamento de Ingeniería de Producción. Coordinadora de los semilleros de investigación: Grupo de Investigación en Reciclaje de Plásticos (Girp) y Semillero de Investigación en Caucho (Sinca).
Áreas de interés: procesamiento de plásticos y cauchos, reciclaje de plásticos, diseño de materiales y dirección de empresas.

Jaime Alberto Escobar Arango 

Ingeniero Químico, Universidad de Antioquia; especialista en Entrenamiento en Plantas Industriales, Cooper River Plant-Dupont (Estados Unidos) y Sudamtex (Argentina), y en Desarrollo e Ingeniería de Proyectos (Alemania e Italia). 
Profesor-investigador del Departamento de Ingeniería de Procesos y coordinador de la línea de énfasis en Diseño de Procesos. Áreas de interés: 
Desarrollo y diseño de procesos, polímeros, procesos industriales, optimización de procesos, gerencia de proyectos.

Luis Santiago ​​París Londoño 

Ingeniero Mecánico y PhD en Ingeniería Térmica, Universidad Pontificia Bolivariana; y máster en Polymer and Composites Engineering, Katholieke Universiteit Leuven (Bélgica). Profesor-investigador del Departamento de Ingeniería de Producción, investigador asociado al grupo de Tecnologías para la Producción de la Universidad EAFIT y coordinador del Grupo de Investigación Ingeniería, Energía, Exergía y Sostenibilidad (Iexs), Universidad EAFIT. ​
Áreas de interés: caucho-vulcanización, reciclaje de materiales plásticos, mecánica de fluidos, termodinámica, materiales compuestos de matriz polimérica, transferencia de calor, cálculos térmicos y evaluación de sacadores de productos.​
Última modificación: 06/03/2017 11:32