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El Eafitense / Edición 104 De bloque a bloque, y en bicicleta

De bloque a bloque, y en bicicleta

​​​​​​​​Un total de 30 bicicletas rojas fueron puestas a disposición de los eafitenses para sus desplazamientos entre diferentes puntos del campus universitario. El servicio nació en la Escuela de Ingeniería y fue inaugurado, inicialmente, con 20 vehículos. En el actualidad cuenta con un flujo constante de 14 horas diarias de lunes  a viernes, seis puntos de acopio y parqueaderos portátiles.


Jonathan Montoya Correa
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT

Fue en 2008. En aquel año entró en funcionamiento el sistema de bicicletas internas Bicicampus, de la Universidad de Murcia (España), y en sus dos primeros meses logró movilizar unos 1.000 estudiantes entre los edificios más apartados de sus instalaciones. Para los alumnos fue una oportunidad de llegar más rápido a sus clases y de trasladarse sin contratiempos entre la Plaza Rector Sabater y el Aulario Norte, o desde la Facultad de Documentación y Comunicación hasta la Escuela de Turismo.

Se trataba de una idea que venía fortaleciéndose en otras entidades de educación superior alrededor del mundo, las que se habían comprometido con la promoción del uso de la bicicleta dentro y fuera del campus, así como en ofrecer mejores y mayores facilidades a sus estudiantes, docentes y administrativos.

Es el caso, por ejemplo, de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), ganadora del premio Platinum Bicycle Friendly Campus; o de la Universidad Estatal de Colorado (Estados Unidos), que también obtuvo el mismo reconocimiento y dispone de cerca de 15.000 vehículos para la movilización de su comunidad universitaria. 

​Desde el 11 de septiembre de 2012, EAFIT entró en la onda de las bicicletas internas con su propio sistema.

El Tecnológico de Georgia, la Universidad del Norte de Arizona y la Universidad de Oregón, entre otras instituciones de Estados Unidos y el mundo, también se sumaron a esta medida, convirtiéndola no solo en una política estudiantil, sino en un hábito cotidiano y en una oportunidad de mejorar la calidad de vida universitaria. 

Desde el 11 de septiembre de 2012, EAFIT entró en la onda de las bicicletas internas con su propio sistema. El proyecto institucional surgió como parte de la asignatura Diseño de Máquinas I, dictada por Alberto Rodríguez García, decano de la Escuela de Ingeniería, a los estudiantes del pregrado en Ingeniería Mecánica de la Universidad.

La tarea consistía en diseñar y fabricar, en 15 días, un modelo de bicicleta utilizando la máquina dobladora de tubos del Taller de Máquinas y Herramientas. Después de recibir las entregas, el directivo citó al docente Jaime Leonardo Barbosa Pérez, del mismo programa, para compartir los diseños de algunos estudiantes.

​En septiembre de 2012, las 20 bicicletas fueron dispuestas para el uso de los eafitenses en sus seis puntos de acopio: en inmediaciones de la frutera Sol y Melón, en las porterías peatonales de la avenida Las Vegas, el Edificio de Ingeniería, la de la calle 4 Sur, y en el primer piso del Bloque 17.

“Con base en lo que vimos comenzó a surgir la idea de crear un sistema de movilidad interno para la Universidad. Revisamos los modelos, escogimos los mejores y comenzamos un proceso de depuración en compañía de algunos estudiantes del pregrado”, recuerda el docente eafitense.

Durante los primeros meses de 2012 se fabricaron los prototipos iniciales en el mismo Taller de Máquinas y Herramientas. Una muy larga; otra muy corta; una más con problemas de distancia entre los ejes, o en los ángulos de los tubos… Los ensayos y pruebas se sucedieron hasta lograr un modelo idóneo para el uso de los eafitenses.

“Llegamos a un marco definitivo que se ajustaba bastante a las necesidades del campus. Así, fabricamos 10 bicicletas dobladas, soldadas, pintadas y ensambladas completamente en la Universidad, en un proceso que tomó cerca de ocho horas por cada vehículo”, explica Jaime.

Más tarde, a mediados del año, Juan Luis Mejía Arango, rector de la Institución, concedió el aval para la fabricación de otros 10 modelos, así como una serie de parqueaderos portátiles que pudieran ser ubicados en diferentes lugares del campus. Después de algunas conversaciones se ultimaron los detalles de seguridad, normatividad, puntos de parqueo y vías de circulación antes de su inauguración, en septiembre.

Útil, gratis y ecológica

Todos los martes y jueves, Sara Góez Guevara, estudiante de cuarto semestre de Mercadeo, tiene clases en el bloque 17. Su mamá, quien trabaja en la Clínica Las Vegas, la deja en la portería de la calle 4 Sur, donde toma una bicicleta y se dirige hasta su salón de clases.

Y un trayecto que caminando le tomaba cerca de 15 minutos ahora puede realizarlo en menos de cinco, gracias al Sistema de Bicicletas Internas, del que ya se volvió usuaria frecuente.

“Con el paso de los años el campus de la Universidad ha ido creciendo y las distancias se vuelven más largas. Las bicicletas se convierten en una enorme ayuda para ahorrar tiempo y llegar puntual a las clases”, comenta la estudiante, quien además agrega que es una opción ecológica y una oportunidad de realizar actividad física.


Cada 15 días las bicicletas son sometidas a una revisión, así como ajustadas y mejoradas, para que sean usadas en óptimas condiciones. Todo esto con el apoyo del Departamento de Servicios Generales.

Como ella, Juan Simón Barrera Jaramillo también encontró una facilidad para llegar a sus clases de inglés en el bloque 20. En su caso, él toma el vehículo en la misma portería que Sara y se desplaza hasta el bloque 20, casi en el extremo norte del campus. “La uso más de tres veces en la semana. Es fácil de utilizar, gratis y ecológica, pero, sobre todo, es una forma que tiene la Universidad de demostrar que piensa en sus estudiantes, docentes, administrativos y visitantes”, señala Juan Simón.

Ambos eafitenses se desplazan en modelos rojos, dotados con casco y mecanismo de freno de contrapedal, los mismos con los que fue lanzado el sistema en una caravana liderada por el Rector, algunos directivos universitarios y representantes estudiantiles.  Desde aquella fecha, en septiembre de 2012, las 20 bicicletas fueron dispuestas para el uso de los eafitenses en sus seis puntos de acopio: en inmediaciones de la frutera Sol y Melón, en las porterías peatonales de la avenida Las Vegas, el Edificio de Ingeniería, la de la calle 4 Sur, y en el primer piso del Bloque 17.

Igualmente fueron ubicados unos paneles con las respectivas normas para un uso adecuado de este servicio. Según Jaime Barbosa, otro de los puntos clave desde el primer momento fue crear una cultura en torno al sistema.

“El sistema les facilita a los estudiantes y empleados docentes y administrativos sus labores cotidianas, evita el cansancio, acorta tiempos de desplazamiento y es un medio sano, pero también es un servicio con normas, con puntos de acopio y rutas establecidas, con límites de velocidad que no pueden ser excedidos, y unas exigencias de cuidado para garantizar su éxito”, confirma el docente.

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​Un proceso artesanal ciento por ciento eafitense

A los 20 vehículos que integraron inicialmente  el Sistema de Movilidad Interna en Bicicletas (Smib), de EAFIT, se le sumaron otros 10 a comienzos de 2013. La totalidad de estos fue fabricada y ensamblada en los talleres de la Universidad, en un proceso artesanal en el que participan Jaime Barbosa y algunos estudiantes del pregrado en Ingeniería Mecánica.

Cada bicicleta está hecha en tubo calibre 16 de de pulgada y medio de seis metros. Un material que es doblado, previamente, en los Talleres de Máquinas y Herramientas antes de pasar al proceso de soldadura de su respectiva caja de pedales, manubrio y sillín.

“Después de esto es sometida a un proceso de pintura. En el caso de EAFIT se eligió el color rojo por términos de visibilidad y como una manera de darle identidad al Sistema. Igualmente, se le agrega una placa negra con el nombre del Sistema y un número de identificación del uno al 20”, añade Jaime Barbosa.

Finalmente, cada modelo es dotado con radios, rines, llantas y pedales adquiridos de manera comercial, y son dispuestas en los diferentes puntos de acopio para uso de los eafitenses, quienes deben hacer uso de estas en dos rutas establecidas.

En la primera de estas, los usuarios deben descender por la rampa del bloque 19 y movilizarse por detrás de los bloques 14, 15, 16 y 17, es decir, paralelamente a las canchas sintéticas. En el bloque 17 encuentran un giro hacia el Centro de Acondicionamiento Vivo, luego giran nuevamente a la izquierda en dirección a la placa deportiva cubierta hasta el bloque 31 o Centro de Idiomas.

Una vez allí, deben pedalear por la zona de parqueaderos del costado oriental del campus hasta la plazoleta del bloque 38, donde se encuentra el punto de parqueo final. “La otra ruta discurre por detrás de los bloques del costado occidental, en un sendero que comunica, igualmente, al bloque 19 con la plazoleta del bloque 38. Vale la pena recordar que estas vías fueron pensadas para no interferir con la movilidad de los peatones”, destaca el líder de la iniciativa.

Según el docente, el impacto del servicio ha sido positivo y las bicicletas permanecen en circulación constante de lunes a sábado por cerca de 14 horas al día, por diferentes tipos de usuarios que no solo incluyen a los estudiantes y el personal eafitense, sino a visitantes y a extranjeros.

​Jaime Barbosa se encuentra trabajando desde ya en el proyecto personal de construir una serie de triciclos que puedan ser usados por niños o el público en general solo con fines de relajación.

Además, cada 15 días, las bicicletas son sometidas a una revisión, así como ajustadas y mejoradas, para que sean usadas en óptimas condiciones. Todo esto con el apoyo del Departamento de Servicios Generales.

“El siguiente paso es realizar una medición del número de usuarios, la frecuencia o las horas de mayor flujo, para ir mejorando el servicio y conocer las necesidades del eafitense y las personas que ingresan al campus”, amplía el ingeniero mecánico. 

Jaime Barbosa se encuentra trabajando desde ya en el proyecto personal de construir una serie de triciclos que puedan ser usados por niños o el público en general solo con fines de relajación.

Última modificación: 27/02/2017 17:41