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El Eafitense / Edición 111 Las legumbres “superpoderosas”

Las legumbres “superpoderosas”

​Al declarar 2016 como el Año Internacional de las Legumbres, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) quiso fomentar el consumo de estos alimentos que benefician a los seres humanos y al planeta.


​Foto: Róbinson Henao​​​
​Adriana Cooper
Colaboradora

Cuenta el libro del Génesis que Jacob compró la progenitura de su hermano Esaú a cambio de un plato de lentejas. Incluso, la historia tiene registros que muestran que el cultivo de legumbres se remonta a 8.000 años antes de esta era. A pesar de estos referentes históricos y de la globalización,
nunca antes las legumbres fueron vistas de una forma mejor ni tuvieron tanto poder, tanto que, en su sexagésimo octavo período de sesiones, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó 2016 como el Año Internacional de las Legumbres. Así mismo, designó a la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) trabajar con los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales para celebrar este año.

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​La nutricionista Myriam Posada afirma que están comprobados sus beneficios para la salud. A través de los nutrientes variados que aportan, fortalecen el sistema inmunitario, mejoran la salud, y la condición de la piel y de los tejidos.​

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Según el acta de esa reunión y las opiniones de los designados, se decidió que fueran las protagonistas en este año, con el fin de sensibilizar a las personas sobre las ventajas nutricionales que las legumbres ofrecen. Además de esto, la idea es lograr que las personas e instituciones produzcan estos alimentos de una forma mayor y más sostenible. Se busca, así mismo, que la tierra sea aprovechada de una forma amable y
que el comercio de estas sea efectivo, humano e inteligente.

La nutricionista Myriam Posada afirma que están comprobados sus beneficios para la salud. A través de los nutrientes variados que aportan, fortalecen el sistema inmunitario, mejoran la salud, y la condición de la piel y de los tejidos. “Generalmente se les recomienda a las personas que las incluyan en su dieta para recibir los nutrientes que aportan y que son importantes para el cuerpo”. Esto se comprueba al ver las sugerencias que les hace a sus pacientes al construir hábitos alimentarios y construir un menú.

De acuerdo con Marcela Villareal, directora de la Oficina para Asociaciones, Promoción y Desarrollo de la FAO, la razón del énfasis en 2016 se debe a que “su contenido en proteínas es mucho más alto que el del maíz, el trigo o el arroz. Son ricas en minerales y en vitaminas del grupo B como la tiamina, riboflavina, niacina, B6 y ácido fólico. Además, su contenido es bajo en grasa y carecen de colesterol”, se encuentra en el portal SINC.​

Todos ganan

En el artículo titulado “Por qué las legumbres”, del Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) –que se especializa en noticias sobre ciencia, tecnología e innovación en español– se entrevistó a Teodardo Calles, agrónomo de la FAO. Según el experto, su cultivo también contribuye a mitigar el calentamiento global y cita a los científicos del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Colombia, quienes trabajan actualmente
en el desarrollo de legumbres que puedan crecer a cuatro o cinco grados más de la temperatura habitual. De esta forma, se hace una adaptación a los efectos del cambio climático. Y agrega que, al disminuir la dependencia de fertilizantes sintéticos en el cultivo gracias a su producción natural de nitrógeno y fósforo, baja también la emisión de gases invernadero a la atmósfera que contribuye a ese calentamiento.

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​La amplia variedad de legumbres también facilita la vida de los agricultores, ya que ellos pueden incluirlas en sus cultivos y así evitar depender exclusivamente de una o dos que pueden verse afectadas con facilidad por una variación en el clima.​

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Además de estos beneficios, facilitan el almacenamiento y, según varios análisis realizados por la FAO en diferentes lugares de la Tierra, ante su larga duración son menos desperdiciadas y sus residuos puedan ser aprovechados de diferentes maneras en otras etapas de la producción agrícola o animal. La amplia variedad de legumbres también facilita la vida de los agricultores, ya que ellos pueden incluirlas en sus cultivos y así evitar
depender exclusivamente de una o dos que pueden verse afectadas con facilidad por una variación en el clima.

Como si esto fuera poco, las listas de recetas que existen y están basadas en estas, en las diferentes dietas del mundo, hacen posible que su consumo sea aceptado. Esto se comprueba al analizar las diferentes gastronomías y culturas. Mientras en lugares como Antioquia (Colombia) son populares los frijoles y hacen ya parte inseparable de la cultura paisa, en lugares de mucha pobreza, como los campos de refugiados en Kenia, las legumbres han sido salvadoras. Durante años, muchas de las personas que vivieron en estos campos sobrevivieron preparando “githeri”, una receta de frijoles y maíz que conocieron todos aquellos que vivieron en estos sitios de pobreza, y donde la carne y proteína animal fue un lujo inexistente.

En el libro Our food, our land, que incluye recetas para la “justicia social” y fue publicado por la Alianza Comunitaria para la Justicia Social que tiene sede en Seattle (Estados Unidos), puede verse cómo las legumbres han sido la salvación por décadas en diversos lugares del mundo que, ante la guerra y la pobreza, usaron las legumbres para no perecer.

Sin embargo, este tipo de alimento es más que una cuestión del pasado. Algunos emprendedores o expertos en la industria alimentaria han visto todo el potencial que las legumbres encierran y han decidido crear productos basados en estas. Este es el caso de “Soylent”, una bebida fabricada en los Estados Unidos por el ingeniero Robert Rhinehart y que tiene la soya entre sus componentes. Según este joven que ya ha recaudado millones de dólares con su producto, esta bebida contiene todos los elementos que necesita una persona para nutrirse apropiadamente.

Esto pudo comprobarlo en 2013, año en el que durante 30 días se alimentó exclusivamente con esta bebida que ha generado dudas entre algunos y es llamada por otros como el alimento del futuro, ya que al permitir que muchas personas reemplacen con esta al menos una comida al día, reduce gastos en agricultura y también beneficia al planeta.

De acuerdo con Phil Bereano, profesor emérito de la Universidad de Washington con más de 30 años de trabajo académico en temas como agricultura o alimentos modificados genéticamente, si se siguen las prácticas apropiadas, las legumbres tienen un gran potencial y han salvado a muchas comunidades en el mundo. Este experto hace un llamado a lo natural y a que los gobiernos prefieran  alimentos sobre los que se tenga información antes de promover su cultivo en su suelo.

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​El 0.56 por ciento de los alimentos que se consumen en las cuatro plazas de mercado de la ciudad provienen de los corregimientos de Medellín.​

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Agrega que en varias regiones del mundo se ha visto cómo los alimentos genéticamente modificados no son garantía de que puedan disminuir el hambre mundial o sean seguros. Y representan un riesgo que no se ha aclarado, ya que la información que existe sobre estos es limitada, controlada o inaccesible.

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¿Y en Antioquia?

En varias oportunidades se ha mencionado el potencial que tiene Antioquia para fortalecer esa parte agrícola que permita fomentar el consumo de productos como las legumbres. Para esto es vital una política pública sólida y fuerte, y estrategias de educación y cultura que permitan promover cambios en la alimentación y prácticas al consumir los alimentos. En la región hay líderes como Andrea González Ospina, gerenta de corregimientos
de la Alcaldía de Medellín y quien ha estado al frente de los Mercados Campesinos. Desde hace 27 años, estos permiten que personas de lugares como el corregimiento de Santa Elena (oriente de Medellín) puedan ofrecer sus productos agrícolas a los habitantes de la ciudad durante el fin de semana.

Respecto a las legumbres, afirma que la idea es trabajar en conjunto en un macroproyecto con la Alcaldía, la FAO, la Unidad Municipal de Asistencia Agropecuaria (Umata) y organismos como el Banco de Alimentos para fomentar su producción y consumo. Afirma que aproximadamente el 0.56 por ciento de los alimentos que se consumen en las cuatro plazas de mercado de la ciudad provienen de los corregimientos de Medellín. La idea es aumentar esta cifra mediante estrategias variadas, entre estas, incentivar a los campesinos,  un grupo que define como “en vía de extinción” ante la falta de relevo generacional.

Dice que muchos jóvenes en lugares como Santa Elena ya no quieren trabajar la tierra ni seguir el oficio de sus padres porque no encuentran garantías o beneficios laborales. Por eso, participan en un proyecto que les permita mejorar las condiciones de estas personas y así poder trabajar con ellas. “Queremos estar en todo el proceso, que va desde la siembra hasta que el producto llega a las casas de los consumidores”.​

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​La profesora Maria Alejandra Gonzalez-Perez, de la Escuela de Administración de EAFIT, opina de la importancia de fortalecer la agricultura. “Al hacerlo y apoyar las tradiciones, evitamos migración a las ciudades, fomentamos seguridad alimentaria y también damos apoyo a los campesinos”.

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Agricultura honesta, natural y amigable

La profesora Maria Alejandra Gonzalez-Perez, de la Escuela de Administración de EAFIT, opina de la importancia de fortalecer la agricultura. “Al hacerlo y apoyar las tradiciones, evitamos migración a las ciudades, fomentamos seguridad alimentaria y también damos apoyo a los campesinos”. Agrega que en el tema agrícola es importante cuidar las comunidades rurales. “Es necesario proteger las fincas y parcelas pequeñas para que su economía se fortalezca y aumente la calidad de vida. Al crear empleo se invierte en la comunidad”. También considera importante fortalecer el
tema del derecho laboral en esos lugares, ​pues además de favorecer a los involucrados, para muchos consumidores de productos agrícolas es importante saber que están contribuyendo al bienestar de las comunidades locales y que las prácticas son amigables con los productores y con el ambiente.

Otro punto que destaca para impulsar la producción agrícola es la importancia dada  a los procesos naturales. “Al tener vegetales que no hayan pasado por procesos de maduración artificial o contenedores refrigerados, estos tienen menos influencias físicas para su transformación desde la cosecha hasta el consumo y esto aumenta las posibilidades del sabor. Al disminuir la posibilidad de pesticidas y fertilizantes, logramos que los vegetales reflejen su verdadero sabor”.

Por todas estas razones, los expertos coinciden al afirmar que el Año Internacional de las Legumbres se convierte en una oportunidad para fomentar una producción sana y sostenible que puede incrementarse sin afectar el ambiente y favorece a todos los involucrados.​

Datos llamativos sobre las legumbres

• La palabra legumbre viene del latín “legumen”, que designaba a semillas comestibles como guisantes, habas o alubias.
• Son un subgru​​po de la familia de las leguminosas que hace referencia solo a la semilla seca.
• Se pueden almacenar por meses, lo que permite disponibilidad de alimentos entre cosechas.
• Se necesita poca agua para producirlas si se compara con otras fuentes de proteína. Para producir un kilo de lentejas se necesitan 50 litros de agua, mientras que para producir 1 kilo de pollo se necesitan 4325 litros del mismo líquido.
• Legumbres como el guandú o el bambara se pueden cultivar en suelos muy pobres y áridos.
• Los residuos del cultivo de legumbres se pueden usar como forraje animal.
• Son fuente de proteínas y ricas en nutrientes.
*Datos suministrados por la FAO​
Última modificación: 27/02/2017 17:20