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El Eafitense / Edición 110 No se frustre, mejor aprenda a aprender - El Eafitense

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No se frustre, mejor aprenda a aprender

​​El 10 de mayo de 2016, invitada por Colfuturo, la académica norteamericana Barbara Oakley compartió en EAFIT las ideas y las técnicas que ha recogido por varios años sobre cómo aprender a aprender. Procrastinar con responsabilidad, hacer ejercicio, tener momentos de plena concentración y hasta dormir son pasos clave para que las personas sean exitosas en la academia. Contar historias y acudir a la construcción de metáforas son otras recomendaciones para los profesores y los estudiantes.​


Fotos: Róbinson Henao​

Manuel Alejandro Gómez Rueda
Community Manager EAFIT

Autora de libros, profesora universitaria, reconocida conferencista y docente de uno de los cursos gratuitos (Mooc) más populares de la plataforma Coursera: Aprendiendo a aprender. 

Barbara Oakley visitó la Universidad EAFIT, el 10 de mayo de 2016, para compartir ideas de múltiples ramas del conocimiento, entre las que se cuentan la psicología y la neurociencia, sobre la forma como aprenden los seres humanos y las técnicas para que ese aprendizaje sea mejor. La conferencia se dio en el contexto de la conmemoración de los 25 años de Colfuturo. 

A partir de sus experiencias académicas y profesionales por el mundo, esta profesional en Lenguas Eslavas y Literatura, magíster en Ingeniería Eléctrica y Computación, y doctora en Ingeniería de Sistemas, explica que el cerebro tiene dos formas o estados de operación: el modo enfocado y el difuso. 

En el primero se utilizan patrones de conexiones entre ideas establecidas de manera previa, mientras que en el segundo se generan conexiones nuevas y hasta aleatorias. 

Para la estadounidense ambos modos son importantes en el momento de aprender algún tema nuevo, pues estar concentrado permite un trabajo más eficiente y da acceso a conocimientos previos; y pasar al modo difuso estimula nuevas asociaciones y, por ende, nuevas soluciones y nuevo conocimiento. De ahí que sea importante que los estudiantes usen diferentes metodologías para pasar entre estados. 

Sobre la frustración, la enseñanza, la evaluación, el gusto por el estudio y la dedicación permanente al trabajo también compartió algunas ideas.

En sus textos y presentaciones se evidencia que una de las razones por las que las personas fracasan cuando estudian es por los sentimientos de frustración que se dan al encontrar dificultades.

Existen varias razones por las que se da la sensación de frustración en los procesos de aprendizaje. En ocasiones se da cuando se acude a patrones neuronales que no son adecuados para resolver una tarea específica, solo por el hecho de tener la costumbre de usar ese método, sin darse cuenta de que no todos los patrones sirven para las mismas funciones. Al hacerse consciente de que su forma de abordar un problema no funciona, el estudiante comienza a sentir la sensación de frustración. 

En otras ocasiones no es posible tener profesores que lleven al alumno a ver lo que realmente necesita ver. Es decir, sucede que, a veces, un camino para resolver una situación es correcto, pero el docente no está acostumbrado a enfrentarse a formas de pensamiento diferentes a las suyas y pretende que quien aprende siga su método. Eso genera que no se estimule el trabajo del alumno. Allí también hay frustración.

¿Entonces las técnicas que usted comparte también se basan en el hecho de que parte del problema del aprendizaje está en la enseñanza, en cómo se guía a los estudiantes para que aprendan de forma efectiva?

Yo, más que aconsejar técnicas, me baso en teorías y hallazgos de grandes investigadores, quienes han publicado aproximaciones hacia asuntos relacionados con el aprendizaje y aporto ideas fáciles de entender para que la gente pueda usarlas. 

Muchas veces los profesores no están al tanto de nuevas metodologías. Por ejemplo, no saben que evaluar los conocimientos de forma permanente es muy valioso, pues una hora de examen supone tiempo de estudio por parte de los estudiantes, y ellos pueden aprender mucho más mientras ponen a prueba lo que han recibido de diversas fuentes, incluso si no saben las respuestas. 

Motivar el estudio permanente también hace que los alumnos sean conscientes de cuánto tiempo usan para aprender y cuánto para descansar.

Pero el concepto de examen no se entiende como una oportunidad para entender o afianzar lo aprendido, solo para medir si se pasa o no una prueba...

Habrá cambios dramáticos en las próximas décadas en la forma cómo se enseña. Debemos entender que cuando se usa el material de clase para aprender, el objetivo no puede ser superar un examen. Por el contrario, esa prueba debe ser una forma de demostrar si un conocimiento se ha adquirido y entendido. Si hay una falla, entonces se debe volver a estudiar y se debe volver a evaluar, y así sucesivamente hasta lograrlo. Esa forma puede ayudar a tener más estudiantes exitosos.

Otra herramienta de enseñanza que se evidencia en sus discursos es el uso de metáforas en las clases. ¿Por qué son tan útiles?

En cálculo, por ejemplo, se puede pensar en una persona que está siguiendo a otra y cada vez se acerca más y más, pero aún no la alcanza. Y así puede introducirse el concepto de límite. 

También se pueden relacionar las moléculas frías con ancianos que se mueven despacio y las moléculas calientes con niños inquietos, y comenzar a explicar la entropía y las diferencias de energía en un sistema. Mientras los conceptos se puedan explicar de forma más visual, más fácil será entenderlos y aprenderlos. 

Usar metáforas es útil para entender ideas complejas. Las mismas ecuaciones matemáticas son metáforas, pero, igual que con los patrones neuronales, no todas las metáforas sirven para todas las funciones.​

Usualmente se piensa en este instrumento para enseñar. ¿También es útil para aprender?

Las metáforas son herramientas fantásticas para los estudiantes. Piense en lo siguiente. Cuando Charles Darwin intentaba resolver el concepto de evolución él era un estudiante. Y lo que hacía para ayudarse era contar historias. Simulaba que un vecino llegaba y él explicaba sus ideas de forma tan sencilla que su vecino las entendiera. 

​El objetivo con las metáforas es contarse historias en voz alta porque muchas veces no logramos entender algo hasta cuando intentamos explicárselo a alguien más.​

Ahora, del lado de los estudiantes, usted habla de procrastinar como una forma de premiarse por alguna tarea cumplida y como una manera de cambiar entre los modos difuso y concentrado de pensamiento, pero, ¿no es una práctica que puede ser contraproducente?

Un poco de procrastinación puede ser útil mientras se reúne información, en las tareas que se deban ejecutar antes de poner las ideas en orden. Pero, cuando se estudia, la procrastinación debe tratarse de manera cuidadosa, pues puede llegar a ser un asunto muy problemático. 

Un pesista, por ejemplo, no puede procrastinar hasta la noche antes de una competencia y pensar que va a formar sus músculos justo antes de su participación. 

Igual sucede cuando estás aprendiendo. La construcción de estructuras neuronales toma tiempo, por lo que la práctica permanente es clave. Hay que hacer un poco todos los días. Por supuesto que habrá momentos en los que se puede dejar todo a un lado para descansar y no convertirse en un robot. 

De allí también surge que la práctica deportiva y los buenos patrones de sueño sean aspectos fundamentales para estudiar. El ejercicio ayuda a crear nuevas neuronas, el aprendizaje ayuda a que sobrevivan.

¿Estas recomendaciones que usted comparte aplican solo a disciplinas Stem (Science, Technology, Engineering and Mathematics)?

Usualmente, la gente piensa que como soy profesora de ingeniería, estas técnicas sirven exclusivamente para ese tipo de disciplinas, pero, de hecho, todo esto se dio cuando reflexioné sobre la forma en la que aprendí idiomas en mi juventud. Esto sirve para cualquier proceso de aprendizaje, para cualquier materia, incluso para aprender a bailar, aunque los colombianos lo saben hacer de forma natural.​

Es claro que es más fácil aprender algo por lo que uno siente interés o cercanía. Pero no a todas las materias o temas se les asignan esos calificativos. ¿Cómo aprender algo que no se considere agradable?

Cuando aprendes por primera vez a tocar un instrumento musical debes comenzar a estudiar asunto básicos, como las escalas. Puede que no sea el tema más agradable, pero, conforme avanzas, esas escalas se vuelven un asunto natural, un asunto sobre el que construyes una bella melodía. Y te das cuenta de que se siente bien tener ese conocimiento. Desarrollamos pasiones por los asuntos en los que somos buenos, por lo que la paciencia es importante. No se trata de pensar solo en la meta final, es también vivir los pequeños logros y hacer un poco más todos los días. Aprender matemáticas tiene mucho que ver con aprender música. Cuando escuchas una canción por primera vez no dices que ya la sabes interpretar, sino que comienzas a aprenderla y trabajarla por partes. Pero, muchas veces, cuando enfrentas un problema de matemáticas y lo resuelves nunca lo vuelves a mirar. ¿Por qué hacemos eso? Deberíamos seleccionar unos problemas clave, trabajar en estos y volver varias veces ahí para que se vuelvan conocimiento aplicable en un eventual problema más complejo, momento en el que los pasos para la solución suenen como una canción en tu cabeza. Así se puede llegar a ser un experto, y eso se siente bien.​

En resumen, ¿qué recomendaciones les entrega a los estudiantes para mejorar su proceso de aprendizaje?

Escanee este código con su celular o tableta para ingresar al curso gratuito Aprendiendo a aprender en la plataforma Coursera. Darse cuenta que un poco de trabajo todos los días es muy importante. Pueden usar, por ejemplo, la técnica pomodoro, en la que ponen un cronómetro por 25 minutos para trabajar sin distracciones y luego se otorgan unos minutos de descanso. Es importante asegurar un poco de tiempo para relajarse todos los días, prográmenlo, y si en algún momento sienten que deben alejarse, eso los hace seres humanos perfectamente normales. Mientras se alejan temporalmente de una tarea se darán procesos subconscientes que podrán ayudar a resolverla. No se frustren si deben rendirse temporalmente, porque cuando se alejan abren la puerta a ideas alternativas que también sirven para aprender.

A los profesores les digo que el aprendizaje activo en clase ayuda mucho. Expongan un poco de material, luego hagan que los estudiantes trabajen en pequeños grupos para resolver problemas de manera activa y, después, expongan otra cantidad de material. Que un profesor explique un tema no significa que ya lo puso en el cerebro de sus estudiantes. Solo cuando ellos trabajan con ese conocimiento lo entienden de forma efectiva y, con ese proceso, se puede avanzar mucho mejor en el desarrollo de un curso.​

Conferencia Aprendiendo a Aprender con Barbara Oakley

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Última modificación: 02/03/2017 13:53