Mauricio López
Colaborador
La carretera comienza a treparse en
la montaña. El aire cambia, al igual
que el paisaje. El concreto y el tronar
de los carros se intercambia por un olor a
madrugada. A ambos lados del camino se
ven casas con balcones repletos de flores;
campesinos de machete al cinto cargando
al hombro costales
con café recién cosechado,
de ese que
crece en las laderas
del Pico Manzanillo,
en medio de largas
hileras de naranjos y limoneros, y custodiado
por enjambres de petirrojos y colibríes,
pájaros curiosos y juguetones como los ni-
ños que se educan en las aulas de la Institución
Educativa María Josefa Escobar, una
de las más antiguas del municipio de Itagüí,
y que se encuentra en la vereda El Pedregal.
Y allí transcurre la vida de Willinton Restrepo Restrepo, un joven de 16 años cuyos
sueños nada tienen que ver con un balón de
fútbol. No, Willinton quiere ser ebanista, y de
los mejores, al igual que su padre; o policía,
para luchar por la justicia, como los superhé-
roes que ha visto en la ‘tele’ o en el cine. “Me
gusta el olor de la madera y me gusta la forma
en que mi papá, Giovanny Restrepo, hace
todo tipo de muebles decorativos. Es un experto,
un artista de la madera”, afirma el joven
estudiante de noveno grado.
Atado a esas ilusiones está el amor que tiene
por la trova y el repentismo. Willinton es
un experto para inventarse versos, ya sea rapeando
o trovando. De esa forma, además, le
ha encontrado el gusto a la lectura, actividad
en la que todavía no moja sus rodillas pero,
como él mismo dice, por algo se empieza.
A Willinton, uno de los mejores estudian tes del María Josefa Escobar, lo conocen en el
mundo de la trova como El Atrevido, apodo
que le sienta bien, incluso como estudiante y
aprendiz de ebanista, pues el joven no se resis
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te a la innovación y siempre está pensando en
ideas nuevas, en cómo mejorar su entorno y el
de su comunidad.
Comenzó en la trova hace tres años, al
lado del famoso Recatón, uno de los más
tradicionales trovadores de Itagüí. Después
hizo parte de un semillero en la Casa de la
Cultura de su municipio. Este año participó
del Festival Juvenil de la Trova de Medellín,
evento en el que fue eliminado en la primera
ronda. “Era mi primera vez y creo que lo hice
bien. No me siento mal por el resultado. De
todo se aprende”, destaca.
Así, como Willinton, hay decenas de jóve
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nes en Itagüí, vivaces, activos, con ganas de
aprender. La mayoría son beneficiarios del
Plan Digital Teso, proyecto del municipio de
Itagüí y EAFIT, que pretende convertir las tec
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nologías de la información y la comunicación
(TIC) en herramientas fundamentales para la
enseñanza y el aprendizaje.
El Plan arrancó en 2012, cuando 38 ins
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tituciones educativas de Itagüí recibieron
11.000 computadores que, hasta acá, han
beneficiado a más de 36.000 estudiantes de primaria y secundaria. Con los equipos
aprenden no solo a digitar o a buscar información,
sino a diseñar, a plantear ideas a
partir de los soportes tecnológicos.
Una de esas iniciativas, en las que confluyeron
el afán por el aprendizaje y el deseo de
entretenimiento, fue el semillero de investigación
en Transmedia, a través del que, para
incentivar el amor por la lectura entre los estudiantes,
se diseñó un recurso pedagógico
que consistía en tomar una obra clásica, en
este caso La Odisea, de Homero, y transformarla
en trova, intercalando, de esa forma,
el respeto por una obra que es patrimonio
universal y una tradición muy propia del territorio
antioqueño como la trova paisa.
Un grupo de estudiantes, entre quienes se
encontraba Willinton, se responsabilizaron
del proyecto, acompañados por profesores
de la I.E. María Josefa Escobar y de EAFIT.
Crearon, entonces, un video con animaciones,
en el que Willinton relata La Odisea a
ritmo de trova. “Yo tengo que ser sincero. Yo
nunca he sido bueno para la lectura. Todo
libro lo dejo empezado. Pero gracias al proyecto
de Transmedia le he encontrado gusto
a los libros. No me he leído La Odisea completa,
pero lo estoy haciendo”, cuenta Willinton,
quien destaca, además, el aporte de los
profesores en el Plan Digital Teso.
“Sin la ayuda de ellos esto no funcionaría.
En las aulas todos aportamos, todos metemos
la cucharada, y los profesores nos dejan
aprender sin limitarnos. Simplemente nos
acompañan en el aprendizaje”, expresa el joven
habitante de la vereda El Pedregal.
Y es que en el Plan Teso, además, se ha realizado
la formación de 105 directivos y 1141
profesores de 24 instituciones educativas del
municipio de Itagüí.
“Para cambiar la
educación, para mejorar
los paradigmas,
los modelos pedagógicos,
también es
importante que los profesores y directivos
de las instituciones nos reinventemos, nos
reeduquemos en ambientes de integralidad”,
dice Guillermo Velásquez, profesor de Lenguaje
y Filosofía en la Institución Educativa
María Josefa Escobar.
El proyecto Transmedia del año pasado fue un piloto en el que intervinieron más de 200
personas entre estudiantes y profesores. Participó,
por ejemplo, un docente del pregrado
de Materiales, del curso diseño de la comunicación,
de la Universidad Pontificia Bolivariana,
además de 30 estudiantes. Participaron,
también, docentes y alumnos de los programas
de diseño, radio, televisión y diagramación de
Comunicación Social de EAFIT, así como 30
estudiantes de las instituciones educativas María
Josefa Escobar y Pedro Estrada, de Itagüí.
Todo funcionó tan bien, que ahora el semillero
es líder dentro del Plan Digital Teso,
y en octubre de este año tuvo una segunda parte mucho más ambiciosa.
“Programamos un campamento para los
240 niños que hacen parte del proyecto los
días 17 y 18 de octubre, en el campus eafitense.
Allí se presentó el trabajo de todos los
estudiantes y se tocaron temas de paz y reconciliación.
Fue trasladar toda nuestra historia,
desde 1948, cuando ocurrió el magnicidio
de Jorge Eliécer Gaitán, a las problemáticas
diarias de los niños y jóvenes, incluyendo el
matoneo. Fue contar, por ejemplo, el hecho
de que a una niña le
roban y le dañan una
muñeca, y de cómo
eso se compara con
una mamá a la que le
matan su hijo. Quisimos
que los niños nos contaran cómo se
hace la paz, cómo se soluciona un conflicto,
y cómo sería Villa Colombia estando en paz”, cuenta el profesor Diego Fernando Montoya
Bermúdez, quien hace parte del semillero en
Transmedia y es docente del pregrado en Comunicación
Social de EAFIT.
El Plan Digital Teso no solo transformó
la vida de Willinton Restrepo. También está
transformando a Itagüí, pues una de las matrices
filosóficas del proyecto es que el aula
de clases va más allá del colegio. Del aula
de clase también hacen parte los padres de
familia y la comunidad en general.
“Buscamos que, para 2023, la comunidad
educativa del municipio de Itagüí se apropie
de una cultura de aprendizaje e innovación
con el uso de las tecnologías de la información
y las comunicaciones (TIC) y, de esta
forma, hacer posible la transformación de
los ambientes educativos, y la creación de
sueños y oportunidades de desarrollo a lo
largo de la vida. Esta es la visión del Plan Digital
Teso”, afirma Claudia María Zea Restrepo,
directora del Plan Digital Teso.
“En mi familia todos quieren leer La Odisea.
Después de que vieron el video en YouTube,
ahora mi mamá, mi papá y mis hermanos,
preguntan de qué se trata la historia y la
quieren leer”, expresa Willinton, quien, además,
está pensando, en el futuro, proponer un
transmedia que tenga que ver con la ebanistería,
para mostrarle a todo el mundo el arte con
el que su padre le ha permitido estudiar.
“Si no fuera por mis padres, que siempre
han insistido en que estudie, tal vez estaría
trabajando o parado en una esquina esperando
quién sabe qué cosa”, dice el joven
itagüiseño, un ejemplo vivo de esa nueva
generación de aprendices-docentes, pues en
un aula de clase no solo enseña el profesor, y
tampoco el computador es la única tecnología
de la que se aprende.