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El Eafitense / Edición 108 Colombia, al otro lado del charco está Asia-Pacífico - El Eafitense – Edición 108

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Colombia, al otro lado del charco está Asia-Pacífico

​​El país sigue recibiendo buenas señales en su anhelo de establecer mejores relaciones con esta cuenca. China, Japón, Corea del Sur e India son destinos con los que existen avances económicos. No obstante, los esfuerzos deben redoblarse porque economías como las de México, Perú y Chile llevan una ventaja considerable.​


Juan Fernando Rojas T.
Colaborador

Después de mucho tiempo, hoy como nunca, los astros se están alineando para que Colombia dé el salto definitivo y cierre el déficit comercial de importar desde países de Asia y Oceanía el doble de lo que les vendió en 2014; y que, particularmente, Antioquia deje de exportar solo la séptima parte de lo que compra a las 15 naciones de esos dos continentes que hacen parte del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec).

Varias señales económicas propician que la canasta exportadora nacional y local se dirija, en mayor medida, al Lejano Oriente y que esos mercados del otro lado del Pacífico no sean tan distantes como ahora. Sin duda, una inserción cada vez más necesaria que implicará, en principio, tres campos de acción, como se desprende de los análisis que realizan conocedores del comercio internacional, gremios y funcionarios del Gobierno colombiano.

Un contexto externo favorable 

Al cierre de marzo de 2015 se ajustó una devaluación anual del 30 por ciento del peso frente al dólar, asociado a la menor entrada de la divisa estadounidense al país por la abrupta caída de los precios del petróleo desde junio pasado, principal producto que vende Colombia al mundo.​​​​

Si bien esto encarece algunos insumos importados, en mayor medida posibilita una tasa de cambio competitiva −más pesos recibidos por el mismo dólar−, para dos sectores claves en la diversificación de ventas externas, con valor agregado y diferenciación: la industria y el agro.​​

Hay que aprovechar oportunidades plenamente identificadas de tiempo atrás en exportaciones no tradicionales y su diversificación, lo que coincide con el mayor poder adquisitivo y la demanda creciente, especialmente, en los mercados de Corea del Sur, Japón, China e India.​

“La devaluación es importante para el exportador, porque permite que su oferta sea más atractiva en precio, pero en las relaciones comerciales de mediano plazo la competitividad no se puede dar por tasa de cambio”, señaló Javier Díaz Molina, presidente de Analdex, gremio de los exportadores.​​

Otras señales externas alientan a los empresarios colombianos para abrir mercados en la cuenca Asia-Pacífico: la disminución de demanda en mercados naturales de Latinoamérica, a donde se dirige un 40 por ciento de las exportaciones; la tardía recuperación de los Estados Unidos, principal socio comercial al que se dirige una cuarta parte de las ventas colombianas; y el prolongado estancamiento de un mercado europeo, a donde se descarga un 17 por ciento de lo que vende el país al mundo, al cierre de 2014. Mientras tanto, la dinámica comercial hacia China, Japón e India, por ejemplo, crece a mejor ritmo, aunque el 91 por ciento de los bienes con sello local que llegan a Asia son bienes básicos y mineroenergéticos.​

“Los agroindustriales están interesados en Asia, porque saben que no se puede depender de los vaivenes de los mismos mercados de siempre. Pero hay que pasar del campo de las intenciones a las acciones, no solo pensar​​​​ en vender lo que se tiene y sobra del mercado interno, sino cómo lo quieren comprar en precio, tamaño, olor, forma y presentación”, precisó Rafael Mejía López, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), quien considera que se debe trabajar más en el “costo país” frente a importadores netos de la Apec, como China, Corea del Sur y Japón.​

De tiempo atrás, las oficinas comerciales de Procolombia, la entidad estatal para promover exportaciones, han hecho estudios de mercado sobre más de 500 productos “made in Colombia” con oportunidades relevantes en mercados asiáticos, distintos a los tradicionales: petróleo, carbón, café, banano, oro y ferroníquel.​​

De hecho, en el informe Perspectivas Agrícolas 2014-2023, que realizó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), concluye que al final de esta década América Latina será el mayor exportador de alimentos básicos del mundo y el mayor importador neto será la región Asia-Pacífico.​

​Por último, hay mercados asiáticos que sobresalen por la expansión del Producto Interno Bruto (PIB). Si bien han desacelerado su crecimiento, por la dinámica del consumo interno, su canasta importadora​ desde América Latina comienza a sumar bienes distintos a materias primas.​

Solo en el caso de China, este año el Fondo Monetario Internacional espera que su PIB se incremente cerca del siete por ciento. Pero hay que tener en cuenta que Asia es mucho más: “Corea del Sur tiene niveles altos de ingreso y sus importaciones siguen creciendo; Japón, pese a los ciclos de su economía, no deja de ser un socio de tiempo atrás que recibe muy bien los productos nuestros; India tiene expectativas altas de crecimiento y es destino potencial para la oferta colombiana; y otros mercados más pequeños y con positivas señales están en Australia y Malasia”, comentó Camilo Pérez Restrepo, coordinador académico encargado del Centro de Estudios Asia Pacífico de EAFIT​

Oportunidades sobre la mesa 

De tiempo atrás, las oficinas comerciales de Procolombia, la entidad estatal para promover exportaciones, han hecho estudios de mercado sobre más de 500 productos “made in Colombia” con oportunidades relevantes en mercados asiáticos, distintos a los tradicionales: petróleo, carbón, café, banano, oro y ferroníquel.​

Particularmente, el país tiene por aprovechar el mercado de frutas exóticas, sean frescas, deshidratadas, en pulpa o jugos, como mango, maracuyá, uchuva, pitahaya, papaya, limón y gulupa. Recientemente, María Claudia Lacouture, presidenta de Procolombia, llamó la atención sobre que China, Hong Kong e Indonesia están entre los principales compradores de frutas del mundo, como parte de una tendencia mundial de consumo asociada a la salud y el comercio justo.​​

De otro lado, la carne de pollo, bovino y cerdo tiene una alta demanda, particularmente, en Corea del Sur y Japón. Aunque todavía hay un largo camino por recorrer en la tarea del Gobierno colombiano para lograr admisibilidad y cumplimiento de las rigurosas medidas fitosanitarias. Que esa gestión técnica se acelere y haya plena certeza de las condiciones arancelarias dependerá de la entrada en vigor de acuerdos bilaterales con ambos países.​​

Por el lado del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Corea, Colombia sigue en mora, tras concluir su negociación en junio de 2012. Luego de ser aprobado en el Congreso de la República, en diciembre pasado, está en revisión por parte de Corte Constitucional, lo que Analdex estima puede tomarse ocho meses y la plena vigencia ​solo se dé para inicios de 2016.​​​

En el caso del Acuerdo de Asociación Económica con Japón, en marzo concluyó la décima ronda de una negociación que no ha avanzado al ritmo esperado y aún no se tiene fecha para su cierre. “Hay temor del sector automotor colombiano, pero también hay una posición defensiva de Japón frente a la desgravación de lácteos, confitería y azúcar. Es importante superar escollos por los beneficios para el sector agroindustrial colombiano”, explicó Giovanni Andrés Gómez, director de Asuntos Económicos de Analdex.​​​​​

“En 2016 el foro de Apec se realizará en Perú, que asume la presidencia honoraria, y el Gobierno colombiano puede aprovechar ese espacio para lograr demostrar condiciones y entrar a ese bloque que concentra un 45 por ciento del comercio internacional y es otra forma de atraer más inversión”, sugirió Camilo Pérez.​

Entre tanto, las flores y el café colombia​nos tienen el camino abierto en Asia. De las primeras, se requiere una mayor gestión de los cultivadores y comercializadores para atender esos mercados y no concentrar sus exportaciones en los Estados Unidos y Europa. En tanto que la tarea de productores y procesadores del grano está en incrementar el valor agregado con variedades especiales, diversificar presentaciones y un mayor mercadeo, como han insistido los directores de las oficinas en Asia de Procolombia.​

Industria go Asia 

Ahora, el sector manufacturero nacional, especialmente el antioqueño, tiene opciones de capitalizar en nichos específicos al otro​ ​lado del Pacífico que tienen un mayor poder adquisitivo. Solo en China, la clase media crece a un 24 por ciento anual y se estima que unos 400 millones de habitantes devengarán, entre 2,8 y 5,5 millones de pesos en el año 2020.

Tienen buen recibo en ese país los productos procesados derivados del café, las bebidas alcohólicas (ron) y de frutas tropicales, así como productos de confitería y las pinturas de interiores y exteriores. Mientras que en Corea del Sur los cosméticos, champús y productos de aseo personal son parte de la demanda de importados del segmento.

En el caso de la India, por ejemplo, las confecciones de alto diseño, especialmente de vestidos de baño, ropa interior y yines, toman fuerza por la apertura de las mujeres a la moda occidental, al tiempo que las salsas no tradicionales para comidas son muy cotiza​das: “Una salsa local puede valer 4000 pesos, pero la clase media emergente valora la diferencia de sabores y puede pagar 11.000 por una importada”, ejemplificó, hace poco ante empresarios antioqueños, Augusto Castellanos, director de Procolombia en Nueva Delhi.​​

Condiciones competitivas para exportar ​

En ese contexto de oportunidades, resulta definitivo quitar los cuellos de botella que enfrentan los empresarios colombianos para acercar los destinos asiáticos.​

​En el sector agroindustrial, asegurar competitividad para responder a los volúmenes y calidades del país asiático pasa por definir un modelo agrícola nacional que permita producciones a gran escala, según el presidente de la SAC: “Una cosa es la productividad en la finca, otra cosa es darle valor agregado y exportar frente a las ventajas de acceso a puerto que tienen países como Perú y Chile. Si ya es complejo llevar producto de Buenaventura a un puerto asiático, lo es más llegar a puerto desde un centro de producción en el interior del país”.​​

Por eso, el presidente de Analdex considera que para asegurar exportaciones a Asia antes se deben dar unas reglas claras para el desarrollo agroindustrial de la altillanura, único esquema realmente competitivo para tener una oferta real de cara al mercado asiático: “El tema de la propiedad de la tierra hay que resolverlo en función del comercio internacional y no de los diálogos de paz en La Habana, y por eso se va a demorar”, acotó Díaz Molina.​

Mientras el Gobierno de Juan Manuel Santos hace la tarea para superar el atraso de infraestructura y aún no da señales claras de las reformas requeridas para el desarrollo de esquemas a gran escala del campo, en lo que hay consenso es que Colombia tiene un camino más expedito para incrementar sus exportaciones no tradicionales a Asia mediante la Alianza del Pacífico.Mientras el Gobierno de Juan Manuel Santos hace la tarea para superar el atraso de infraestructura y aún no da señales claras de las reformas requeridas para el desarrollo de esquemas a gran escala del campo, en lo que hay consenso es que Colombia tiene un camino más expedito para incrementar sus exportaciones no tradicionales a Asia mediante la Alianza del Pacífico.​

​“Nuestros socios México, Perú y Chile ya tiene mercados en Asia, los rezagados somos nosotros. Ante esto, debemos aprovechar la​​integración de las economías y pensar en modelos de producción de bienes intermedios donde la acumulación de normas de origen permita hacer encadenamientos en sectores de mayor valor agregado”, explicó Guillermo Montoya, consultor de Araújo Ibarra, firma especializada en comercio internacional.​​​​

Alianza como trampolín 

A esto se añade que la Alianza del Pacífico puede dar una mayor visibilidad a Colombia en términos comerciales y diplomáticos de cara a su intención de ingresar a la Apec, un espacio de cooperación económica al que ya ingresaron México, Perú y Chile.​

“En 2016 el foro de Apec se realizará en Perú, que asume la presidencia honoraria, y el Gobierno colombiano puede aprovechar ese espacio para lograr demostrar condiciones y entrar a ese bloque que concentra un 45 por ciento del comercio internacional y es otra forma de atraer más inversión”, sugirió Camilo Pérez.​​

Por ahora, la reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo, que concluyó el 29 de marzo de 2015 en Corea del Sur, sirvió para estrechar relaciones con ese país, no solo por ser el único asiático con que Colombia tiene un TLC firmado, sino para sumar puntos de cooperación a la naciente agenda bilateral.​

Mientras tanto, el Gobierno Santos decidió hacer una pausa en la negociación de más acuerdos bilaterales de comercio con el Lejano Oriente y un TLC con China quedó en borradores. Así que buena parte de la tarea recae en los esfuerzos de los mismos empresarios colombianos.​

Ya hay ejemplos a seguir, como el del Grupo Nutresa, para abrir mercados, afianzar alianzas y demostrar que el otro lado del charco también es Asia-Pacífico. El tiempo dirá si la brújula exportadora coincide con los astros del comercio internacional que hoy se posan en esa región como la de mayor dinamismo económico del planeta.​

Última modificación: 27/02/2017 13:03