Algunos ránquines se encargan de medir la reputación de las instituciones y su presencia en los círculos académicos; otros se concentran en el número de docentes con doctorado, en los logros científicos y en las publicaciones; hay un grupo que evalúa los convenios y relaciones internacionales; e incluso los hay que se dedican a comparar las instalaciones físicas y los espacios de aprendizaje.
Lo cierto es que, durante los últimos años, los ránquines universitarios se han convertido en un importante instrumento para conocer la calidad de las instituciones de educación superior alrededor del mundo.
La clasificación de Universidad del mundo, de la Universidad Jiao Tong, de Shanghái, es uno de los listados educativos más importantes en el ámbito global y su metodología ordena a las instituciones con base en criterios que incluyen, entre otros factores, el número de galardonados con el Premio Nobel o la Medalla Fields.
Harvard, Standford, Berkeley, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), Cambridge, Oxford, Yale y Princeton, entre otras, son algunos de los nombres que aparecen en los primeros lugares de esta y otras clasificaciones similares, donde también han comenzado a ganar importancia universidades brasileñas, mexicanas, argentinas, chilenas y colombianas.
Según Alberto Jaramillo Jaramillo, director de Planeación de EAFIT, los ránquines son un subproducto de la labor de una institución, es decir, resultados de acciones concretas enfocadas a mejorar la calidad que se reflejan en estas clasificaciones.
“Lo importante es dejar en claro que las universidades no trabajan para aparecer en un ranquin, sino que esto es un producto de acciones educativas bien ejecutadas”, comenta el directivo.
Una opinión que apoya Gabriel Jaime Arango Velásquez, director de Docencia de la Universidad y quien sostiene que estas figuraciones dan cuenta de las condiciones en las que se encuentra la entidad, los aspectos que están en proceso de mejoramiento, y los retos hacia los que apunta en términos de docencia, construcción de comunidades investigativas y proyección.
Según el directivo, estas clasificaciones se realizan, en muchos de los casos, con base en la información que piden las mismas instituciones que los elaboran. Otras veces capturan información indirectamente a través de empresas, entidades gubernamentales, encuestas a egresados o entidades financieras.
Otra de las metodologías evaluativas son las noticias que genera la Institución en los medios de comunicación, o los aspectos legales, de registros y certificaciones expedidas por los estamentos encargados de emitirlos, en el caso de Colombia, por el Ministerio de Educación Nacional.
De igual manera, Gabriel Jaime afirma que se convierten en mecanismos no solo para confrontar métodos y estrategias, sino para reconocer diferencias y emular prácticas de instituciones con mayor recorrido y mejores ubicaciones.
“Lo importante es dejar en claro que las universidades no trabajan para aparecer en un ranquin, sino que esto es un producto de acciones educativas bien ejecutadas”, comenta Alberto Jaramillo, director de Planeación de EAFIT.
“Esto es muy necesario ya que, en el caso colombiano, se necesitan de acciones de cooperación entre instituciones de educación superior para que de esta manera no hayan progresos individuales, sino un crecimiento de toda la academia nacional en general”, reafirma.
La investigación pasa al tablero
Aspectos como el número de publicaciones científicas editoriales y en revistas indexadas, las citaciones por parte de otros investigadores, la cantidad de docentes con título de doctorado, y los profesores visitantes, por ejemplo, son decisivos en el terreno de la investigación.
Mientras que la pertinencia de los programas de formación y su impacto en la sociedad, los avales de calidad por parte del Gobierno Nacional, los convenios de movilidad y doble titulación, e incluso los aspectos físicos, de mobiliario, conectividad dotación y acceso a la información, entre muchos otros, influyen en esta figuración desde la perspectiva académica.
“En este tipo de mediciones y, en especial en las latinoamericanas, las universidades brasileñas, chilenas y mexicanas ocupan los primeros lugares. EAFIT, por su parte, viene desarrollando un proceso de fortalecimiento constante, y cuenta con una masa crítica de estudiantes y docentes cada vez más consolidada. Eso contribuirá seguramente a lograr mejores posiciones en el futuro”, expresa Gabriel Jaime.
En Colombia, el ranquin U-Sapiens, por ejemplo, enfoca su gestión en la clasificación de las universidades de acuerdo con sus niveles de investigación.
“Esta clasificación evalúa varios elementos, como el posicionamiento de las revistas académicas, el número de maestrías y doctorados, y el trabajo de los grupos de investigación”, explica Félix Londoño González, director de Investigación de EAFIT.
Pero según el directivo, este es solo uno de los casos en el que las clasificaciones de este tipo permiten realizar un cuadro comparativo de desempeño al tomar como referencia elementos académicos e investigativos e, incluso, niveles de empleabilidad, salarios de egresados, y logros o resultados.
Los ránquines se han hecho muy populares en los últimos años debido a las mediciones exhaustivas que realizan, y a que sus variables les permiten a las personas conocer de cerca los niveles de calidad a la hora de realizar una elección educativa.
De esta manera, la cantidad de docentes de tiempo completo y de cátedra por número de estudiantes; los profesores con título de doctorado; la construcción de los planes de estudio; las técnicas de enseñanza y los modelos de evaluación; y hasta la infraestructura y espacios de aprendizaje influyen directamente en el posicionamiento dentro de un ranquin.
“Esto genera confianza y autoestima, y les permite a las Universidad continuar realizando una labor activa y efectiva, al mismo tiempo que genera nuevos retos y desafíos para el mejoramiento continuo”, destaca el director de Investigación.
Aspectos como el número de publicaciones científicas editoriales
y en revistas indexadas, las citaciones por parte de otros
investigadores, la cantidad de docentes con título de doctorado,
y los profesores visitantes, por ejemplo, son decisivos en el terreno
de la investigación.
La docencia como protagonista
Sobre la docencia se descarga gran parte de la responsabilidad y el peso de la oferta educativa de una universidad. Es en esa relación entre profesor y estudiante que se generan las condiciones de enseñanza, aprendizaje e investigación que luego se ven reflejadas en los ránquines universitarios.
En esta afirmación se base el director de Docencia para argumentar la importancia e influencia que tiene el campo de la docencia para hacer parte de estos selectos listados.
Según el director, la formación de los docentes es uno de los aspectos más relevantes y tenidos en cuenta. La capacitación constante de una planta profesoral repercute directamente en el incremento de conocimientos e investigaciones.
Se trata de una apuesta que, además, repercute en la diversificación de programas y saberes, en el aumento de publicaciones, en la movilidad, en la firma de alianzas y convenios de doble titulación, en la visita de docentes internacionales, y en la participación en eventos y congresos académicos que generan visibilidad y proyección.
Es una iniciativa que apoya el incremento de las investigaciones, las publicaciones, la movilidad, la firma de alianzas y convenios de doble titulación, y la visita de profesores extranjeros, además de incentivar la participación en eventos y congresos académicos en diferentes partes del mundo.
Gabriel Jaime sostiene que muchas instituciones, incluida EAFIT, centran sus esfuerzos en estas preocupaciones para garantizarles a sus comunidad académicas las plataformas, los espacios, la infraestructura y la tecnología necesarios para sus procesos de enseñanza y aprendizaje, lo que genera resultados muy positivos en las clasificaciones.
El eafitense sostiene que la aparición en los ránquines naciones e internacionales también causa efectos positivos en el personal administrativo, pues no solo les aporta valor social, reconcomiendo y credibilidad a sus empleados, sino que los incentiva a seguir trabajando con dedicación, constancia y compromiso por la consecución de los objetivos planteados.