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El Eafitense / Edición 109 La biodiversidad y el cambio climático: ¡Soluciones inmediatas! El Eafitense - Edición 109

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La biodiversidad y el cambio climático: ¡Soluciones inmediatas!

​​​El mundo experimenta un fuerte cambio climático y una pérdida tan acelerada de diversidad biológica que se considera la sexta extinción en masa. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) trabaja en conjunto con sus estados adscritos en un plan a 10 años para mitigar este fenómeno que es causado, en gran parte, por el ser humano.


Karen Osorno Varela
Colaboradora

En 2011 la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) declaró la década actual como la de la Biodiversidad, una era para que los gobiernos y la sociedad dedicaran sus esfuerzos a la protección y conservación de los ecosistemas. Sin embargo, en el transcurso de este decenio, y a pesar del compromiso de muchos de estos países, se habla de una sexta extinción en masa que esta vez, a diferencia de las demás, no es provocada por ningún fenómeno natural, sino que es obra del ser humano.

Para que la sociedad se desarrolle necesita de actividades económicas. Una de estas, por ejemplo, son las acciones de producción, para las que se requiere de insumos, de energía y de transformar la materia. Todo esto viene de la naturaleza y de la biodiversidad que, en este caso, provee al hombre de servicios.

Los ecosistemas cumplen funciones tan diversas como las de hábitat o soporte, porque es allí donde se da la reproducción de material genético que permite que la biodiversidad siga existiendo. Así mismo, un ecosistema sano facilita la contemplación de una parte estética esencial para el turismo, lo que puede definirse como un servicio cultural.

“Esto nos ayuda a entender cómo la biodiversidad nos sirve a nosotros. Debemos saber que somos parte de esta y que nos entrega servicios de muchas clases, entre estas el aprovisionamiento de materias primas. Y eso que extraemos de la naturaleza para nuestras actividades debemos devolverlo de manera regulada”, comenta Alejandro Álvarez Vanegas, docente del Departamento de Ingeniería de Procesos de EAFIT y coordinador del Núcleo de Formación Institucional en Cultura Ambiental.

Con esta premisa, el profesor explica que se trata de pensar en la funcionalidad de la biodiversidad a la hora de retribuirle al medio ambiente, pues no solo es llenar un prado de árboles, sino, por ejemplo, de saber qué tipo de sembrados se deben planear dependiendo de las condiciones del ecosistema específico. De la forma en la que se relacionan las especies depende la funcionalidad de los ecosistemas y, por ende, su capacidad de brindar los servicios que se necesitan.

Para explicar mejor la situación, un grupo de científicos se preguntó a qué variables planetarias se les debe dar especial atención para que el medio ambiente pueda permitir a los humanos desenvolverse sin destruir los fundamentos necesarios para sobrevivir. Esta actividad se efectuó, en 2009, en el Centro de Resiliencia de Estocolmo y de allí los resultados arrojaron que dos de los nueve límites planetarios identificados son, precisamente, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático.

En la era de la industrialización, los humanos comienzan a hacer uso intensivo de la energía almacenada en combustibles fósiles como el carbón y el petróleo, lo que produce grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Aunque estos gases se originan también de manera natural y, de hecho, determinan una temperatura propicia para el bienestar de los seres humanos,
cuando se alteran y se acumulan en altas concentraciones se da el calentamiento global acelerado y dañino que se vive hoy en día.

“Todas las especies, incluidos los humanos, necesitamos de ciertas condiciones para vivir. Cuando estas comienzan a variar de una manera tan drástica como ocurre en la actualidad, los animales y las plantas migran o se extinguen y, por ende, se afecta peligrosamente la biodiversidad”, dice el docente. Así no solo sufre el medio ambiente: el hombre, como parte de la naturaleza, ya empieza a sentir los estragos de la situación. Ejemplo de esto es el efecto que tiene el calentamiento global en los arrecifes de coral.

“Cuando el agua del mar aumenta su temperatura los corales que viven dentro de los arrecifes expulsan las algas que los proveen de comida y mueren. Este efecto es conocido como blanqueamiento de corales y hace un grave daño porque ellos soportan muchas especies de peces y moluscos que son comestibles y comerciales, por lo que las comunidades que dependen de la pesca se ven afectadas por este fenómeno”, dice Rosana Arizmendi Mejía, profesora de Ecología de la Universidad.

Lo que no sabe el ser humano es que estos organismos pueden tardar un año para crecer un milímetro, y al tener una dinámica tan lenta, también se demoran para alcanzar la edad reproductiva, aunque pueden vivir entre 50 y 100 años. Si diez mil corales adultos murieran hoy, se habla de que pueden pasar 100 años o más para que vuelvan a reproducirse.

En 2015 se calcula que entre el 25 y el 40 por ciento de esta especie esté muerta o muy afectada por lo que Rosana dice que “se le puede comprar tiempo al cambio climático y retrasarlo con acciones que lo mitiguen”.

Algunas soluciones: políticas y educación

Según Alejandro, este tema ha despertado una conciencia colectiva que, cada vez, gana más visibilidad en el mundo y, por eso, hoy existen iniciativas como los Objetivos Desarrollo Sostenible, el Pacto Global o la Década de la Diversidad Biológica. También, en diciembre de 2015, se realizó en París la COP21 Conference of Parties, en donde se espera llegar a un acuerdo climático que dicte lineamientos concretos con respecto a las medidas que deben tomarse. Sin embargo, asegura que hay desconexión entre el discurso mundial y las acciones locales.

“Nosotros no podemos pensar que con el modelo de desarrollo que tenemos en la actualidad alcanzaremos el nivel de otros países. Desde diversas políticas en las que intervengan las autoridades debemos replantear nuestras metas y hacer cambios acompañados de las acciones ciudadanas”, agrega Alejandro.

Por su parte, Federico Botero Jaramillo, abogado especialista en Derecho Medioambietal y gerente de Ecoral, opina que el reto es de comunicación, de transferir el conocimiento, y de que la producción científica de los expertos trascienda y llegue al ciudadano.

Esa es, precisamente, una de las labores que él desarrolla desde Ecoral, una empresa privada ganadora del Concurso de Emprendimiento de EAFIT que se dedica a la conservación de la naturaleza y que, con diferentes estrategias, activan la emocionalidad de las empresas y les muestran cómo impactan la biodiversidad de la que también hacen parte y estas emprendan acciones que la preserven.

“El cambio también es un proceso personal. Si recuperamos la curiosidad de los niños y empezamos a hacernos preguntas como de dónde viene el aire que respiramos o el agua que tomamos vamos a descubrir que la biodiversidad está estrechamente relacionada y que no somos nada diferente a esta. Es un asunto de interés y amor propio y pensar en que si el
planeta está bien, nuestra vida cotidiana no se va a alterar”, señala el empresario.

De otro lado, Rosana apoya, entre otras acciones, la labor de Ecoral, al sensibilizar a las empresas porque desde que estas tengan una labor correcta de vertimientos y políticas de manejo de residuos pueden hacer una disposición final adecuada y no contaminar.

Otra de las acciones que esta docente sugiere para aminorar el fenómeno que sufre la naturaleza en la actualidad es mezclar infraestructura con campañas educativas.

“Si una comunidad costera, por ejemplo, no tiene alcantarillado o un sistema de colecta de residuos lo que hace es desecharlos al mar  y, por eso, es que cada vez tenemos más especies en vía de extinción. Lo que ellos no saben es que las consecuencias las vivimos todos los seres humanos porque afectamos nuestra supervivencia. En este sentido, también hay que proporcionar las ayudas y la información”, puntualiza la ecologista.

Para entender la importancia de la educación de la sociedad en el tema, Alejandro cita a Beatriz Restrepo en su libro Reflexiones sobre educación, ética y política en donde afirma que “Aristóteles, que percibió la educación como formación moral, la propuso como superior a la política: así, al ocuparse de la ambición humana, factor desestabilizador en la polis como causante de grandes diferencias entre la población, expresó (en su Política) que frente a ella, que es ilimitada, resultaba más efectiva la educación que las leyes”.

Las acciones de EAFIT para conservar el planeta

Desde las aulas de clase, sin importar su área de estudio, los eafitenses se forman para ser profesionales íntegros y responsables, especialmente en temas medioambientales. Ejemplo de esto es que cerca de 850 estudiantes participan en la actualidad del Núcleo de Formación Institucional en Cultura Ambiental.

Adicionalmente el campus se concibe como una Universidad Parque, un lugar en donde se convive de manera especial con la naturaleza y las especies de animales que visitan la Institución.

“En nuestra promesa de marca inspira, crea y transforma se muestra un interés por esos temas que aportan al progreso cultural, social, económico y ambiental del país. En nuestros Valores Institucionales hay algunos como responsabilidad e integridad y hemos generado un espacio en donde esto se fortalece desde un ámbito muy amplio que es desarrollo sostenible”, añade Alejandro.

A todas estas acciones se suma la participación de la Universidad en el Pacto Global, un plan de manejo de residuos y contabilidad ambiental, así como el Comité Ambiental que emprende diferentes acciones que conllevan a la preservación del planeta.

Así mismo, la Institución ha implementado, en los últimos años, sistemas de sensores para la iluminación y reducir el consumo de energía, ha reemplazado los equipos de aire acondicionado con líquidos refrigerantes, almacena el agua lluvia para usarla luego en los tanques de los baños. Los residuos ahora tienen una disposición final responsable y todas las dependencias académicas y administrativas usan papel ecológico.

También se han logrado reducir las emisiones atmosféricas al incentivar el uso de sistemas alternativos de transporte como las bicicletas o al implementar la medida de pico y placa en el campus. La educación y capacitación a la comunidad en estos temas ha sido parte fundamental del avance de EAFIT en este ámbito.

Finalmente, estas acciones también buscan crear conciencia en quienes visitan la Institución porque, cómo dice Alejandro, “lo que hay que replantear es como pensamos que vamos a alcanzar el bienestar sin deteriorar el planeta”.​
Última modificación: 27/02/2017 12:43