Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
Inicio de sesión
Universidad EAFIT
Carrera 49 # 7 sur -50 Medellín Antioquia Colombia
Carrera 12 # 96-23, oficina 304 Bogotá Cundinamarca Colombia
(57)(4) 2619500 contacto@eafit.edu.co

El Eafitense / Edición 110 Sé cuántos cursos tomaste, pero dime ¿para qué eres bueno? - El Eafitense

EAFITMedios institucionalesEl EafitenseEl Eafitense / Edición 110Sé cuántos cursos tomaste, pero dime ¿para qué eres bueno? - El Eafitense

"Sé cuántos cursos tomaste, pero dime ¿para qué eres bueno?"

​​La validez de los títulos que entregan las instituciones​ académicas, el panorama de la educación a distancia y el futuro de los campus universitarios son algunos de los temas que abordó Patricio López del Puerto, gracias a una experiencia de 40 años en el Tecnológico de Monterrey (México), donde realizó aportes como rector de la Universidad TecVirtual. El académico visitó a EAFIT en el primer semestre de 2016.

Fotos: Róbinson Henao
​Alejandro Gómez Valencia
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT 

La educación virtual y la educación presencial. Las universidades físicas y las que no necesitarán de ladrillos, sino solo de tecnología para ofrecer programas a un alto número de personas en diversos lugares del mundo. Lo que necesitarán los ciudadanos en el futuro para formarse. Lo que tienen o tendrán en cuenta las compañías para contratar a sus empleados… Estos temas fueron tratados por el ingeniero de sistemas computacionales Patricio López del Puerto, exrector de la Universidad TecVirtual y quien estuvo en EAFIT a comienzos de 2016. Durante la conversación, el académico se refirió a cómo las universidades deben prepararse para los embates de la tecnología, además de cómo pueden beneficiarse de estos cambios. 

¿Cuál es el panorama de la educación a distancia en América Latina? 

Nos estamos dando cuenta de que las necesidades de formación a todos los niveles en América Latina no las vamos a poder resolver con ladrillos. Teníamos el problema de que muchos niños no podían terminar la educación primaria. Eso se resolvió, pero automáticamente pasó el problema a la educación secundaria que ya lo solucionamos (no sé cómo está Colombia, pero en México ya casi es universal). Entonces el problema empuja hacia arriba y hay una demanda de formación de alto nivel sin que tengamos suficientes universidades. Estadísticas dicen que se tendría que abrir una universidad nueva cada 43 se manas para satisfacer la demanda y así no lo podemos resolver. 

La solución que estamos adoptando muchas universidades es ir a mecanismos que no requieren ladrillos y eso tiene que ver con la educación virtual. Creo que la educación virtual, independientemente de sus ventajas como metodología y como modelo, nos está sirviendo mucho para resolver la escasez -y va a existir más- de capacitación de calidad en América Latina. 

Pero esa educación virtual igual tiene su base en las universidades de “ladrillos”, que son las que la ofrecen. Una universidad nacida e instalada en internet que ofrezca educación de alta calidad no existe. 

No, pero no necesito construir nuevas. EAFIT tiene cerca de 12.000 estudiantes, ¿y si su meta fuera atender 100.000? Pues hay que ir a otras opciones. Que no tenga que venir el alumno o, por lo menos, no con la misma intensidad. Que no tenga que usar tanto aulas de clase o los laboratorios. Si, por ejemplo, lo traigo tres horas a la semana a las aulas, pero luego logro traerlo solamente una, triplico el cupo. O si hago que asista una vez al semestre empiezo a sacar mayor provecho a las instalaciones físicas. Si tengo profesores con credenciales y están entrenados para usar la tecnología y la incorporan en sus cursos, si hay herramientas pedagógicas modernas, si los mecanismos de evaluación están acordes con lo que el alumno está acostumbrado a utilizar para ser evaluado, eso genera indicadores. El control de calidad no se puede hacer sobre un producto terminado, se tiene que hacer sobre el proceso.​​ Puede existir una institución totalmente a distancia, eso es cierto, como por ejemplo The Open University en Inglaterra, donde no hay salones. Es un modelo diferente que no hemos implantado todavía en el ámbito universitario en América Latina. Por lo menos no exitosamente, aunque puede que haya intentos. 

¿Cómo se puede medir la calidad de la educación en línea teniendo presente que en la virtualidad la producción académica y la propiedad intelectual son más colaborativas? 

Hay varios elementos en la calidad final que dependen de la calidad de los procesos que intervienen. Si tienes profesores de calidad, contenidos bien desarrollados, mecanismos de atención a los alumnos y un proceso de entrega de contenidos, en cada uno de esos elementos hay indicadores que te permiten saber si lo estás haciendo bien o no. Si tengo profesores con credenciales y están entrenados para usar la tecnología y la incorporan en sus cursos, si hay herramientas pedagógicas modernas, si los mecanismos de evaluación están acordes con lo que el alumno está acostumbrado a utilizar para ser evaluado, eso genera indicadores. El control de calidad no se puede hacer sobre un producto terminado, se tiene que hacer sobre el proceso. ​

El reto que les he dicho a los empleadores es que se den la oportunidad de contratar a un egresado de la universidad virtual y lo que ha sucedido es que dicen que se sienten gratamente sorprendidos. No necesariamente son igual de buenos, ¡son mejores que los egresados de universidad presencial!​ 

​​¿El empleador está preparado para contratar a un profesional graduado ciento por ciento de la educación virtual? 

Preparado sí, pero no necesariamente lo acepta. Creo que la pregunta es si le dan el mismo valor a un egresado virtual que a un egresado presencial. La respuesta, infortunadamente, es no. No todavía, pero podemos ver que cada vez -cuando conocen bien el proceso- se le da más valor al egresado de la virtualidad. El reto que les he dicho a los empleadores es que se den la oportunidad de contratar a un egresado de la universidad virtual y lo que ha sucedido es que dicen que se sienten gratamente sorprendidos. No necesariamente son igual de buenos, ¡son mejores que los egresados de universidad presencial!, porque tienen una serie de habilidades muy útiles para trabajar en equipo, saben manejar la tecnología, hacer autoaprendizaje, son autodirigidos, se saben comunicar adecuadamente. Son muchas habilidades las que te obliga a desarrollar la educación no presencial al grado de que en algunas instituciones como el Tecnológico de Monterrey es obligatorio que todo alumno, para graduarse, haya tomado cursos a distancia. No porque no puedan tomarlos de manera presencial, sino para asegurar que obtengan esas habilidades. 

Uno de los logros del Tecnológico de Monterrey es conseguir que las tecnologías de uso cotidiano sean aprovechadas para el conocimiento.

Cuando empezamos con la educación virtual a dar cursos por televisión era muy complicado porque los alumnos, en la retroalimentación, decían que el profesor daba muy bien la clase, pero que la corbata que usaba era muy fea. Uno se pregunta qué tiene que ver la corbata, en qué lo afecta, y el problema es que el paradigma que tenía el alumno es que la televisión entretiene o informa, pero no pensaba en que educa. Entender que esa tecnología tiene otra función diferente es complicado. Creo que es un proceso que va a ocurrir con todas las tecnologías. Si ahora le preguntamos a una persona para qué sirve una impresora 3D va a decir que es para hacer juguetes. Pero hay que seguir insistiendo hasta que a alguien le hace clic y empieza a relacionarse con eso de manera diferente. Al alumno lo tienes que responsabilizar y tiene que aprender a administrar su tiempo, sus recursos, a buscar información, a hacerse las preguntas adecuadas y eso no lo aprende de la noche a la mañana. Cada estudiante tiene que aprender que él tiene que tener un papel mucho más responsable de su propia educación.​ 

¿Las universidades están incorporando a la enseñanza las herramientas que el estudiante usa de manera frecuente? 

Si en un salón de clase tradicional se pregunta a los alumnos cuántos tienen teléfono inteligente muchos van a levantar la mano. ¿Qué se está haciendo con esa realidad? Los usan para comunicarse entre ellos, redes sociales, y en sus cursos no, para eso es el pizarrón. Se está desperdiciando una gran oportunidad porque ya tienen esa herramienta, la saben usar, son muy eficientes en el uso. El problema es que nosotros no lo somos. 

¿Cuáles son las características que debe tener un alumno de educación a distancia? 

Tomar más control de su propio aprendizaje. Se le está regresando al alumno la responsabilidad de tomar control. Ya no se lleva de la mano por un camino. Muchos están acostumbrados a llevarlos cada paso por el problema y la solución. Ahora se les dice “tienes que aprender a invertir matrices. Utiliza un camino y al final tienes que demostrar que sabes invertir matrices. Te ofrezco estos elementos y estoy yo para consultorías, pero toma tú el control”. Al alumno lo tienes que responsabilizar y tiene que aprender a administrar su tiempo, sus recursos, a buscar información, a hacerse las preguntas adecuadas y eso no lo aprende de la noche a la mañana. Cada estudiante tiene que aprender que él tiene que tener un papel mucho más responsable de su propia educación. 

¿Cómo se imagina las universidades en 10 años? 

Una serie de procesos no van a cambiar. Van a existir muchos tipos de universidades, pero en una como EAFIT lo fundamental va a seguir. Serán espacios de interacción entre alumnos y profesores, y entre los mismos estudiantes, donde llegan personas para desarrollarse exitosamente en el mundo profesional futuro. Van a permanecer las fronteras, lo que va a cambiar es lo que ocurre adentro. Va a haber muchos caminos y, aunque los contenidos específicos de las asignaturas van a ser cada vez más irrelevantes, tienen que estar ahí porque no se puede enseñar una carrera profesional en el vacío. 

Cuando mis alumnos se van a graduar les pido que hagamos el currículum y les pregunto para qué son buenos. Algunos me dicen “tomé cuatro cursos de Administración”. Les respondo: “sí, ya sé cuántos cursos tomaste, pero dime, ¿para qué eres bueno?”​ 

Si al estudiante lo apasiona la química se usa la química como pretexto para darte todo lo que tienes que tener. El hilo conductor para amarrar el desarrollo como persona es la disciplina profesional. En ese sentido, a la universidad tradicional no la veo muy diferente en 10 años, lo que veo muy diferente es lo que ocurre adentro. El concepto de salón tradicional y el de materia probablemente no van a existir. Ni el concepto de semestre o periodo académico, que viene del siglo XIX cuando necesitaban el verano libre para poder ayudar a los padres en el arado de los campos. 

¿Y qué sucederá con los títulos académicos como los que se entregan hoy? 

Es un poco aventurado decirlo, pero creo que se cuestionará en el futuro quién es responsable de acreditar. Si un alumno toma una maestría en Finanzas en una universidad que está acreditada por el Ministerio de Educación y certificada por varias instituciones, y otro decide tomarla con una consultora como McKinsey, que no tiene nada, ni siquiera permiso para dar los cursos, pero la da, me pregunto: ¿si eres un empleador a quién contratas? Las universidades nos hemos sentido como el repositorio divino del conocimiento y los únicos capaces de decir si una persona está habilitada o no para desarrollar una profesión. Eso va a desaparecer. 

¿Entonces también van a desaparecer los niveles de formación académica tradicional como los conocemos hasta ahora? 

Google declaró que no va a contratar personas basándose en sus grados académicos. Dijo que a través de un examen dirá a quién contrata. Cuando mis alumnos se van a graduar les pido que hagamos el currículum y les pregunto para qué son buenos. Algunos me dicen “tomé cuatro cursos de Administración”. Les respondo: “sí, ya sé cuántos cursos tomaste, pero dime, ¿para qué eres bueno?”, y no solamente para qué eres bueno, si no en qué eres mejor que otras personas. ​

¿Qué le diría a un padre que en este momento está ahorrando para pagarle a su hijo la universidad a la que ingresará en 10 años? 

Que el dinero se lo va a gastar porque el estudio no va a ser gratis. Va a pagar para que venga a la universidad, pero no para que lo encierren durante 40 horas a la semana en un salón de clases. La experiencia va a ser diferente para lo que también hay que incurrir en costos. Los procesos que se van a desarrollar van a tener costo. A lo mejor va a ser más socráticos, de grupos más pequeños, con más integración.​​ ​
Última modificación: 27/02/2017 11:59