Margarita Isaza Velásquez
Colaboradora
Juan Carlos Luján Sáenz
Coordinador del Área de Información y Prensa EAFIT
Dicen que dos cabezas piensan mejor que una. Puede ser cierto, pero, ¿qué sucede cuando más de 270.000 cabezas se concentran en resolver un único problema?
La respuesta es más que obvia: lo solucionan. Sí, lo hacen y a veces hasta se exceden en las propuestas de cambio, que no funcionan de forma tradicional, sino que incluyen un elemento motivador: la innovación, ese concepto que, aunque se ha puesto de moda en grandes empresas y centros académicos, no está vacío de significado.
Y más allá de simplemente modificar cualquier cosa para mejorarla, o de introducir una técnica para efectivizar un producto, la innovación implica creatividad, búsqueda de conocimiento, paciencia para sortear obstáculos, y, lo que es muy importante, capacidad de comprender las necesidades para interpretarlas en un sentido útil y práctico.
Innocentive, que se creó en 2001, no vende objetos ni ofrece servicios básicos a sus clientes. Su idea de negocio, hoy con resultados millonarios y clientes por doquier, se basó en concentrar cabezas pensantes -compañías, científicos independientes, ciudadanos de a pie- para innovar, o sea, en crear una plataforma estilo “concurso” que promueve la resolución de los problemas cotidianos y de largo plazo que afectan a cualquier empresa. El asunto no es sencillo, pues busca encontrar respuestas a preguntas que quizás aún no existen.
Y he ahí su importancia: este modelo de innovación abierta (sin fronteras, sin vínculo laboral directo y disponible en un mundo colaborativo) ofrece beneficios en tres niveles que benefician a Colombia: universidad, empresa y Estado.
Frente al primero, porque incentiva a los estudiantes e instituciones de educación superior a aportar y participar del desarrollo tecnológico; frente al segundo, porque ayuda a solucionar situaciones que afectan la productividad de las compañías; y frente al tercero, porque se trata de un sistema de innovación inserto en el sistema económico, que provee avances en el libre mercado, en la línea de posibilidades de producción y en el progreso general de cada país.
Acerca de estos temas se refirió David Sample, vicepresidente ejecutivo de ventas y marketing de Innocentive, quien visitó a Medellín en septiembre de 2012 con el fin de participar en la octava Rueda de Negocios de Innovación Tecnológica Tecnnova, donde se citan representantes de empresas de todo tipo para crear alianzas estratégicas y avanzar en temas de tecnología con los grupos de investigación de diversas universidades de la región y del país.
Sus respuestas ofrecen un panorama de qué sucede con la innovación, y hacia dónde se dirigen los esfuerzos privados y públicos, tanto en Colombia como en el mundo.
¿Cómo trabaja Innocentive y de qué manera esto se relaciona con la innovación abierta?
Ayudamos a compañías a resolver problemas con innovación más rápidamente. Entendemos el problema, lo convertimos en desafío, y lo posteamos en internet en una convocatoria que incluye premio, para que pueda ser resuelto por cualquier persona inscrita en Innocentive.
Lo que hace la compañía es que ayuda a resolver inconvenientes de las empresas, con una convocatoria hecha a solvers, solucionadores, personas que están capacitadas para aportar ideas y resolver ese tipo de problemas. Cuando la empresa nos cuenta su problema lo hace en un formato en el que especifica sus necesidades. De ahí, nosotros elaboramos un desafío por escrito, en el que hay confidencialidad para las empresas, y lo publicamos en la página en forma de post, para que los solucionadores registrados en Innocentive hagan su trabajo y planteen respuestas útiles e innovadoras.
"Ayudamos a compañías a resolver problemas con innovación más rápidamente. Entendemos el problema, lo convertimos en desafío, y lo posteamos en internet en una convocatoria que incluye premio, para que pueda ser resuelto por cualquier persona inscrita en Innocentive": David Sample.
Cada desafío se deja posteado en la página durante unos 60 días, dependiendo de las soluciones que lleguen, y luego evaluamos las respuestas e inquietudes de los solucionadores. Promovemos el desafío haciendo que ellos compitan por premios económicos, según la dificultad de lo que se solicita: la recompensa por tarea resuelta puede ser de 1.000, 10.000, 30.000 e, incluso, 1.000.000 de dólares. Luego, cuando el problema se considera solucionado, contactamos a la compañía que planteó el reto y elaboramos los documentos formales para los derechos de propiedad intelectual. Todo esto es innovación abierta.
Los problemas que solucionamos en comunidad varían en su naturaleza. En algunos casos es una idea que se necesita; en otros, se trata de teorías que requieren fundamentación, y en unos más, se busca solucionar un asunto práctico relacionado con un producto.
Los solucionadores registrados en Innocentive están en todo el mundo, en cualquier parte. Hay alrededor de 270.000 pendientes de los desafíos que posteamos, no solo porque quieren ganarse un premio económico, sino porque sienten que tienen un reto y que están en capacidad de vencerlo. Tenemos unos 100 clientes, que son empresas en búsqueda constante de soluciones.
Según su experiencia y lo que ha observado en ruedas de negocios como Tecnnova, ¿cuál es el estado de la innovación en Colombia?
Desde el punto de vista comercial y académico, la gente en Colombia está muy enfocada en la innovación. Estuve reunido en Tecnnova con grandes compañías que buscan entrar en el proceso de la innovación, más específicamente en la innovación abierta, que es lo que explicamos al plantear un desafío de la empresa para que cualquiera pueda aportar a una solución. Y hemos visto a estudiantes y docentes universitarios muy interesados en capacitarse para resolver desafíos.
"Las compañías en Colombia están tratando de innovar para tener más dinero y llegar a tecnologías de punta": David Sample.
Estos sectores ya superaron la inquietud por la innovación. Ahora, más allá de eso, las compañías en Colombia están tratando de innovar para tener más dinero y llegar a tecnologías de punta. Así mismo, en todo el mundo, está la tendencia de innovar con el propósito de ser más responsables con el medio ambiente. No podemos olvidar que, desde rediseñar un empaque de un producto hasta descubrir nuevas moléculas, todo aquello es innovación.
Por otra parte, vemos que en la medida que Colombia está avanzando en el fortalecimiento de la economía, se desarrolla en el país un sistema de innovación articulado al mercado, a la tecnología de punta y, por supuesto, a la misma economía.
Hace siete años trabajaba para Blackboard (creadora de soluciones en educación) y estuve presente cuando el Sena desarrolló con esa empresa una plataforma educativa en línea para el desarrollo técnico y tecnológico, con la que, desde entonces, se han formado técnicos y tecnólogos capaces de trabajar de forma más adecuada en laboratorios y compañías, por lo que este es un momento preciso para lograr desarrollo e innovación.
Hoy en día las empresas buscan este tipo de personal y quieren lograr una mayor independencia, lo que crea un panorama de mayor inversión y de mayor madurez en la economía del país.
Pensando en escenarios de innovación abierta y en modelos de trabajo como el que plantea Innocentive, ¿de qué manera se puede beneficiar Colombia? ¿Qué provecho podemos obtener en ese panorama?
En el pasado trabajamos con compañías como Corona y las casas matrices de empresas internacionales. Ellos eran quienes nos buscaban. Ahora estamos trabajando en ruedas como Tecnnova, porque queremos ampliar esa forma de trabajo: no solo que sean las empresas las que nos busquen para solucionar problemas, sino que nosotros podamos tener un acercamiento mayor a toda clase de empresas para ofrecerles soluciones innovadoras a problemas que tengan, o desarrollos que ellos no han tenido en cuenta y que, sin duda, pueden beneficiar su productividad.
Para Innocentive es fructífero trabajar en ruedas de negocios y, más que nada, con las universidades, porque así podemos acceder y entrenar a más personas con el fin de que estén en capacidad de solucionar toda clase de problemas, siempre con enfoque de innovación, pues estamos seguros que de ese modo la sociedad puede avanzar.
Dentro de la innovación llama la atención el concepto de lo radical e incremental. ¿A qué se refiere ese asunto?
La innovación radical e incremental cubre todo el espectro, desde mejoras de asuntos básicos, hasta tecnologías muy avanzadas. El proceso implica superar innovaciones anteriores, de modo que cada vez haya mayores retos y, por qué no, mayores recompensas. En Innocentive, en 2007, un solucionador recibió 1.000.000 de dólares como premio por haber desarrollado un marcador biológico que ayudaba a mitigar efectos negativos en personas que padecían cierto tipo de esclerosis. No fue, pues, una innovación menor, sino que acogía otras innovaciones para aumentar su resultado y cubrimiento de un problema específico.
Innocentive tiene clientes y solucionadores en todo el mundo. Así, desde su mirada, ¿cuál es la dirección que la innovación hoy en un contexto global?
Es una gran pregunta. Cada país hace lo que puede para innovar. Como en las plataformas de e-learning, donde puedes tomar una clase en Colombia y estar en Nueva York, la innovación se está haciendo colaborativa. Hay expertos en todas partes y cualquiera puede hacer parte de la innovación de otro lugar, sin salir de su casa. Ahora las soluciones son más rápidas y más completas; no importa quién resuelve el problema ni dónde está, sino que de hecho lo resuelva.
En el libro La tierra es plana, de Thomas Friedman, se menciona que hay distintas formas en que la globalización se ha dado en el mundo. Antes, cuando una compañía quería hacer algo, debía trasladar la planta a otro país y contratar mano de obra en ese otro lugar, pero, con la formación de e-learning, eso ha cambiado, porque las personas ya no tienen necesidad de desplazarse, y en cambio sí pueden tener acceso a toda la tecnología de punta.
En este asunto, llevándolo al tema de la innovación abierta, las compañías pagan por el resultado, no por el personal que hace su trabajo, aun sin poder resolver el problema, porque hay plataformas de información que permiten acceder al conocimiento crítico que permite solucionar y desarrollar sus servicios. Este modelo de pagar únicamente cuando la necesidad está resuelta está tomando cada vez más fuerza y creo que es el que se impondrá en los próximos años.
Finalmente, ¿qué recomendación le haría a una universidad para la promoción de la innovación entre la comunidad académica y estudiantil?
Recomiendo a las universidades que promuevan a los estudiantes para que se reten y acepten desafíos. Esa es la nueva forma de trabajar: la innovación se da por pequeñas piezas, no por problemas generales.
"Las compañías pagan por el resultado, no por el personal que hace su trabajo -aun sin poder resolver el problema- porque hay plataformas de información que permiten acceder al conocimiento crítico que permite solucionar y desarrollar sus servicios".
Lo primero que sugiero es que introduzcan retos de solucionar tareas entre los estudiantes para que ellos reten sus mentes. Una idea es que las universidades visiten la plataforma de Innocentive, imiten el modelo, e inviten a los estudiantes a participar de los desafíos. Una buena forma de aprender de la innovación es recibir la retroalimentación de las soluciones propuestas.
Sería bueno incluir en el currículo ese modelo, pero no solamente relacionado con el área específica de estudio, sino haciéndolo más abierto, de manera que los estudiantes puedan aprender de otras disciplinas para decodificar la información de cada problema y saber cómo solucionar un asunto o plantearle respuestas desde cualquier campo de conocimiento.
Lo que hace Innocentive es que descontextualiza el problema: un desafío de química no lo van a resolver químicos, porque las empresas tienen a sus profesionales para eso; lo van a resolver personas interesadas en otras áreas que pueden encontrar aristas innovadoras para la resolución de ese problema. Se trata, entonces, de soluciones mucho más creativas que aquellas que se lograrían si solo se atacara un problema desde un único frente.
Por otra parte, es necesario tener en cuenta que los estudiantes de este milenio están acostumbrados a recibir la retroalimentación por su labor, de forma automática, y prefieren, en vez de abordar grandes desafíos, tomar tareas pequeñas dentro de ese gran espectro que es cada problema, e ir recibiendo la retroalimentación a medida de su trabajo. Esta lógica ha sido incorporada a Innocentive y a los programas de educación, porque cuando se trabaja la innovación basada en desafíos, se descontextualiza el problema y pueden acceder muchas miradas para solucionarlo.