Paula Andrea Colorado Chávez
Colaboradora
Hace 53 años, en la Medellín industrial de la década del 60, nació la primera institución de educación superior en Antioquia que le apostó a la formación en administración y finanzas como apoyo a la empresa y al desarrollo de la región. Desde entonces, EAFIT ha ido a la par con la innovación en diferentes frentes del saber para explorar, conocer, investigar, producir conocimiento y, en un último tiempo, devolvérselo a la sociedad a través de iniciativas que se trabajan con las organizaciones y el Estado.
Y en esa dinámica de cambio, la Universidad, en este 2013, le entregó a Medellín, Antioquia y Colombia un nuevo campo en el que es posible la formación alrededor de los recursos naturales. Fue así como este año se abrieron las puertas a las ciencias de la vida con dos programas que asentaron sus raíces en el campus.
Se trata del pregrado en Biología, adscrito a la Escuela de Ciencias y Humanidades; y al doctorado en Ciencias de la Tierra, perteneciente al Departamento de Geología, de la Escuela de Ingeniería.
“Biología es una ciencia integral que necesita de otras como la química, la física, la matemática y las ciencias básicas para poder entender fenómenos biológicos. Pero, también, permite que otras ciencias interactúen entre estas”
Para Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, en la discusión del Plan Estratégico de Desarrollo 2012-2018, se tuvo que decidir entre crear nuevas carreras a partir de las fortalezas de la Institución, o apostarle a ciencias decisivas para el desarrollo.
“Una universidad del siglo XXI debe tener incorporadas las ciencias de la vida, más aún en nuestro caso, que estamos ubicados en un trópico y con los pisos térmicos que generan la gran biodiversidad en la que estamos”, resaltó el directivo al explicar por qué se decidió por la segunda opción. Pero además de darle un nuevo aire a la Universidad, ambos programas le apuntan al trabajo interdisciplinario.
“Valoramos el esfuerzo de otras instituciones, pero sentimos que hay un campo muy amplio donde podemos entrar a apoyarlos y a especializarnos. Si este país aboga por un desarrollo sostenible y sustentable tendrá que contar con cientos de biólogos que acompañen este proceso”, resaltó.
Tanto el pregrado en Biología como el doctorado en Ciencias de la Tierra recibieron el registro calificado por parte del Ministerio de Educación Nacional (MEN) a finales del año pasado, a partir de las Resoluciones 11070, del 11 de septiembre de 2012; y 17062 del 27 de diciembre de 2012, respectivamente.
Explorar, conocer, investigar
La expectativa al iniciar la carrera de Biología en el primer semestre de 2013 era matricular a 10 estudiantes, pero el nuevo pregrado atrajo a 23 jóvenes interesados por la preservación de los recursos naturales y su aprovechamiento sostenible, la interpretación de fenómenos biológicos a partir de las nuevas tecnologías, y la innovación como base en biotecnología.
Entre los que se arriesgaron a asumir este reto están Mateo Giraldo Zapata, que lleva la biología por tradición familiar; y otros como Érika Corrales Cabra, que, simplemente, se dejó llevar por estudiar lo que la apasionaba. Mateo tiene claro que lo que le gusta es interactuar con la naturaleza y cree que con la Biología, además de eso, puede ayudar al mundo, por lo que buscó una institución con un programa integral.
“La carrera abarca muchas cosas. Es muy completa. Eso va a ayudar mucho para cuando salgamos de la Universidad”, agregó el estudiante de segundo semestre. Érika, por su parte, se ve en un futuro trabajando con microorganismos y, por qué no, tratando temas de descontaminación del suelo e incluso de ríos como el Medellín.
Por eso para cumplir con expectativas como las de estos dos estudiantes se idearon las líneas de énfasis en conservación y desarrollo sostenible, biotecnología molecular, biología computacional y bioinnovación.
Según Gabriel Jaime Arango Velásquez, director de Docencia de EAFIT, el enfoque que se le dio a la carrera es una salida innovadora y ejemplarizante, y destacó el énfasis como el de biotecnología molecular.
“En las moléculas de tipo natural o artificial que se puedan crear es donde está hoy cifrada la esperanza para la producción de medicamentos que permitan resolver los problemas de salud que aquejan al mundo. Pero, también, es donde está la posibilidad en la construcción de nuevos materiales y realidades físicas que se puedan hacer de tipo molecular”, dijo.
Sin embargo, la oferta académica para los matriculados trae consigo grandes retos en cuanto a personal docente y demás apoyos al conocimiento.
Diego Fernando Villanueva, jefe del pregrado en Biología, reconoció que desde el principio de la iniciativa sabían que el desafío no sería fácil, y más si se tiene en cuenta la trayectoria de la Universidad en temas muy distintos al de la Biología, por lo que se convocó un grupo de docentes de diferentes carreras para la elaboración de un programa completo.
“Biología es una ciencia integral que necesita de otras como la química, la física, la matemática y las ciencias básicas para poder entender fenómenos biológicos. Pero, también, permite que otras ciencias interactúen entre estas”, explicó.
Además, como afirmó el director de Docencia, con la apertura del programa se asumió el compromiso de traer personal de calidad como doctores e investigadores expertos en Biología y también la construcción de redes de apoyo con universidades fuertes en el mundo.
Incluso, ya se cuenta con el primer convenio de cooperación científico y tecnológico con la Corporación para Investigaciones Biológicas (CIB). Este no solo permitirá el uso de laboratorios, infraestructura y equipos, sino que también contribuirá con profesionales expertos.
“La CIB es un centro de investigación privado, con más de 40 años al servicio de la sociedad. La idea es que esta sinergia se dé no solo con Biología, sino con otros programas de la Universidad como Ingeniería de Procesos, Ingeniería Física, Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Matemática y Geología. Además, queremos continuar por este camino de la cooperación y pensamos, para más adelante, establecer alianzas con otros centros internacionales”, explicó el jefe de este pregrado.
Por su parte, el rector Juan Luis Mejía anunció que la idea es ofrecer también campamentos o estaciones de investigaciones, para que profesores de otras latitudes vengan a hacer sus investigaciones en este país tan biodiverso.
Geología ya tiene doctorado
Cambios paleoclimáticos y oceanográficos, estudios de geomorfología costera, evolución de costas, problemas de erosión, exploración de hidrocarburos, vulcanología, medio ambiente y termocronología son los temas en que se centrará el nuevo doctorado en Ciencias de la Tierra del Departamento de Geología (Escuela de Ingeniería).
Este programa se perfila como la continuación de un trabajo de más de 30 años que inició con el pregrado y la maestría. “La carrera nació en 1983. En 1996 inició la especialización y, en 1999, tuvo lugar la maestría en Ciencias de la Tierra. Por esto, ha sido un proceso de maduración, tanto de la Universidad como de la escuela y sus docentes, quienes como equipo han procurado mayor cualificación, fortalecimiento de grupos de investigación, concreción de proyectos de cooperación, mejoras en infraestructura, entre otros”, anotó Geovany Bedoya Sanmiguel, jefe del Departamento de Geología.
Alberto Rodríguez García, decano de la Escuela de Ingeniería, exaltó que el doctorado en Ciencias de la Tierra es la respuesta a una aspiración para una formación de mayor orden y al deseo de que EAFIT sea una universidad de docencia con investigación.
Y según Félix Londoño González, director de Investigación de EAFIT, la Institución tiene una buena capacidad investigativa, pero necesitaba darle continuidad a sus proyectos, pues se quedaba limitado en conocimientos de pregrado y maestría.
“Con el doctorado se abren otros frentes, como la posibilidad de establecer relaciones con otras instituciones y la importancia de formar recurso humano de primer nivel para la región”, resaltó.
El doctorado en Ciencias de la Tierra es el cuarto programa de este tipo que se abre en EAFIT. Se trata del segundo de la Escuela de Ingeniería. Los otros doctorados son en Administración, Ingeniería y Humanidades.
Además, se trata del cuarto doctorado de EAFIT. En este sentido, con el nuevo programa se esperan desarrollar proyectos investigativos de alto nivel, que generen nuevo conocimiento.
“Son seis semestres en los que, más que hablar de cohortes, se habla de proyectos de investigación, de un proceso en el que ya se han definido asuntos técnicos, financieros, de perfil del estudiante y del problema que se desea resolver”, aseguró el jefe del Departamento de Geología.
Durante el programa académico, los estudiantes tendrán, además de materias comunes, que presentar una propuesta investigativa de la que deben realizar su tesis doctoral. Finalmente, deberán desarrollar un segundo proyecto que sirva al Departamento de Geología para desarrollar en el futuro.
Con ambos programas, las ciencias de la vida ya recorren los pasillos y las aulas de EAFIT, tanto con el pregrado en Biología como con el doctorado en Biología, dos maneras diferentes de entender la ciencia y de entregarle al país mejores posibilidades para estudiar su biodiversidad.