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El Eafitense / Edición 111 El Brexit y el triunfo de la emoción

El Brexit y el triunfo de la emoción

​​​En 2016, el Reino Unido vivió uno de los episodios más polémicos y sensibles de su historia reciente. L​a mayoría de sus ciudadanos votó a favor de un referendo que da vía libre para que el país abandone la Unión Europea.


​Adriana Cooper
Colaboradora

Atónitos, incrédulos y un poco perdidos se declararon algunos de los habitantes del centro de Londres cuando fueron entrevistados por medios de la televisión británica el 24 de junio de 2016. ¿La razón? Una palabra conocida como Brexit, que hace referencia a la salida del Reino Unido de la Unión Europa (UE). El día anterior, 33 millones 500 mil personas participaron en la jornada de votación de un referendo en el que se preguntaba a los ciudadanos si apoyaban o no la salida del país de ese organismo internacional al que ingresó hace 43 años, el primero de enero de 1973.

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​La victoria del Sí en el Reino Unido se le atribuyó, en gran parte, al Partido de
la Independencia, que obtuvo alrededor de cuatro millones de votos en las
elecciones generales de mayo de 2015.

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Después de escrutadas todas las urnas, se conoció que alrededor de 17 millones cuatrocientas mil personas votaron sí y 16 millones ciento cuarenta mil personas votaron no. La sorpresa fue enorme al conocerse los resultados, ya que cuando se produzca la salida habrá implicaciones irreversibles en la vida de millones de personas y cambiará la historia de este país, uno de los que más peso tiene en Europa.

Este resultado provocó la renuncia de David Cameron, primer ministro británico, y su posición fue ocupada por Theresa May, quien tendrá la compleja responsabilidad de liderar este proceso que no tiene precedentes ni manuales escritos para aplicar y, por esta razón, se estará haciendo sobre la marcha. Aunque ella ha dejado claro en varias oportunidades que no estuvo de acuerdo con la idea, respeta la decisión de los votantes y, por eso, se dedicará a trabajar para que se cumpla su deseo.

La victoria del Sí en el Reino Unido se le atribuyó, en gran parte, al Partido de la Independencia, que obtuvo alrededor de cuatro millones de votos en las elecciones generales de mayo de 2015, en las que se escogieron los 650 escaños de la Cámara de los Comunes o llamada Cámara baja del Parlamento. Aunque se le haya llamado “baja” por razones históricas, ese organismo tiene gran poder en la formulación de leyes y en el control del gobierno.

Ese partido logró ganarse un lugar en el Parlamento con su líder Nigel Farage, quien, según el periódico El País, de España, ha sido “la cara del ‘euroescepticismo’ en los últimos 20 años”. Este hombre, el “protagonista del Brexit”, como también lo han denominado algunos, se encargó de convencer, principalmente a la clase media, de los “peligros” de permanecer en la UE y mostró la inmigración como una amenaza para la estabilidad del país. Él, su partido y las personas que lo apoyaron convencieron a los electores de retomar las fronteras y reducir el número de inmigrantes que trabajan en el Reino Unido.

Como es sabido, una de las características centrales de la UE es la posibilidad de que las personas circulen libremente entre países sin la necesidad de una visa. A esto se sumaron quejas y argumentos que dicen que el Reino Unido tuvo que soportar una legislación compleja en los negocios y pagar miles de millones de libras cada año por su membresía. Aunque Farage renunció en julio pasado para recuperar su vida y tiempo familiar ante el éxito abrumador de su campaña, dejó su aporte: un referendo crucial cuyas implicaciones se ven con temor en el Reino Unido y con expectativa en el resto del mundo.

Puntos álgidos

Los principales expertos consultados por la prensa británica coinciden en decir que la inmigración, la situación laboral para los ciudadanos británicos en Europa y la economía son los puntos más sensibles que enfrentará el país cuando empiece a llevarse a cabo la salida de la UE. Recién asumió su cargo, la primera ministra Theresa May dijo que el mensaje central que quedó después de los resultados de este referendo es que el pueblo británico quiere ver cómo disminuye la inmigración y, por eso, este tema será central en el proceso. Y agregó que está comprometida a reducir la inmigración a la entrada de 100.000 personas al año, en lugar de las 300.000 que suelen ingresar.

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​De acuerdo con Thomas Goda, profesor del Departamento de Economía de EAFIT,
ya se ven algunos resultados como consecuencia de la votación. Uno de ellos es
la pérdida de valor de la moneda, cuyo índice ha disminuido a los mismos que tenía en 1985.​

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Otro punto central será la economía. De acuerdo con Thomas Goda, profesor del Departamento de Economía de EAFIT, ya se ven algunos resultados como consecuencia de la votación. Uno de estos es la pérdida de valor de la moneda, cuyo índice ha disminuido a los mismos que tenía en 1985. Agrega que los inversionistas han perdido capital, hay menos crecimiento económico del esperado y otro efecto directo menos esperado que podría darse es que haya menos construcción. Dice que “hay expectativa  para saber cuáles van a ser las reglas para los inmigrantes y es probable que se vaya gente que está muy calificada”.

Sobre los efectos que puede haber en la comunidad internacional, dice que Alemania puede verse afectado, ya que este país tiene muchas exportaciones a Reino Unido y un menor crecimiento económico a raíz del Brexit puede tocarlos directamente. “Para el mundo los efectos no son visibles aún y puede haberlos. Puede que haya menos libre comercio y se intensifique el proteccionismo. En los Estados Unidos, por ejemplo, es probable que se usen medidas cuyo contenido está inspirado en aspectos del Brexit”. Y esto parece ganar relevancia a raíz de la victoria de Donald Trump, quien durante su campaña fue enfático en la necesidad de proteger los intereses de los estadounidenses y detener la inmigración.

Aunque aún no hay cifras consolidadas, medios británicos tan importantes como la BBC ya han dicho que empresas como Easyjet y John Lewis han dejado claro que la caída de los valores de la libra esterlina ya aumentó el costo de sus productos y operaciones. Igualmente, el Reino Unido ya perdió su calificación internacional de crédito AAA superior, lo que significa que el costo de los préstamos del gobierno será mayor. Para contrarrestar los efectos, el Banco de Inglaterra espera que su decisión de reducir las tasas de interés del 0,5 al 0,25 por ciento evite la recesión y estimule la inversión.

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​Si las negociaciones y procesos legales avanzan a un ritmo continuo, razonable
y no hay tropiezos significativos, se espera que el Reino Unido haya dejado
la UE para el verano de 2019, es decir, para junio, julio y agosto de ese año.​

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​Sobre lo que viene y las implicaciones a largo plazo, el profesor Goda afirma que en Europa, los Estados Unidos y Canadá “los trabajadores se han visto impactados negativamente por el libre comercio. Esto se ha reflejado en estancamiento de salarios reales, mientras la población más rica recibió un impacto positivo. Esto explica, en parte, las votaciones actuales. Por esto y más, los economistas piensan que hay que repensar las reglas del comercio para asegurar que la mayoría de la gente reciba un efecto positivo”. Y agrega que otra de las enseñanzas que ha dejado el Brexit es que “los medios de comunicación y las redes sociales han cam​biado la forma en que se hace campaña. Hay mentiras, menos información de peso y la gente les cree. Por eso también habrá que pensar cómo se afronta ese problema”.

Como un divorcio

Para que el Reino Unido salga de la UE tiene que seguir un acuerdo llamado Artículo 50  del Tratado de Lisboa, que da a las dos partes dos años para acordar los términos. Theresa May dijo que pretende activar este proceso a finales de marzo de 2017. Si las negociaciones y procesos legales avanzan a un ritmo continuo, razonable y no hay tropiezos significativos, se espera que el Reino Unido haya dejado la UE para el verano de 2019, es decir, para junio, julio y agosto de ese año.

El gobierno británico deberá promulgar una Gran Ley de Derogación que ponga fin a la primacía de la legislación de la UE en el Reino Unido y decidirá si conserva o no algunas partes o incorpora la legislación de la UE a la legislación británica. Después de esto, el gobierno decidirá qué partes conservar, cambiar o retener.

El 5 de diciembre de 2016 estaba prevista una audiencia para que Theresa May pueda avanzar con el proceso de ese Artículo 50 sin necesidad de obtener el respaldo del Parlamento. Si esta apelación falla, los parlamentarios tendrán que sostener conversaciones adicionales para definir con más detalle los términos de la salida y esto podría generar retrasos.

Como ese Artículo 50 fue creado a finales de 2009 y nunca se ha aplicado, nadie sabe a ciencia cierta cómo funcionará y será un ensayo. Personas como el exministro de Relaciones Exteriores, Philip Hammond, y quien ahora es canciller, han dicho que el proceso de salida podría tomar hasta seis años, ya que los términos y condiciones deberán  ser negociados por los parlamentarios y esto puede tomar tiempo. Y es que eliminar tratados que se aprobaron durante 43 años no será una tarea sencilla, dicen los expertos. Mientras tanto, la legislación de la EU estará vigente en el Reino Unido y este deberá respetarla, pero no votará ni su voz contará en la toma de decisiones.

Al respecto, el profesor Juan David Escobar Valencia, profesor y director del Centro de Pensamiento Estratégico de EAFIT, dice que la mejor imagen para describir el Brexit es compararlo con un divorcio.

“La decisión ya se tomó. Ahora viene lo difícil que es buscar dónde vivir, definir la repartición, los gastos, las visitas de los niños, acostumbrarse a lo bueno y malo de estar solo. En el mejor de los casos tomará dos años definir lo que hay que redefinir y se sabía de antemano, así como las múltiples cosas que no se tenían previstas”.

También menciona el tema de la opinión pública, que ha sido analizada por los medios para intentar entender lo ocurrido. “Hay que recordar que ese término es una ficción y que no existe una cosa homogénea que se pueda llamar así. Es diversa, cambiante, hay ignorancia y sabiduría oculta en esta y, a veces, se hace visible. El Brexit no es necesariamente la locura que muchos dicen. Nadie ha trabajado el tema de sus bondades, pero yo creo que liberarse de ciertas responsabilidades que debe asumir Europa, que no son de su agrado, como los migrantes, tal vez le puede permitir al Reino Unido tomar medidas más independientes”.

Y agrega que también “puede ser liberador salirse de, en muchas ocasiones, el asfixiante y hasta fundamentalista afán de regular todo por parte de Bruselas, que quiere definir desde el tamaño de las almohadas hasta el porcentaje de grasa que debe tener el salami para que se llame así. Al estar afuera de tanta regulación, hacer ciertos negocios que antes no se podían puede traer mayor libertad y hacer que sean posibles”.​

El poder de la emoción

Al igual como sucedió en Colombia con la victoria del No en el referendo pasado efectuado para conocer si la gente apoyaba el Acuerdo de paz, los resultados del Brexit fueron una sorpresa para muchos.

Jeremy Mcdermott, periodista, codirector de InSight Crime y ciudadano británico, dice que todavía alberga la esperanza secreta de que el Brexit no sucederá y que el Artículo 50 no será activado.

“Ahora parece que tendrá que pasar por el Parlamento. Espero que se convierta en una cuestión de elecciones generales y que una nueva elección anule el referéndum”. Respecto a los apoyos que lo hicieron posible dice que “había ciertos medios como el Daily Mail, una publicación popular disfrazada de periódico que empujó sin cesar el Brexit sin pretensiones de imparcialidad o periodismo profesional. Este aspecto mostró la influencia de los medios de comunicación en esta decisión. Ahora que los Estados Unidos escogió a Trump, dice que la enseñanza que le deja todo esto es que “los votantes emiten sus votos no con las cuestiones políticas en mente, sino sobre la base de la emoción y que ambas campañas jugaron sobre el temor: miedo a la migración, miedo al terrorismo, entre otros”.

Haber activado ese sentimiento tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos fue clave para ganar votos. Incluso también se vio en Colombia con el pasado referendo.​​​​​
Última modificación: 06/04/2017 18:03