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Internacionalización de la investigación

En esta y otras ediciones se referencian investigaciones con alcance e impacto internacional. ¿Cómo entender la internacionalización de la investigación y sus retos?

Foto: Róbinson Henao.​

Félix Londoño González
Director de Investigación

En esta y otras ediciones se referencian investigaciones con alcance e impacto internacional. ¿Cómo entender la internacionalización de la investigación y sus retos? Puede argüirse que por su propia naturaleza la ciencia es universal y, por ende, internacional. Sin embargo, es oportuno reflexionar sobre sus facetas y retos. 

El alcance e impacto internacional de la investigación se logra cuando la comunidad académica, en un área o disciplina, adopta sus preguntas, métodos y hallazgos como referentes universales, que se convierten en patrimonio de la humanidad. Reconocimiento que transita por los circuitos de las redes académicas, que en la historia de la ciencia se han soportado en los mecanismos de la escritura y de la divulgación científica mediante journals, revistas, memorias en eventos y cientos de comunicaciones que vía web se intercambian diariamente alrededor del orbe.

Es la escritura la que le confiere a la ciencia su carácter de existencia y sus posibilidades de apropiación y reconocimiento universal. Los intercambios epistolares entre científicos y la divulgación abierta de los resultados de sus investigaciones configuran la trama de las redes de investigación, comunidades o
‘ghetos’ que conforman la esencia de las unidades de producción internacional del conocimiento.La riqueza de esta interacción implica movilidad de las ideas y de los científicos entre los nodos de la red, así como la convivencia en estos por periodos de tiempo, lo que conlleva una fértil relación académica entre sus integrantes. 

Lo internacional connota usualmente que los investigadores interatúen con el exterior, por ejemplo, a través de posgrados en otros países, de publicaciones en revistas específicas y de pasantías en centros de investigación. A esto se suma el reto de ganarse un espacio propio de existencia y reconocimiento que los convierta en un polo de atracción tal, que sean leídos, consultados y visitados en esa red internacional de nodos.

Inmersos en la sociedad del conocimiento, la ciencia internacional pasa también por la avenida de la comercialización del saber a escala global. La propiedad intelectual hace parte de las negociaciones multilaterales y bilaterales. Así que, además de considerar los circuitos internacionales para la publicación abierta de las ideas, es menester transitar los vericuetos legales para lograr la autoría, el reconocimiento y los derechos patrimoniales en los mercados globales, que potencialmente se derivan de las ideas. 


Otra dimensión de la internacionalización estriba en el hecho de que la financiación de la ciencia cada vez depende en mayor grado de la geopolítica mundial. La magnitud y alcance de los proyectos bajo la dinámica de las redes requiere, en muchas ocasiones, el concurso de fuentes de financiación internacionales sin las cuales sería prácticamente impensable su desarrollo.

En algunas áreas esta dimensión internacional demanda algo mucho más complejo que el laboratorio tradicional que tuvo sus orígenes en las cocinas alquimistas medievales. En la actualidad se requieren instalaciones sofisticadas constituidas a partir del esfuerzo y la financiación colectiva bajo el concepto de la prestación de servicios en red, desde instalaciones de supercómputo hasta aceleradores de partículas como el Cern, que ilustra el trabajo entre naciones.
Los nuevos órdenes de magnitud de los macroproyectos de investigación y de las infraestructuras requeridas obligan a considerar su financiación de manera asociada. Pero más allá de las dimensiones y escalas internacionales de la investigación, el punto de partida siempre será esa conversación entre pares académicos en torno a los problemas fundamentales que los mueven a hacer ciencia. 

Alrededor de estos problemas se fraguan proyectos y programas de investigación que constituyen los verdaderos núcleos de los esquemas organizacionales en red con los que opera la ciencia moderna: grupos y centros de investigación entrelazados que tejen conversaciones en busca de respuestas a las preguntas que les ocupan.