Chris: “uno de los aprendizajes es que cuando las organizaciones científicas implementan actividades para niños y jóvenes el impacto es mucho mayor que cuando solo las universidades de los niños realizan ejercicios interesantes y divertidos. El aprendizaje por parte de los científicos involucrados es notable y, en particular, por parte de las organizaciones que se enfrentan con cuestionamientos sobre su papel en la sociedad, ven que su compromiso va más allá de investigar o enseñar y que las universidades de los niños son uno de los vehículos más poderosos para comprometerse con la sociedad.En Europa, para solicitar fondos, las universidades están obligadas a probar su habilidad para comprometerse con el público y demostrar su capacidad de involucrar a las organizaciones de la sociedad civil durante todo el proceso de investigación. Esto se relaciona con ciencia abierta, ciencia ciudadana, entonces cada vez más ciudadanos están comprometidos y también se les pide asumir un papel en el proceso de investigación”.
Karoline: “podríamos agregar la historia del movimiento europeo en los últimos 10 años, porque cuando comenzamos a trabajar con universidades de los niños a este tipo de programas se les llamaba actividad de ‘ciencia y sociedad’, después de unos años era ‘ciencia en la sociedad’, más adelante ‘ciencia para la sociedad’ y ahora ‘ciencia con y para la sociedad’.
El vehículo de las universidades de los niños es uno muy bueno para cumplir con este ideal de ciencia ‘con y para la sociedad’ porque tenemos que pensar cómo involucrarlos en este proceso de investigación y, por ejemplo, EAFIT lo hace. No es solo comunicar ciencia al público, es integrar a la sociedad y a los niños en dicho proceso para formar un pensamiento completamente nuevo”.
Chris: “tras fundar Eucunet, muy pronto el programa sobrepasó los límites de Europa. Actividades similares sucedían en otros países y nos contactamos con organizaciones en India, Canadá, Estados Unidos y, muy pronto, con EAFIT. Un joven de Colombia participó en la ‘KinderuniWien’ (la Universidad de los niños en Viena) y supimos qué hacían. Ese fue el comienzo de una muy buena relación”.
Karoline: “finalmente EAFIT se convirtió, en 2009, en miembro de esta red. Estamos muy relacionados porque así las universidades sean diferentes, el programa y la forma de pensar es muy similar”.
Chris: “hemos aprendido mucho de EAFIT porque en su programa incluyen muchos aspectos que no se tienen en cuenta en universidades de los niños de países europeos. Por ejemplo, la reflexión teórica que se da aquí, cuál es el entendimiento propio y cuáles deberían ser los medios de comunicación”.
¿Cuáles son las expectativas del proyecto en el mundo?
Karoline: “cuando empezamos hace cerca de 13 años era un proyecto pequeño y divertido. Así comenzó EAFIT y ahora, tras 10 años, es un integrador de la Universidad. De ahí que estos programas son un elemento eficiente de las instituciones. En 2010 teníamos cerca de 200 actividades alrededor del mundo y ahora conocemos 270, aproximadamente, unas muy pequeñas y otras muy grandes como en Medellín, en Oporto o en Viena. Además, en las actividades de estos programas participan al año alrededor de 500 mil niños y 15 mil investigadores, una masa crítica. Por eso, más que un proyecto bonito es un movimiento en desarrollo”.
¿Las universidades de los niños son un complemento de la educación escolar o podrían bastar para preparar a los niños para su vida adulta?
Chris: “estos programas pueden ayudar a los niños a identificar su interés y contribuir con la educación formal, pero no pueden compensar las debilidades o requerimientos especiales de esta. Siempre seremos como un plus que sucede en un entorno particular diferente de la escuela.
Lo que atrae a los niños a estas universidades es que son diferentes de la escuela. En educación formal, el currículo nacional de enseñanza está aprobado por expertos, por comités, y lo que se dicta en los colegios es conocimiento aprobado que no es puesto en duda. En cambio, una universidad investigadora trabaja con lo que aún es desconocido y todavía no está disponible como conocimiento”.
Karoline: “lo que la escuela puede brindar son las relaciones cotidianas. Si es una escuela muy buena, puede ofrecer a los niños ser vistos en su individualidad, al tener una relación sostenida con el profesor. La universidad de los niños no puede hacer eso”.
¿La red hace investigación sobre cómo las diferentes universidades de los niños trabajan y crecen?
Karoline: “no. Somos una comunidad de práctica y no de investigación. Lo que hacemos es recolectar diferentes métodos y preguntas de investigación y, si hay resultados de investigaciones, tratamos de divulgarlos con los compañeros”.
Chris: “lo que hacemos son análisis básicos, como identificar nuevas aproximaciones sobre conceptos, recolectar números y figuras, pero no investigación. Nos hace falta estudiar el impacto de estas universidades”.
¿De dichos análisis destacan algún resultado?
Karoline: “hicimos un gran sondeo en el que identificamos 270 actividades de tipo universidad de los niños. Otro resultado fue el tipo de participación de los estudiantes universitarios en estos programas, ya que no todas las universidades de los niños los integran.
A raíz de esto, discutimos cómo desarrollar modelos para integrar a los estudiantes en el currículo”.
Así como los niños, ¿ustedes tienen preguntas que les gustaría resolver?
Karoline: “me gustaría saber cómo la libertad y la flexibilidad de pensamiento que es posible en las universidades de los niños podría expandirse en la sociedad, no solo en los colegios, sino ir más allá de los límites de las universidades. Incluso de las sociedades, porque la ciencia de los ciudadanos es un término que se está volviendo más popular y demandado en las estructuras científicas y creo que los niños deben tener un papel líder en esto.
Una de las preguntas más interesantes es ¿cómo encontrar un lenguaje común para todos? Esa es una perspectiva de los niños en todo el mundo, ellos quieren hablarse unos a otros, compartir experiencias, quieren encontrar un lenguaje común para el mundo. Otra inquietud de los niños en nuestras universidades es que están muy interesados en cómo lograr un mundo justo”.
Chris: “la injusticia es algo que los niños observan con mucha frecuencia y directamente. Creo que por eso las diferentes dimensiones de injusticia son tan relevantes para ellos”.
Karoline: “y nuestra pregunta durante esta visita a EAFIT [19 al 21 de octubre de 2015] es ¿cómo puede ser que un país tan amistoso tenga tantos problemas de violencia? Porque eso vemos aquí en Colombia, siempre caras sonrientes y toda la gente amigable”.