Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
Inicio de sesión
Universidad EAFIT
Carrera 49 # 7 sur -50 Medellín Antioquia Colombia
Carrera 12 # 96-23, oficina 304 Bogotá Cundinamarca Colombia
(57)(4) 2619500 contacto@eafit.edu.co

El Eafitense / Edición 109 El eco político y económico de Laudato Si’ El Eafitense - Edición 109

EAFITMedios institucionalesEl EafitenseEl Eafitense / Edición 109El eco político y económico de Laudato Si’ El Eafitense - Edición 109

El eco político y económico de Laudato Si’

​​​El papa Francisco juega un papel determinante en la agenda de desarrollo sostenible Post 2015. Este es un vistazo a lo propuesto por este líder internacional en su encíclica, quien ha tenido críticas por lo allí expuesto.


Foto por: Róbinson Henao​​​
​“Mientras la humanidad del período postindustrial quizás sea recordada como una de las más irresponsables de la historia, es de esperar que la humanidad de comienzos del siglo XXI pueda ser recordada por haber asumido con generosidad sus graves responsabilidades”: Francisco.

Maria Alejandra Gonzalez-Perez
Docente del Departamento de Organización y Gerencia de EAFIT 

La carta encíclica Laudato si’ sobre el cuidado de la casa común, del papa Francisco, urge a la humanidad a asumir el cambio climático y el calentamiento global como una realidad -no necesariamente como una realidad científica- pero, sin duda, a aceptarlo como una realidad política con consecuencias económicas

Para el papa Francisco, líder espiritual de 1.200 millones de católicos en el mundo, “el cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad. Los peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo”. 

Esta encíclica papal tiene una clara intención de generar un cambio de paradigma, mediante un llamado moral en un momento decisivo de la historia de la humanidad con gran potencial de movilizar, de manera progresista, la consciencia de los individuos y la voluntad política de los gobernantes a actuar inmediatamente por el planeta y por los más pobres. En Laudato si’, el Papa no solamente no se conforma con hacer una contextualización de la posición y activismo de sus predecesores al respecto de la incompatibilidad de los modelos de crecimiento económico en los dos últimos siglos y el respeto al medio ambiente, sino que propone acciones específicas en un momento donde esta puede agilizar decisiones y líneas de orientación y acción concretas (como reemplazar las tecnologías basadas en combustibles fósiles) para el direccionamiento de una advertida catástrofe ambiental.

“La interdependencia nos obliga a pensar en un solo mundo, en un proyecto común”, dice el pontífice. A su vez, en esta encíclica de 192 páginas sobre el cambio climático, el líder internacional culpa al consumismo y al desarrollo irresponsable del calentamiento global y la degradación ambiental, y hace un enfático llamado a la acción hacia cambios radicales en aras de salvar el planeta para generaciones futuras.

Lo anterior desató posiciones dicotómicas. Por un lado, exacerbó la polémica en algunas fracciones de políticos conservadores (especialmente en los Estados Unidos) que cuestionan los argumentos científicos acerca del cambio climático. Y, por el otro, fortificó la agenda de los científicos y ambientalistas para la conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21 o CMP11) que se desarrolló en París a comienzos de diciembre de 2015, y cuyo objetivo es lograr, por primera vez en 20 años, un acuerdo universal y, sobre todo, legalmente vinculante sobre el clima en todas las naciones del mundo.

Efectos políticos y económicos

En el primer discurso de Ban Ki-moon como secretario general de las Naciones Unidas, en marzo de 2007, hay un punto de quiebre con un énfasis a replantear el debate del medio ambiente como un asunto tanto de desarrollo, como de seguridad. Es a raíz de esto que se ubica el cambio climático en las prioridades de la agenda internacional. 

Es probable que Laudato si’ tenga un alto impacto en la política internacional, puesto que es evidente que esta encíclica busca generar un cambio de paradigma a largo plazo, y Página Verde 50 eafitense el que tiene un propósito estratégico en el corto: propiciar una efectiva adopción de los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda Post 2015, e influenciar las negociaciones internacionales sobre el clima en la conferencia de cambio climático de diciembre de 2015.

El mensaje Papal tendrá un carácter decisivo en la formación de bloques y alianzas, especialmente entre los países europeos (con una posición progresista y unificada en cuanta al cambio climático), con los países emergentes y en desarrollo de América Latina y África Central.

“Laudato si’, mi Signore”

La encíclica de Francisco toma su nombre (Alabado seas, mi Señor) del Cántico de las criaturas, compuesto por Francisco de Asís -en cuyo honor el cardenal Jorge Mario Bergoglio toma su nombre papal- entre los años 1224 y 1225. 

Laudato si’ es la segunda carta encíclica de Francisco (después de Lumen fidei, fundamentado en el trabajo y las posiciones del papa Benedicto XVI sobre la fe). Tiene fecha del 24 de mayo de 2015, pero fue dada a conocer al público el 18 de junio de ese mismo año, y aunque buena parte de la encíclica (una tercera parte) es una contribución de enseñanzas sociales y está dirigida al obispado católico, su máximo valor es que es una carta abierta “a cada persona que habita este planeta”.

En esta carta hace referencia a encíclicas anteriores, en las que la Iglesia se ha pronunciado en temas políticos. Recuerda, por ejemplo, la encíclica Pacem in terris, escrita por Juan XXIII en 1963, en medio de la Guerra Fría, y en donde parecía inminente una crisis nuclear, “en la cual no se conformaba con rechazar una guerra, sino que quiso transmitir una propuesta de paz”.

También contextualiza que no es la primera vez que un Papa se pronuncia en temas ambientales. En 1971 el papa Pablo VI hizo un llamado a actuar “en unión con las demás personas” al presentar, en la carta apostólica Octogesima Adveniens, la problemática del medio ambiente como una crisis causada por la actividad humana. “Una explotación inconsiderada de la naturaleza, [el ser humano] corre el riesgo de destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación”, y en la primera encíclica de Juan Pablo II, Redemptor hominis, de 1979, en la que advierte que en el mundo contemporáneo “el hombre parece, a veces, no percibir otros significados de su ambiente natural, sino solamente aquellos que sirven a los fines de un uso inmediato y consumo”.

Laudato si’, además, muestra una apertura a la complementariedad de posiciones y hace referencia explícita a los aportes del patriarca Bartolomé, de la Iglesia Ortodoxa de Constantinopla, donde invita a cada uno a que reconozca las maneras en las que se ha contribuido a la destrucción del planeta y a pensar en “las raíces éticas y espirituales de los problemas ambientales, que nos invitan a encontrar soluciones no solo en la técnica, sino en un cambio del ser humano”. 

Las críticas

Según un estudio hecho entre la Universidad de Yale y el Centro de Investigación en Asuntos Públicos de Associated Press-Norc, publicado por el periódico católico estadounidense Catholic Herald y realizado dos meses después de la divulgación de Laudato si’ , solo el 43 por ciento de los católicos en los Estados Unidos estarían de acuerdo con el Papa en que el cambio climático es un tema moral, y solo un escaso porcentaje estaría de acuerdo con que el cambio climático tiene alguna conexión con la pobreza o la religión.

A comienzos de junio de 2015, Rick Santorum, uno de los candidatos republicanos a la presidencia de los Estados Unidos, dijo que el Papa debería parar de hablar del cambio climático y dejar la ciencia a los científicos, y debería centrarse en la teología y la moral. Sin embargo, ya la relación entre desarrollo de la humanidad, y la moral y la ética habían sido abordados, por ejemplo, en la encíclica Redemptor Hominis. Allí, Juan Pablo II expresó que “el progreso de la técnica y el desarrollo de la civilización de nuestro tiempo, que está marcado por el dominio de la técnica, exigen un desarrollo proporcional de la moral y de la ética”. 

A Laudato si’ también se le critica la percibida imposición de la autoridad ética y moral de la Iglesia Católica en temas ambientales, hecha por Damian Carrington, en The Guardian, en Will Pope Francis’s encyclical became his ‘miracle’ that saved the planet?

A su vez, algunas referencias en la encíclica parecen presentar algunas inconsistencias con otras posiciones científicas en cuanto a la problemática de la sobrepoblación, como se especifica en la publicación Global Water Resources: Vulnerability from Climate Change and ​Population Growth, de los autores Vörösmarty, Green, Sallisbury y Lammerce, específicamente en lo concerniente a la oposición de la Iglesia de legitimar mecanismos de control de la tasa de natalidad y, por ende, ser cómplice del crecimiento demográfico.

Laudato si’ y la agenda de desarrollo sostenible 

Cierto es que Laudato si’ expresa la posición de Francisco como doctrinario de los católicos en el mundo y de guía moral, empero, al estudiar el documento, el aporte del Papa, como lo analiza David Ricardo Murcia Sánchez, del Observatorio en Comercio, Inversión y Desarrollo de EAFIT, “no contiene pretensiones de verdad sobre si hay o no contaminación, sobre si estamos o no en un punto de desequilibro ambiental que hará a futuro el desarrollo de toda actividad humana inviable”. Sin embargo, Laudato si’, más allá de ser un documento de ética aplicada o de posicionamiento moral, es un documento político con implicaciones económicas.

Se pudiera decir que la mayoría de los 17 nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tienen alguna relación con el clima (a excepción del 4 sobre la igualdad de genero), pero no cabe duda de que al menos ocho de estos tienen una innegable relación directa con el Laudato si’ (6. Agua limpia; 7. Energía renovable; 10. Reducción de desigualdad; 11. Ciudades y comunidades sostenibles; 12. Consumo responsable; 13. Acción por el Clima; 14. Vida en el agua; 15. Vida en la Tierra; y 11. Alianzas por los objetivos).

Por esta razón, el momento en el que fue presentada esta encíclica le dará mucha fuerza al direccionamiento de la adopción e implementación de la nueva agenda de desarrollo sostenible al año 2030 y, al mismo tiempo, reposicionó a la máxima autoridad de la Iglesia Católica como el soft-power líder de la agenda Post 2015. Y, como dice Francisco, “el clima es un bien común, de todos y para todos”.​​

​​

Última modificación: 27/02/2017 12:33