El mundo está en un momento histórico para mirar más allá de los temas nacionales e internacionales y concentrarse en una agenda universal. Como anticipó Pierre Teilhard de Chardin (1965): “La era de las naciones ha pasado. La tarea que tenemos ahora, sino perecemos, es construir la Tierra”.
Este año marca el comienzo de esa senda colectiva universal con una brújula en común hasta 2030, que determinará el curso global del planeta y sus habitantes para promover la prosperidad, proteger el medio ambiente, actuar frente al cambio climático, y conseguir la erradicación de la pobreza y el bienestar para todos.
De lograr estabilizar las dinámicas de los mercados en los próximos 15 años, los recursos, las capacidades y los principios que guían las decisiones y las responsabilidades individuales deberán estar alineados con temas trascendentales para la humanidad como el crecimiento económico, las alianzas y la reducción de las desigualdades dentro de los países y entre estos.
2015 fue un año sin precedentes históricos, en el que el activismo centrado en la gente y en el planeta consiguió que se acordara la adopción de la nueva agenda de desarrollo sostenible (ODS) y unos acuerdos puntuales respecto al cambio climático (COP21).
Colombia está en una transición coyuntural de construcción de confianza para asumir las metas de los ODS y para alinearse con esta propuesta universal de armonizar sus políticas y comportamientos.
Existe voluntad política, liderazgo y compromisos internacionales del gobierno nacional, del empresariado y de la sociedad civil. También normativas e instituciones sociales para afrontar los retos, no solo de los ODS, sino del capítulo histórico del Post-Acuerdo.
En este contexto, las rutas de los planes de desarrollo,coordinados en los territorios con los nuevos gobernantes locales, deben fortalecer las alianzas público-privadas, el relacionamiento de la tríada universidad-empresa-Estado y una gobernabilidad transparente que siga los debidos procesos.
Dichas acciones deben enfatizar en la “promoción de un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos” (ODS 8). Así mismo,“promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y construir instituciones eficaces, responsables e inclusivas en todos los niveles” (ODS 16).
Será ahora tarea de las naciones, las ciudades, las regiones y las personas priorizar los objetivos que estén más alineados con la razón de ser, los intereses y las capacidades de cada una para generar valor a la sociedad y al planeta.
Estos propósitos no solo son una oportunidad de contribuir, apropiarse y trascender, sino de generar proyectos que desde su concepción sean buenos para la sociedad, los mercados y el planeta. Dichos proyectos deben contribuir a acumular activos sociales con retornos económicos, sociales, ambientales y personales. Lo anterior, siempre y cuando se tenga un sistema de diseño, selección de instrumentos,implementación, medición y monitoreo de cara a los mercados y a la sociedad.
En esta edición de la REVISTA UNIVERSIDAD EAFIT PERIODISMO CIENTÍFICO se presentan contribuciones explícitas y concretas, desde diferentes instancias de la Universidad, a la agenda universal Post 2015.