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El Eafitense / Edición 108 EAFIT, 55 años en la construcción y transformación de humanidad El Eafitense – Edición 108

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EAFIT, 55 años en la construcción y transformación de humanidad

​​​​El aniversario número 55 de la Institución encuentra a una universidad que confirma el poder transformador de la educación, no solo en los estudiantes sino en la sociedad. Un programa de becas que realiza un acompañamiento integral al alumno y su familia, la humanización de los procesos de enseñanza y aprendizaje, y el conocimiento puesto al servicio de la comunidad hacen parte del panorama con el que se llega a esta celebración.​


​Cerca de 1600 becas de pregrado y 230 de posgrado ha entregado EAFIT en 2015, cuando cumple 55 años de vida institucional. La imagen corresponde a la graduación del programa de Becas con Aportes de Empleados en noviembre de 2014​

​La tarea de formar desde las instituciones de educación superior nunca estará concluida. Al contrario, se hace necesario empezar esta labor con cada generación que ingresa año tras año.​

​Después de más de medio siglo de trayectoria institucional dedicada a la formación de profesionales íntegros y de compromiso con Colombia, estos 55 años encuentran a EAFIT como una universidad que inspira en sus procesos de aprendizaje, que crea y transmite conocimiento y que, sobre todo, está convencida del poder transformador de la educación.

Así lo confirma su programa de becas que, gracias a un presupuesto de 6.600 millones de pesos anuales y la participación de más de 20 instituciones aliadas, entre públicas y privadas, permite que un 16 por ciento de alumnos tenga la oportunidad de ingresar a la educación superior​.

O el acompañamiento que realiza desde el Centro para la Innovación, Consultoría y Empresarismo (Cice) a 286 emprendedores; el apoyo a 602 ideas de negocio; y el fortalecimiento de 28 spin off que, con un portafolio de más de 66 productos, se convierten en testimonio de transferencia de conocimiento ​​​con innovación, de cara a las necesidades reales de la sociedad.

Y las cifras que hablan de transformación continúan a través de los proyectos liderados por EAFIT Social y que permitieron que 171 mujeres de la ciudad se graduaran como normalistas superiores y que otras 39 alcanzaran oportunidades de empleo digno con ingresos permanentes y opciones de desarrollo, que 1650 microempresarios fortalecieran sus negocios, que más de 100 proveedores mejoraran sus prácticas comerciales, y que la Universidad lograra tener presencia en 17 departamentos del país.​

Educar para transformar…​

Como lo afirma Gabriel Jaime Arango Velás​quez, director de Docencia de la Institución, la educación es un proceso de transformación humana que, a partir del desarrollo y la formación de los estudiantes, busca impactar a otros individuos, grupos y sociedades​. En esa medida, el directivo resalta cómo EAFIT ha logrado ese alcance, primero en los alumnos y luego en las comunidades, pues a los primeros les entrega la inspiración, las metodologías, los conocimientos y las aptitudes para la construcción de su proyecto de vida, mientras a las segundas les otorga los profesionales con la capacidad de modificar, adaptar, crear y recuperar las riquezas sociales.​

Para Gabriel Jaime no basta con que las universidades doten a las personas de ele​mentos que les permitan alcanzar una mayor calidad de vida, sino también un sentido de vida, con sistemas de pensamiento que les facilite cuestionarse sobre sus realidades, pensar en alternativas de solución y aplicar con coherencia sus conocimientos. “Esta es una Universidad que propende por una formación integral, que busca que ese conocimiento acumulado o creado se aplique éticamente”.​

El académico también destaca que en 55 años de vida institucional esta labor ha quedado bien hecha y ha sido gracias a la relación entre estudiante y docente, donde se encuentra representada la historia, la filosofía, la propuesta educativa e, igualmente, el carácter humano de EAFIT​.

“El proyecto de vida de un profesor es que sus alumnos aprendan, crezcan, se capa​citen y se proyecten en lo que ellos quieren ser. Cuando el alumno se realiza, el profesor también. Esto confirma que lo que busca la Universidad es transformar proyectos de vida desde los procesos de enseñanza y aprendizaje”.​

En esta labor de transformación el docente cuenta con el apoyo institucional de una Universidad que, en cumplimiento de su labor de potenciar y desarrollar esas habilidades en el estudiante, se encarga de apoyar a muchos de ellos a través de un programa de becas que cuenta con todas las oportunidades, la programación curricular y extracurricular, los recursos financieros y logísticos, y el respaldo académico y psicológico para garantizar, no solo la permanencia, sino un alcance total para el individuo beneficiado, para sus familias y para su entorno.​​​

Después de más de medio siglo de trayectoria institucional dedicada a la formación de profesionales íntegros y de compromiso con Colombia, estos 55 años encuentran a EAFIT como una universidad que inspira en sus procesos de aprendizaje, que crea y transmite conocimiento y que, sobre todo, está convencida del poder transformador de la educación.​​

​ Y sigue: “Como hemos intentado otras metodologías de investigación que tengan un enfoque negociado y el consentimiento de la comunidad, dijimos: no hay ningún problema, miremos cómo podemos acomodar los objetivos para que todos nos beneficiemos y sea una cuestión de ida y vuelta”. Así comenzó, entonces, el proceso de plan de vida. ​​​​


Hacia una élite académica​

Cuando un estudiante obtiene una beca para estudiar en EAFIT es, en muchas ocasiones, el primero de su familia que accede a la educación superior. Ese primer acercamiento, en palabras de Carolina Mejía Henao, coordinadora de Beneficios de la Universidad, ya es una evidencia del aporte que realiza la Institución a la construcción de tejido social en la ciudad, la región y el país.​

Y es que el programa de becas no solo contempla el incentivo económico, sino que hace parte de toda una labor de responsabilidad social que abarca un acompañamiento integral académico, emocional y familiar.

La consulta psicológica o de orientación vocacional, los talleres sobre técnicas de estudio, metodologías de aprendizaje y desarrollo de la creatividad, los consultorios académicos, las asesorías para la transición del colegio a la vida universitaria, y las charlas con los padres de familia son solo algunas de las actividades que hacen parte del propó- sito institucional de garantizar la permanencia del estudiante.

“El programa de becas de la Universidad tiene claro que los apoyos económicos deben estar acompañados de estas y otras herramientas. Que los alumnos no solo tengan resueltas las dificultades económicas, sino que también tengan apoyo en otros planos de su vida y que, de esta manera, puedan finalizar sus estudios”, expresa.

Este factor diferenciador ha permitido que, en la actualidad, la Institución cuente con diferentes aliados públicos y privados con los que ha logrado una mayor cobertura. Más del 16 por ciento de la población eafitense ha accedido a algún tipo de beca gracias a la vinculación de estas entidades.​

El programa de becas de la Institución no solo contempla el incentivo económico, sino que hace parte de toda una labor de responsabilidad social que abarca un acompañamiento integral en lo académico, lo emocional y lo familiar.​​

“Las organizaciones han encontrado en EAFIT un programa estructurado e integral para trabajar conjuntamente. Ellos no solo han facilitado el crecimiento de esta iniciativa, sino que han traído contactos, posibilidades y nuevas formas de hacer las cosas”, explica Carolina.

El Gobierno Nacional (a través del programa Ser pilo paga), las alcaldías de Medellín y Sabaneta; las fundaciones Sofía Pérez de Soto, Marina Orth, Suiza-EAFIT, Rodrigo Arroyave, Renault, Manos Visibles y Colte​jer; o la Andi, solo por mencionar algunas, han sumado esfuerzos en esta causa que, en 2015, ha permitido entregar 1573 becas de pregrado y 230 de posgrado.

A estas entidades se suma el esfuerzo y el compromiso de los empleados docentes y administrativos de EAFIT, quienes, con su contribución económica, han posibilitado la permanencia del Programa Nivelatorio con Aportes de Empleados por más de 11 años, y han contribuido con la formación de cerca de 400 estudiantes de estratos 1, 2 y 3 de la ciudad. 

La participación y el compromiso de los rectores de los colegios oficiales de Medellín también han sido fundamental para convertir esta iniciativa en un bastión institucional y en un ejemplo de responsabilidad social para otras instituciones, que reconoce las aptitudes de aquellos que, a pesar de no contar con los medios o los recursos, visualizan la educación superior como una de sus metas.​

Pero este tipo de incentivos no solo se otorgan por dificultades económicas, sino que se convierten en un reconocimiento a la excelencia de los estudiantes. En la actualidad, EAFIT entrega becas que premian el rendimiento académico, la participación en ​actividades extracurriculares, y a los hijos y cónyuges de los empleados eafitenses. 

“La Universidad ha venido logrando una construcción social a partir de este programa, entendiendo que no solo se trata de una beca, sino de un acompañamiento integral como universitarios, profesionales y seres humanos. Eso inspira a sus familias, a sus amigos y a su entorno. Los vuelve referentes del cambio”, concluye Carolina.

Transformación social 

El Centro para la Innovación, Consultoría y Empresarismo (Cice), y la Alcaldía de Itagüí sumaron esfuerzos desde 2012 para que cerca de 100 directivos, 1.150 docentes y 36.000 estudiantes de este municipio fortalecieran sus procesos de enseñanza y aprendizaje a partir de tecnologías de la información y la comunicación. Todo esto como parte de la estrategia del Plan Digital Teso.

Un año antes, en otro sector del Valle de Aburrá, habitantes de Medellín comenzaron a movilizarse en bicicletas gracias a un sistema público creado a partir de la innovación y, la creatividad de un grupo de estudiantes del pregrado en Ingeniería de Diseño de Producto.

Y hay más. En lugares lejanos de Colombia una serie de dispositivos ideados por un ingeniero mecánico eafitense permiten desactivar artefactos explosivos, mientras que en las ciénagas del Cesar 60 niños de la escuela rural Nuestra Señora del Carmen (en Chimichagua) pueden asistir a sus clases a unas aulas flotantes diseñadas para evitar las inundaciones características de esta zona, y que también fueron pensadas y puestas en marcha por egresados de la Institución.

Estos y otros ejemplos llevan a Adriana García Grasso, directora del Cice, a afirmar que la transformación no es una palabra de medias tintas. Es un concepto potente, una acción contundente y una propuesta de impacto social. Y eso es lo que se ha entendido desde EAFIT: convertir el conocimiento en un elemento real de cambio.

“La Universidad tiene un conocimiento que ha creado a partir del aprendizaje, la recopilación, los repositorios y la labor de investigación. Nuestra función es ponerlo al servicio de la comunidad. Si nosotros no generamos transformaciones en las empresas, entidades o instituciones con las que trabajamos, entonces no estamos cumpliendo con nuestra razón de ser”, apunta.

Agrega que las instituciones de educación superior son privilegiadas, ya que cuentan con la cualificación y el recurso humano necesario para entender las realidades. “Por ende, tenemos la obligación de hacer, contribuir y participar activamente en los cambios sociales”.​

Eso se ha visto reflejado, por un lado, en temas de consultoría con empresas y entidades gubernamentales, pero también en temas de empresarismo y en la generación de nuevas compañías y negocios que surgen del conocimiento eafitense e impactan positivamente a las comunidades. ​​

“La inauguración de las aulas flotantes en el Cesar, en 2014, es un ejemplo contundente de transformación, pues llevamos condiciones dignas, tecnología y educación a una comunidad de bajos recursos. Otro caso es la empresa de implantes craneales Smartbone, que ofrece la mejor alternativa actual del mercado para personas que han sufrido traumas craneoencefálicos”.

Pero más allá de estas iniciativas, Adriana está convencida de que EAFIT cambia en todos los niveles, y tiene el propósito de que todas las personas que pasen por la Institución, ya sea como estudiantes, docentes, administrativos e incluso visitantes, experimenten algún tipo de transformación en sus vidas. 

Se trata de una opinión que comparte Mario Vargas Sáenz, director de EAFIT Llanogrande y de EAFIT Social, y quien ve en la transformación una oportunidad “para alargar el mapa de la equidad y la justicia social”

También se refleja en la gestión que realiza EAFIT Social a través de tres preceptos: contacto directo y respetuoso, reconocimiento y corresponsabilidad del otro, y garantía de aprendizaje y prácticas que lleguen a todos los sectores de la sociedad.​

En la actualidad, EAFIT Social está presente en 17 departamentos de Colombia y realiza labores de fortalecimiento de organizaciones sociales en 5 comunas de la ciudad de Medellín​.

Lo anterior se suma al acompañamiento, por parte de la Institución, en el área de negocio y en la estrategia de pequeñas unidades productivas de ferreteros en 14 ciudades de la geografía nacional; al apoyo al programa Ser Más Maestro, de Proantioquia; y al impulso a la Red de Liderazgo Juvenil de la Universidad de los Andes, lo que habla de una gestión transformadora de esta dependencia de EAFIT.

Para Mario el conocimiento no es solo un factor de reputación social. Es el pilar de una arquitectura que tiene como centro a las personas y su realidad, a partir de las múltiples dimensiones sociales.

Así, el aniversario número 55 de EAFIT encuentra a una institución transformadora, pero que entiende que el proceso de construcción de humanidad es una tarea permanente y que debe ir adaptándose a los contextos sociales y culturales de cada época.

Por eso, Gabriel Jaime Arango, director de Docencia, está convencido de que la mejor manera de celebrar esta efeméride institucional es trabajando y pensando en nuevas formas de humanizar la educación.

“Sigue un reto muy importante: apoyar un nuevo momento para el país, que es la posible transición hacia la paz y hacia un Estado donde la resolución de los conflictos se dé por la vía del diálogo y el respeto. Es ahí donde las universidades, entre estas EAFIT, seguirán consolidándose como los entes más importantes de la sociedad”, concluye​.​

Última modificación: 27/02/2017 23:29