Laura Victoria Botero BerríoColaboradora La urgencia de desarrollar estrategias que preserven el planeta ha producido iniciativas que, aunque en un principio parecieron simples, han aportado grandes transformaciones: separar residuos desde la fuente o gestionar de manera responsable el consumo de agua son ejemplos que hablan de estos alcances.
“Esta es una experiencia maravillosa desde el punto de vista investigativo y desde el personal. Se vinculan dos instituciones que propenden por la innovación y busca maneras de mejorar la calidad de vida de las personas. Eso nos tiene muy contentos”. Alex Sáez Vega, investigador.
Otros planteamientos requieren de horas,
meses y años de investigación, así como de
laboratorios y de aproximaciones del tipo
ensayo error. Uno de estos proyectos es el
que se desarrolla en sinergia entre Cementos
Argos y EAFIT, y que se orienta a potenciar
la capacidad de las microalgas para utilizar el
dióxido de carbono (CO2
) y producir oxígeno.
Este es un sueño que empezó a gestarse
en 2010 y que está en proceso de materializarse
con la presentación de proyectos que se
conviertan en pilotos de laboratorio cerca de
las plantas cementeras.
Esta investigación es referente de innovación.
La fase que está a punto de comenzar
materializa un trabajo de cinco años, que
empezó en un laboratorio y en poco tiempo
busca medirse en resultados sociales y
económicos. El docente eafitense Alex Sáez
Vega, que está al frente de este proyecto de la
Escuela de Ingeniería, lidera el equipo de investigadores
por parte de la Institución, un
grupo que, junto a los delegados de Argos,
suma más de 50 profesionales.
Las poderosas microalgas
La Facultad de Ciencias de la Universidad de la República de Uruguay ha estudiado desde hace varios años el potencial de las microalgas para dar respuesta a muchas necesidades actuales, por ejemplo, para la generación de biomasa y biocombustibles.
Un estudio reciente de esta institución explica que estos microorganismos son estudiados desde el año 1800 y que, sin embargo, las revelaciones más importantes se lograron en el siglo XX. Aseguran que son cruciales en la evolución de la vida en el planeta, que son ubicuas, muchas veces desapercibidas, salvo cuando ocurren floraciones y son los principales productores primarios en muchos sistemas acuáticos.
En general son altamente eficientes en la fijación de CO2 y utilización de la energía solar para producir biomasa.
Estos microorganismos pueden encontrarse en todos los cuerpos de agua, sin que esto signifique que no puedan existir en suelos y algunos ambientes terrestres extremos. Esto habla de una importante capacidad de adaptación en condiciones adversas.
El nombre es SP1 y en EAFIT cuenta con
un laboratorio experimental en el parqueadero
sur del campus, que puede verse desde
diversos lugares de la Institución y que hace
parte de lo que se conoce como Ciencia a la
vista, concepto que permite que espacios pensados
para la ciencia y la tecnología estén a
los ojos de la ciudadanía. Allí se cuenta con
48 fotobiorreactores, donde los investigadores
cultivan algunas cepas de microalgas que se
utilizan en esta iniciativa.
“Luego de que la empresa cementera nos
manifestara su interés en desarrollar este
proyecto empezamos a realizar el trabajo
académico y de investigación. En 2010 se
fortalece el área y se piensa en grande con
la construcción de un laboratorio específico
para el tema, en el que se pudieran evaluar
diferentes tipos de microalgas para la captura
de CO2
”, indica el docente.
Pero, ¿sería ambicioso pensar que en este
tipo de proyectos reposa alguna respuesta
para hacerle frente al calentamiento global?
Las microalgas son organismos fotosintéticos
que capturan CO2
y emiten oxígeno. Son
los responsables de la producción de más del
70 por ciento del oxígeno mundial, de ahí el
creciente interés de cultivar estos microorganismos
porque, además, su proceso es mucho
más simple y eficiente que el que realiza
una planta. Además, unas 375 mil millones
de toneladas de carbono, en forma de CO2
,
se han emitido a la atmósfera desde inicios
de la era industrial en 1750. Por eso se hace
necesario buscar soluciones.
Y es que, hasta ahora, poco se ha logrado
para frenar el denominado Efecto Invernadero,
que genera en el planeta una alteración climática que sorprende día a día, año a año.
Este fenómeno es producido cuando los gases
que hay en la atmósfera terrestre empiezan
a retener calor e impiden que la energía
proveniente del sol regrese, o se devuelva, a la
atmósfera de manera adecuada. “¿Viste cómo
está de loco el clima?”, es una frase cotidiana
que se repite en todos los idiomas. El Efecto
Invernadero causa deforestación, desertización,
inundaciones, huracanes, sequías y la
temida fusión de los casquetes polares.
Pasos de gigante
El profesor Sáez explica que luego de superada
la fase piloto, que mostró la afectación con
gases de una chimenea normal (simulados en
el laboratorio), Argos junto con EAFIT y otras
instituciones presentan en la actualidad un
proyecto para avanzar a una fase más compleja
que implica el montaje de una planta piloto de
80 metros cúbicos. La idea es hacerlo en Tolú
Viejo (Sucre), Cartagena (Bolívar) o Puerto
Nare (Antioquia) para trabajar con microalgas
en el sitio y con gases de chimenea.
El impacto, para el jefe investigador, será “una gota en un mar de gotas” porque los resultados
se verán en el largo plazo. “Sabemos
que no se va a solucionar de manera inmediata
el problema del calentamiento global ni
nada por el estilo, pero sí vamos a tener varios
impactos importantes e inmediatos. Uno de
estos es que si se consolida una producción
de microalgas sostenible se va a beneficiar un
frente económico, ambiental y social en la región
que se defina y que ha tenido problemas
de desempleo y orden público. Esto sería un
paso adelante en el impacto social”.
Argos y la innovación
El rol de Cementos Argos para la puesta en marcha de este proyecto ha sido fundamental y es destacado por los investigadores de EAFIT. Los recursos económicos requeridos y la disponibilidad de equipo humano han sido determinantes. Camilo Restrepo, vicepresidente de Innovación de esta compañía, entrega su punto de vista sobre el tema.
“Las épocas de gran desarrollo de esta tecnología han sido durante las grandes crisis energéticas, que es cuando los países dependientes de energía fósil se ven amenazados e impulsan este tipo de desarrollos alternativos con fines de producción de combustibles renovables. Hoy en día hay muchas investigaciones alrededor del tema, y lo que las diferencia es su objetivo, entre los que encontramos biocombustibles, suplementos alimenticios tanto para humanos como para animales (DHA, Omega 3, 6 y 9), colorantes para la industria alimenticia, antioxidantes, precursores para la industria química, precursores para la industria farmacéutica y producción de hidrógenos”.
En ese sentido, la
puesta en marcha de
esta planta permitirá
generar una biomasa
de microalgas que
son fuente de proteínas
y compuestos.
Así, habrá un aporte
a la salud humana y se tendrán mejorías en el
aspecto de nutrición y seguridad alimentaria.
“También habrá un insumo académico porque
se pueden producir patentes, artículos y desarrollo
científico orientado a este tema. Esto ha
generado muchos trabajos de investigación en
maestrías”, afirma el profesor.
Por su parte, Camilo Restrepo Restrepo,
vicepresidente de Innovación de Cementos
Argos, indicó que la viabilidad y rentabilidad
del proyecto se deriva de la producción
de otros resultantes como biomasa, Omega 3
y 6, utilizada en la alimentación de animales o, incluso, productos de alto valor agregado
como componentes para la industria cosmé-
tica. “Inclusive se puede llegar a producir
biocombustible hecho a base de biomasa, un
elemento residuo muy común en todos los
procesos fotosintéticos”.
Universidad y empresa
El proyecto es el resultado de la alianza entre
universidad y empresa, relación que en el departamento
de Antioquia, y en muchos casos
de la mano del Estado, ha permitido desarrollar
iniciativas como la Rueda de Innovación
y Negocios Tecnnova que, cada año, se realiza
en Medellín con la participación de instituciones
de varias regiones de Colombia.
“Argos es un caso exitoso, tanto que ha
generado la creación del Centro Argos para
la Innovación en EAFIT. Esto nos permite
decir que en esta relación se ha consumado
el matrimonio y debe ser un llamado a las
empresas para que se acerquen a las universidades
del país a hacer este tipo de investigaciones”,
comenta el profesor Sáez.
Adicionalmente, con el ánimo de estimular
más iniciativas de este orden, el docente
asevera que podría simplificarse la legislación
sobre diversidad que existe en el país. “A veces
sentimos que es demasiado compleja y esto
tiene repercusiones en el avance de muchos
proyectos que son importantes, justamente,
para preservar nuestra biodiversidad”.