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El Eafitense / Edición 110 El mundo virtual ahora es también para la maestría en Desarrollo Humano Organizacional -El Eafitense

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El mundo virtual ahora es también para la maestría en Desarrollo Humano Organizacional

​​Mediante la resolución 14332, del 7 de septiembre de 2015, el Ministerio de Educación Nacional (MEN) entregó el registro calificado para esta nueva maestría eafitense. Se trata del primer programa de este campo del conocimiento que se abrió bajo esta modalidad en Colombia.

​Bibiana Andrea Moná Giraldo
Periodista Área de Información y Prensa de EAFIT

Luis Gabriel Merino Cuartas decidió agregarle valor a su profesión, actualizarse en las nuevas tendencias en el campo del desarrollo humano organizacional, y analizar qué aspectos de su trabajo como líder corporativo y de calidad de vida de la organización Corona podían potencializarse y mejorar.​
 

“La virtualidad me ha permitido estudiar en mi tiempo. Yo estudio en las noches, cuando mi hija duerme, lo que es una gran ventaja, pues no me pierdo de verla crecer y, a la vez, avanzo como profesional”, comenta Luis Gabriel Merino Cuartas.​

Esta decisión llegó acompañada de una nueva etapa en su vida: el nacimiento de Martina, su primera hija, razón por la que estudiar la maestría en Desarrollo Humano Organizacional en EAFIT tomó el camino de la virtualidad. Sí, es que esta es la única maestría virtual, en este campo del conocimiento, que se dicta en el país.

Este programa, que recibió el aval del Ministerio de Educación Nacional en octubre de 2015 para esta modalidad, inició su primera cohorte en febrero de 2016. Luis Gabriel es uno de los alumnos que comparte conocimientos con personas que se encuentran en otras ciudades del país e, incluso, con estudiantes que están en otros continentes.

“Para mí el tema académico ha sido fundamental. Me gusta estar atento a las últimas actualizaciones de mi profesión como psicólogo y en los temas que tienen que ver con mi cargo en la organización Corona. Por eso, sabía que lo que seguía era la maestría”, dice el también especialista en Estudios Políticos de EAFIT.

Para Luis Gabriel, la calidad académica de la maestría ha sido excelente y, hasta ahora, el programa cumple con sus expectativas, pues puede, en su tiempo libre, tomar clases, estudiar para los trabajos, hacer lecturas, participar en foros, interactuar con otros compañeros y profesores, entre muchas otras opciones que le permite el mundo de la virtualidad. 

Y es que, como él, son más de 20 los estudiantes que optaron por este tipo de pedagogía, muchos por asuntos similares, relacionados con la familia; otros por temas de movilidad en la misma ciudad o porque residen en otro lugar del país o del mundo; otros más porque sus condiciones laborales les impiden estar en un lugar fijo mucho tiempo, en fin. Las razones para tomar la decisión de hacer la maestría virtual son variadas.

“La virtualidad me ha permitido estudiar en mi tiempo. Yo estudio en las noches, cuando mi hija duerme, lo que es una gran ventaja, pues no me pierdo de verla crecer y, a la vez, avanzo como profesional”, comenta Luis Gabriel.

Tradición virtual 

Mery Gallego Franco, coordinadora de la maestría en Desarrollo Humano Organizacional, asegura que este programa, en términos de virtualidad, tiene sus orígenes, justamente, en la especialización en Gerencia del Desarrollo Humano, el primer posgrado virtual que abrió EAFIT. “La experiencia de la Universidad en el campo de la virtualidad sobrepasa los 10 años. Luego de mi participación como docente virtual en la Pontificia Universidad Católica de Perú fui consultada por EAFIT, con el fin de darle forma a nuevos programas de esta categoría y así fue como empezamos con la especialización en este campo del conocimiento”, indica la coordinadora.​

“Hay personas que piensan que estos programas son más fáciles de cursar o que existe menor calidad académica, pero, si vamos a la realidad, suele ser hasta más complejo el aprendizaje virtual porque es muy personalizado y, a diario, se deben entregar trabajos, hacer lecturas, enviar reportes”: Mery Gallego Franco.​

A la fecha, la especialización virtual va por su séptima cohorte (cinco finalizadas y dos en emisión), con más de 22 egresados, los que se suman a los 1176 graduados de la modalidad presencial. 

Luego vino el diseño de la maestría en Desarrollo Humano Organizacional -en modalidad presencial- también pionera en el país y en la región, y que ahora cuenta con 28 graduados. Finalmente, en octubre de 2015, este programa recibió el aval que le permitiría ofrecerse en modalidad virtual. 

Desmontando mitos

Se tiene la creencia de que un programa virtual pierde calidad, o que, hacerlo ​bajo esta modalidad, suele ser menos exigente y hasta más económico. Pero no. Lo cierto es que los mitos sobre esta forma de aprendizaje son solo ideas, pues, según Mery Gallego, aún falta mayor apertura mental a la virtualidad. 

“Hay personas que piensan que estos programas son más fáciles de cursar o que existe menor calidad académica, pero, si vamos a la realidad, suele ser hasta más complejo el aprendizaje virtual porque es muy personalizado y, a diario, se deben entregar trabajos, hacer lecturas, enviar reportes. Aquí el aprendizaje sí depende en mayor grado del estudiante como individuo, lo que no sucede en programas presenciales donde la exigencia, en ocasiones, involucra a grupos”. 

​​A lo anterior, Luis Gabriel agrega que la plataforma, los contenidos, la forma en que los profesores asumen su compromiso, el seguimiento y, en general, el acompañamiento durante el proceso son de alto nivel. “Esto me ratifica en mi decisión”, dice el alumno. Los paradigmas también los tienen los docentes, dado que algunos apuestan más por la discusión en clase, la interacción directa con los estudiantes, la informalidad en el trato, entre otras situaciones que supone la presencialidad. 

Por esto, el reto también es desde el punto de vista de los profesores porque, más allá de encontrar personas idóneas en el saber que se desea impartir, el propósito es que estas quieran asumir el reto de la virtualidad. Sin embargo, EAFIT tiene claro este campo, ya que 28 docentes han emitido cursos virtuales (desde la especialización) y la cuarta parte de ellos tienen doctorado. Algunos dictan sus cursos desde otros lugares del mundo. 

​“La invitación es también para los docentes a que descubran en este modo de enseñanza- aprendizaje una opción de desempeño profesional, es un plus a su trabajo. El mundo de la virtualidad no tiene edades, ni límites, es de actitud, y la Universidad brinda un acompañamiento permanente en el diseño y el material para que el curso sea todo un éxito”, afirma Mery Gallego. 

Según Gustavo Villegas López, coordinador de EAFIT Virtual, otro asunto que desmonta los mitos sobre la educación virtual es el crecimiento que, en términos de número de programas y de alumnos que optan por la virtualidad, es exponencial. Un ejemplo de esto es que en el país existen, hasta la fecha, más de 65 programas de maestría virtuales, cifra que aumentó en más de un 50 por ciento en menos de un año, pues en mayo de 2015 eran cerca de 40 las opciones.

En el país existen, a la fecha, más de 65 programas de maestría virtuales, cifra que aumentó en más de un 50 por ciento en menos de un año, pues en mayo de 2015 eran cerca de 40 las opciones.

“Eso significa que​​​, como este crecimiento no es lineal, en poco tiempo las cifras van a aumentar pues, por ejemplo, EAFIT, en 56 años de trayectoria como Institución, ha logrado un número de estudiantes presenciales de más de 15.000, pero en lo virtual esa cifra se va a demorar mucho menos en alcanzarse”, asegura Gustavo Villegas. 

Lo anterior, según el coordinador, supone apuestas por parte de la Universidad de mantenerse vigente frente a un mercado que está cambiando y donde cada vez es menos difícil encontrar demanda de estudiantes que quieren acceder a este tipo de educación.

​A esto se suma que EAFIT es una universidad reconocida como de alta calidad y que tiene trayectoria en el campo virtual, lo que genera mayor confianza en términos académicos por el respaldo eafitense. “Una persona elije un posgrado en la Institución porque lo quiere con el sello EAFIT, y eso aplica también en términos de virtualidad”, anota Villegas. ​

Cuatro semestres 

Son cuatro semestres que, podría decirse, se dividen en dos fases: una es el ciclo de especialización que contempla los tres primeros semestres y el cuarto es un espacio para la investigaci​ón, momento que ya está diseñado e implementado de modo que sea posible el acompañamiento y la sustentación de los trabajos de los alumnos con el mismo nivel de exigencia que tiene la maestría presencial.

Así mismo, los egresados de la especialización (en cualquier modalidad) pueden continuar con la maestría virtual. “Y, según el reglamento, a los graduados de otras universidades se les reconoce hasta el 40 por ciento de los créditos”, explica Mery Gallego.

Y, ante coyunturas o circunstancias personales, el programa es flexible con los alumnos al permitirles la posibilidad de hacer materias presenciales (o viceversa), de acuerdo con el momento por el que pasan.

De otro lado, y como una forma de alinearse con la función social, el trabajo de grado consiste en aplicar los conocimientos con el montaje de un área de gestión humana en una empresa real que no cuente con los recursos suficientes para hacerlo. “Por ejemplo, una pyme, una fundación social, ONG, entre otras”, asegura la coordinadora y añade que, hasta el momento, han sido 395 las microempresas asesoradas sin ningún costo, con la consultoría de sus alumnos que, en diferentes partes del país, están próximos a graduarse.

De esta manera, y en comparación con el mundo, Colombia aún está en el camino de acrecentar su oferta de programas virtuales. Sin embargo, según Gustavo Villegas, el país es uno de los preferidos por los latinos para realizar este tipo de estudios. Así que el reto está latente y, en ese punto, EAFIT avanza en el diseño, la construcción y la oferta de más programas con esta modalidad.

Última modificación: 27/02/2017 12:24